En el capítulo anterior, exploramos el servicio de inteligencia francés, la DGSE. A través de operaciones económicas e industriales, Francia ha buscado mantener una ventaja estratégica frente a otras potencias, mientras conserva la influencia en sus excolonias mediante medidas políticas y económicas. Sin embargo, al cruzar al hemisferio oriental, descubrimos un enfoque diferente: el de India, cuyo servicio de inteligencia opera bajo la premisa de influir en las naciones del sur de Asia frente a las amenazas.
En el vasto y diverso territorio indio, la defensa de la seguridad nacional contra los enemigos externos recae en el Research and Analysis Wing (RAW), un servicio de inteligencia con una reputación cuidadosamente forjada desde su creación en 1968 tras su desunión de la Oficina de Inteligencia (IB). Su influencia no solo se limita a los bordes de sus fronteras, sino que se extiende hacia países vecinos como Nepal y Sri Lanka, donde trabaja para salvaguardar intereses estratégicos contra sus principales rivales: China y Pakistán.
Un Juego de Sombras y Espías en la Frontera Indo-Pakistaní
El nacimiento de Pakistán junto a la India en 1947 trajo consigo una división que marcó el inicio de tensiones incesantes que abordamos en el segundo capítulo de la serie. Con las constantes incursiones y guerrillas en las fronteras, India encontró en el RAW una herramienta decisiva para debilitar a su rival. Este propósito alcanzó su clímax durante la crisis de 1971, cuando el servicio de inteligencia indio ideó un plan maestro: separar Pakistán
Cuando Pakistán se independizó, Bangladesh era parte de su territorio, en ese entonces bajo el nombre de Pakistán Oriental. Dado a la inmensa distancia entre ambos territorios, Pakistán Oriental gozaba de cierta autonomía. Sin embargo, en las elecciones de 1971, el partido independentista Liga Awami obtuvo la mayoría parlamentaria. Esto provocó descontento en Pakistán Occidental, que respondió con represión a través de la Operación Reflector. El RAW aprovechó estas circunstancias y se infiltró en la región, identificó los puntos de tensión y apoyó al movimiento rebelde bangladesí Mukti Bahini con entrenamiento y financiamiento. El desenlace fue la independencia de Bangladesh, una victoria diplomática y estratégica para India.
Las tensiones con China y el crisol del Himalaya
En el frente oriental, el RAW ha enfrentado un desafío diferente pero igualmente complejo: China. Desde la guerra sino-india de 1962, las disputas territoriales en la región y zonas aledañas del Himalaya han sido un constante foco de fricción. Estas tensiones se materializaron con brutalidad en el valle de Galwan en 2020, cuando soldados de ambos países protagonizaron escaramuzas y enfrentamientos cuerpo a cuerpo que dejaron un saldo mortal.
El RAW, anticipando una escalada, actuó como los ojos y oídos de las fuerzas armadas indias, intensificado la vigilancia, alertando sobre movimientos estratégicos chinos y reforzando la seguridad en la frontera. Este servicio de inteligencia se mantiene en alerta máxima, rastreando cada movimiento del Ejército de Liberación, analizando el desarrollo de su infraestructura militar y ajustando sus propias tácticas basadas en las experiencias bélicas más recientes.
La huella atómica: RAW y el desarrollo nuclear de India
La carrera por adquirir un arsenal nuclear es, para muchas naciones, una cuestión de supervivencia como analizamos en el capítulo 6 de la serie Ideologías en la Lucha Geopolítica, y para la India no fue diferente. La capacidad nuclear como pilar de la seguridad nacional, el RAW jugó un papel esencial en este logro. Mientras China ya había comenzado a utilizar la energía nuclear en los años 50 con el apoyo de la Unión Soviética, India emprendió una serie de operaciones encubiertas para obtener información necesaria del extranjero, todo mientras evitaba la detección y posibles sanciones por parte de Occidente.
El resultados de estos esfuerzos con la cooperación del RAW, contribuyó de manera decisiva al éxito de la Prueba de Pokhran-I en 1974. Este primer ensayo nuclear consolidó la posición de India como una potencia emergente entrando al selecto club de naciones nucleares. Más tarde, en 1998, el programa dio un paso adelante con Pokhran-II, demostrando al mundo que India no solo buscaba defenderse, sino también proyectar su influencia en la región y más allá.
Con este capítulo cerramos nuestra serie Servicios de Inteligencia Alrededor del Mundo, donde analizamos su impacto en el panorama geopolítico. Desde las arenas de Medio Oriente hasta las cumbres del Himalaya, cada una de estas agencias nos ha mostrado cómo las sombras pueden moldear el destino de las naciones. Gracias por acompañarnos en este recorrido lleno de estrategias, rivalidades y decisiones que han cambiado el curso de la historia.