En el capítulo anterior, exploramos cómo las decisiones judiciales pueden transformar la economía política de un país. A través del prisma del Análisis Económico del Derecho, entendimos cómo las sentencias pueden incentivar o desincentivar la competencia, e incluso generar monopolios legales en sectores específicos. Pero al tocar el tema de los monopolios, es crucial considerar que estos no solo involucran a empresas privadas, sino también a aquellas controladas por el Estado. En este último caso, el Estado se enfrenta al dilema de proteger a estas empresas para que compitan en el mercado global o limitarlas al ámbito local, recurriendo a estrategias como la propiedad intelectual para asegurar su supervivencia.
La propiedad intelectual abarca un conjunto de derechos que otorgan a los creadores, inventores y empresas la exclusividad sobre sus obras, marcas y procesos, protegiéndolos contra el uso no autorizado, caso contrario al que vimos en el capítulo 2 de nuestra serie La Informática como Arma Geopolítica. En el ámbito tecnológico, incluye las patentes, que otorgan exclusividad sobre innovaciones durante un período limitado. Sin embargo, las disputas relacionadas con estos derechos suelen extenderse más allá de las fronteras nacionales, y en este contexto, los tribunales juegan un papel crucial para defender a las empresas locales frente a la competencia extranjera o la apropiación indebida de tecnología.
La disputa entre corporaciones tecnológicos
Uno de los casos más emblemáticos de la última década fue el enfrentamiento entre Apple y Samsung. Durante años, estas dos empresas protagonizaron una batalla legal en múltiples países, con Apple acusando a Samsung de infringir sus patentes relacionadas con el diseño y la funcionalidad de sus dispositivos. En 2012, un tribunal en Estados Unidos falló a favor de Apple, ordenando a Samsung pagar más de mil millones de dólares en compensación.
Este veredicto no solo favoreció a Apple, consolidando su posición en el mercado de tecnología de consumo, sino que también tuvo implicaciones geopolíticas. Al proteger la propiedad intelectual de una empresa estadounidense, el fallo reforzó el liderazgo de Estados Unidos en el sector tecnológico global, destacando cómo la defensa de derechos empresariales tiene el potencial para convertirse en un arma estratégica en la competición internacional.
La ayuda del gobierno a una gran empresa
Un escenario distinto pero igualmente revelador se observa en la relación entre Huawei y el gobierno chino. Huawei, gigante de las telecomunicaciones, ha sido acusada repetidamente en Estados Unidos y Europa de violar patentes y copiar tecnologías. En 2019, el Departamento de Justicia de Estados Unidos llegó a presentar hasta 13 cargos contra la empresa, incluyendo fraude y espionaje industrial, tras denuncias de que había replicado tecnología.
Esta disputa, más allá de las acusaciones legales, refleja una lucha de fondo por el liderazgo en la industria de telecomunicaciones, particularmente en el desarrollo de las redes 5G. Mientras Estados Unidos implementó sanciones y restricciones comerciales contra Huawei, el gobierno chino intensificó sus esfuerzos legales para proteger a sus propias empresas tecnológicas. Los tribunales chinos, en varios casos, bloquearon acusaciones de violación de patentes extranjeras, mostrando cómo la propiedad intelectual puede ser utilizada como una herramienta de defensa y contraataque en el tablero geopolítico. Un caso que ilustraría esto último sería el de Huawei contra InterDigital, donde la empresa china resultaría victoriosa a favor de conseguir licencias más baratas.
La defensa de las empresas nacionales
La propiedad intelectual también puede ser utilizada para proteger a las empresas locales en beneficio directo de la población y de la nación. En 2013, la Corte Suprema de India tomó una decisión histórica al fallar contra la farmacéutica suiza Novartis, que buscaba patentar un medicamento oncológico basado en una ligera modificación de un componente existente según se argumentó en el juicio. El tribunal concluyó que el cambio no justificaba una nueva patente, permitiendo así que las empresas indias continuaran fabricando versiones genéricas del medicamento a un precio mucho más accesible para la población.
Por otro lado, en el sector de los semiconductores y chips, los tribunales también han sido protagonistas de decisiones que refuerzan el liderazgo de empresas clave. Un caso destacado es el de Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), el mayor fabricante de chips del mundo. En 2021, TSMC acusó a empresas chinas, como SMIC, de copiar su tecnología. Los tribunales taiwaneses intervinieron rápidamente para proteger a TSMC, garantizando que mantuviera su posición dominante en la industria y limitando las exportaciones de tecnología sensible a China.
En el siguiente capítulo, profundizaremos más sobre esta temática de la defensa de las empresas nacionales y los emprendimientos locales, pero en esta ocasión, yendo por el camino de la aplicación judicial de loos códigos del consumidor frente a las multinacionales.