En las últimas semanas, las alarmas han comenzado a sonar en Panamá debido a las preocupantes declaraciones de economistas y expertos del país, quienes advierten sobre la gravedad de la situación actual en materia económica y laboral. Según diversas fuentes, Panamá se encuentra al borde de una crisis económica a raíz del aumento alarmante del desempleo, lo que está afectando tanto el bienestar social como la estabilidad económica del país. Este panorama ha sido confirmado a través de los datos revelados por el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), que han mostrado un preocupante incremento en las tasas de desempleo y de informalidad laboral.
El incremento de la tasa de desempleo en Panamá ha alcanzado un 9,5 %, lo que ha provocado una caída en el consumo y un estancamiento en la circulación del dinero dentro de la economía. Según Raúl Bethancourt, economista y miembro del Colegio de Economistas de Panamá, los indicadores actuales son verdaderamente alarmantes y reflejan una situación crítica que podría tener repercusiones serias en la estructura social y económica del país. Bethancourt sostiene que la tendencia negativa en el empleo está afectando especialmente a los sectores más vulnerables de la población, quienes enfrentan mayores dificultades para acceder a un trabajo formal.
El último reporte de la Encuesta de Mercado Laboral, correspondiente a octubre de 2024, reveló que la tasa de desempleo ha incrementado un 9,5 %, lo que representa un aumento de 2,1 % en comparación con el 7,4 % registrado en agosto de 2023. Este aumento en la tasa de desempleo es significativo, ya que refleja no solo un estancamiento de la generación de empleo, sino también un deterioro en las condiciones laborales en el país. En términos absolutos, el número de personas desocupadas ha pasado de 155.625 en agosto de 2023 a 202.609 en octubre de 2024, lo que representa un incremento de 46.984 personas sin empleo en solo un año. Este crecimiento en el desempleo pone de manifiesto la creciente crisis laboral que afecta a miles de familias panameñas.
Además del aumento en el desempleo, otro fenómeno que ha sido señalado por los analistas es el creciente nivel de informalidad laboral. Cada vez más personas se ven forzadas a recurrir a empleos informales debido a la falta de oportunidades en el sector formal. Esta informalidad no solo afecta a la calidad de vida de los trabajadores, sino que también contribuye a la reducción de los ingresos fiscales del Estado, lo que a su vez limita la capacidad del gobierno para invertir en políticas públicas que fomenten el empleo formal y la estabilidad económica.
El sector privado, por su parte, no ha logrado generar suficientes empleos formales para satisfacer las crecientes necesidades de la población. Aunque algunas empresas continúan operando con normalidad, la falta de nuevas inversiones y la incertidumbre económica han ralentizado la creación de nuevos puestos de trabajo. Esto ha afectado particularmente a los jóvenes, quienes se encuentran en una situación aún más vulnerable debido a la escasa oferta de trabajos adecuados para su formación y experiencia.
Frente a esta crisis, todos los analistas coinciden en la necesidad urgente de que el gobierno panameño redefina su estrategia de inversión, tanto a nivel nacional como internacional, para generar empleos sostenibles y de calidad. Es fundamental que se fomente la inversión en sectores clave como la infraestructura, la tecnología y la educación, que son fundamentales para el crecimiento a largo plazo y para la creación de empleo formal. Además, los economistas sugieren que se deben implementar políticas laborales más inclusivas, que no solo busquen reducir el desempleo, sino también mejorar las condiciones laborales de quienes ya están empleados, promoviendo salarios dignos y beneficios sociales adecuados.
De igual forma, se hace un llamado a la diversificación de la economía panameña. Tradicionalmente, Panamá ha dependido en gran medida de su economía basada en los servicios, especialmente en el sector financiero y logístico. Sin embargo, en un contexto global cambiante, se vuelve esencial que el país apueste por una mayor diversificación de su producción y su economía en general, de modo que pueda afrontar con mayor resiliencia las crisis económicas que puedan surgir.
En conclusión, Panamá atraviesa un momento crítico en términos de empleo, con un desempleo que ha alcanzado cifras alarmantes y una creciente informalidad laboral que está afectando a miles de panameños. Si bien el sector privado no ha logrado generar suficientes empleos formales, la responsabilidad recae también en el gobierno, que debe actuar con urgencia para redefinir sus políticas económicas y laborales, incentivando tanto la inversión interna como externa. Solo a través de una estrategia de desarrollo integral y sostenible se podrá superar esta crisis y asegurar un futuro más próspero para todos los ciudadanos panameños.