En el capítulo anterior, hablamos del ISI, el servicio de inteligencia pakistaní. Su hazaña más impactante fue ocultar durante una década a la persona más buscada del mundo, Osama bin Laden, para luego dejarlo expuesto cuando ya no les convenía protegerlo. Sin embargo, hay otro servicio de inteligencia que, sin duda, es uno de los más respetados y temidos a nivel global: el Mossad.
El cuerpo de inteligencia israelí ha demostrado ser una de las organizaciones más hábiles y sofisticadas en la historia moderna, siendo un referente importante para cualquier otra organización de inteligencia. Sus operaciones van más allá de simples recopilaciones de datos: han llevado a cabo misiones de rescate imposibles, ataques preventivos estratégicos y sabotajes tecnológicos que han alterado el curso de conflictos enteros. Cada una de estas acciones no solo reforzó la seguridad de Israel, sino que también envió un mensaje contundente al mundo: nadie está fuera de su alcance.
La misión más audaz: Operación Entebbe
¿Te imaginas salvar, en menos de dos horas y sin que nadie lo note, a un grupo de rehenes a más de 3500 kilómetros de tu país? Pues un país tan pequeño como Israel realizó este rescate en el corazón de África y regresó victorioso. En 1976, el secuestro de un avión con 248 pasajeros en ruta de Atenas a París puso a prueba las capacidades del Mossad. El vuelo fue desviado hacia Entebbe, Uganda, donde la organización Frente Popular para la Liberación de Palestina – Maniobras Externas en alianza con Células Revolucionarias, tomaron el avión, liberaron a los pasajeros que no eran judíos dejando a los israelíes como rehenes y exigieron un alto precio político.
Frente a esta crisis, Israel enfrentó una decisión: negociar o ejecutar una operación de rescate casi suicida. Optaron por lo segundo. En un vuelo nocturno, manteniéndose a una altura extremadamente baja para evitar los radares enemigos, un equipo de élite aterrizó en Uganda. En solo 90 minutos, neutralizaron a los secuestradores y liberaron a 102 rehenes, un total éxito. Esta operación no solo marcó un precedente en tácticas de rescate, sino que también reafirmó el compromiso de Israel de proteger a sus ciudadanos, sin importar dónde estén.
Asesinatos selectivos y ataques preventivos
El Mossad también se ha destacado por su capacidad de ejecutar operaciones preventivas de manera estratégica. Tras la Segunda Guerra Mundial, Israel se comprometió a llevar a juicio a los nazis que se habían ocultado en todo el mundo. En ese contexto, el Egipto de Gamal Abdel Nasser estaba contratando a antiguos científicos del Reich, el Mossad previó que se iba a desarrollar armamento nuclear por lo que tuvo que actuar. En 1962, se lanza la Operación Damocles, ideada para desmantelar el proyecto: espías, sabotajes y cartas bomba enviaron un mensaje claro a los colaboradores alemanes. Muchos abandonaron Egipto; los que no, pagaron un alto precio.
Otra de las acciones preventivas más emblemáticas ocurrió durante la Guerra de los Seis Días en 1967 que adelantamos en el primer capítulo. En este conflicto, el Mossad interceptó comunicaciones clave que revelaron los movimientos de tropas enemigas de Egipto, Siria y Jordania. Con esta información, Israel lanzó un ataque aéreo devastador que destruyó gran parte de las fuerzas aéreas enemigas, garantizando su superioridad en el campo de batalla. Este golpe triplicó el territorio israelí al capturar la península del Sinaí, Franja de Gaza, Cisjordania y los Altos de Golán. Esto le costaría enfrentar la Guerra de Yom Kipur, donde también resultaría victorioso y empezaría a negociar la devolución de estos territorios si lo reconocían como estado legítimo.
El sabotaje nuclear: Stuxnet y la guerra en la sombra
Desde su fundación en 1948, Israel ha enfrentado una oposición constante de sus vecinos. Esta hostilidad alcanzó nuevas alturas tras la Revolución Islámica de 1979 en Irán. Este conflicto no solo era territorial, sino también ideológico, y los avances del programa nuclear iraní representan una amenaza existencial para Israel.
El Mossad, fiel a su estilo, optó por un enfoque innovador. En lugar de un ataque directo, desarrolló un arma digital: Stuxnet, un virus informático altamente sofisticado que se infiltró en las instalaciones nucleares iraníes en el 2009. El malware, casi imposible de detectar, no solo robaba información valiosa, sino que alteraba el funcionamiento de las centrifugadoras de uranio, causando fallos técnicos que derivaron en explosiones internas saboteando silenciosamente el programa nuclear iraní.
Un caso similar ocurrió en el 2024 donde se responsabilizó al Mossad. Los militantes de Hezbollah, aliados de Irán, enfrentaron un ataque inesperado cuando sus beepers, dispositivos de comunicación inalámbricos, explotaron simultáneamente en el Líbano. Las detonaciones afectaron a los usuarios, causaron daños colaterales y dejaron herido al embajador iraní. Este incidente, lejos de ser un ciberataque, involucró la manipulación del hardware: las baterías de los beepers, fabricados por la empresa taiwanesa Gold Apollo, contenían un explosivo activado por un mensaje específico. Aunque Gold Apollo negó su participación ya que la distribuidora estaba en Hungría, los restos de los dispositivos hallados mantenían su etiqueta, lo que deja abiertas sospechas sobre vínculos indirectos con Israel.
En el siguiente capítulo, nos trasladamos a China para analizar el MSS, su servicio de inteligencia. Esta agencia se destaca por no tener un enfoque tan agresivo, sino que, principalmente, está centrado en el desarrollo económico de su país y en prevalecer los ideales del Partido Comunista Chino en el mundo
Un comentario
Si bien el MOSSAD es uno de los Servicios de Inteligencia más poderosos del Mundo, también tiene debilidades y ya lo hemos podido apreciar el 7/10/23 donde HAMAS les sorprendió con un ataque letal, en el cual le puso en Jaque. Siendo esa debilidad haber dado mas prioridad a su Inteligencia Tecnológica y descuidar la importancia a su HUMINT. Por lo que en Inteligencia se considera que la Tecnología es una gran herramienta pero no es determinante.