Goberna tiene el agrado de presentar una nueva serie titulada: Los servicios de inteligencia alrededor del mundo. Esta serie abordará el rol de estas agencias en el mundo contemporáneo, la cual, constará de diez capítulos donde analizaremos cómo se idean las operaciones más exitosas a partir de estrategias cuidadosamente diseñadas. Cada capítulo nos sumergirá en las doctrinas que emplean los servicio de inteligencia de un país en específico, tanto de los pertenecientes al mundo occidental como los del mundo oriental.
¿Quién toma realmente las decisiones críticas en momentos de defensa y ataque de una nación? Aunque la respuesta más común podría señalar a presidentes o parlamentos, la realidad es que los verdaderos estrategas en las sombras son los servicios de inteligencia. Ellos representan el pilar invisible que sostiene la seguridad de un país, gestionando información vital y permitiendo que las naciones enfrenten con éxito los desafíos geopolíticos.
La esencia de los servicios de inteligencia
Más allá de la fuerza militar, en momentos de crisis, la clave del éxito radica en el análisis estratégico y la mente fría de estos organismos. Desde actividades como sabotaje, injerencias en gobiernos, golpes de estado, espionaje, hasta la creación de revoluciones, los servicios de inteligencia no solo protegen a sus naciones, sino que también ejercen influencia en otras, moldeando el rumbo de los acontecimientos globales.
En esta comparativa, contrastaremos las diferencias entre los servicios de inteligencia de Occidente, que operan bajo democracias liberales, y los de Oriente, donde hay mayor presencia de regímenes autocráticos. Las cosmovisiones de estos dos hemisferios son radicalmente diferentes, sus métodos para idear estrategias reflejan visiones del mundo que enmarcan las tensiones globales actuales. Pero en su disputa tienen un objetivo en común: la supervivencia.
Manipulación política y geopolítica
Occidente cuenta con servicios como la CIA de Estados Unidos y el Mossad de Israel, pilares de sus estrategias globales. La CIA, por ejemplo, ha dejado una huella histórica con iniciativas como la Escuela de las Américas, que entrenó a militares sudamericanos en técnicas de contrainsurgencia, y con ello, en ocasiones, facilitó golpes de estado. Por otro lado, el Mossad ha mostrado su agilidad estratégica, como en la Guerra de los Seis Días, comenzando con un ataque preventivo dado que interceptó las comunicaciones de altos mandos militares árabes para garantizar la supervivencia de Israel.
En Oriente, destacan organismos como el antiguo KGB —hoy SVR— en Rusia, el MSS de China y el VEVAK de Irán. El SVR, con operaciones encubiertas, ha suministrado armas y entrenamiento a bandos aliados en conflictos como la Guerra Civil Siria y ha liderado campañas de desinformación. Mientras tanto, el MSS de China ha preferido una estrategia de avance económico constante mediante tratados comerciales sin necesidad de usar la fuerza militar, mientras que el VEVAK se especializa en entrenar fuerzas paramilitares como Hezbollah, o los hutíes yemenís consolidando su influencia en Medio Oriente.
El espionaje industrial como motor de desarrollo
Desde la Revolución Industrial, el espionaje industrial ha sido una herramienta crucial para el desarrollo económico nacional. En ocasiones se observan cómo, a propósito, se acepta la presencia de empresas extranjeras en el territorio para que los servicios de inteligencia promuevan el robo de tecnología e información. En Occidente, Estados Unidos utilizó esta técnica desde su independencia, recopilando información sobre las maquinarias británicas para impulsar su industrialización.
Por su parte, Oriente, especialmente China, ha perfeccionado esta estrategia. Permitiendo la entrada de grandes empresas tecnológicas extranjeras, así como el uso de técnicas de ciberataque, se ha recopilado información clave para desarrollar sus propias capacidades tecnológicas. Ejemplos recientes incluyen el ciberataque a Equifax en 2017 y las vulneraciones a bases de datos farmacéuticas durante la carrera por las vacunas del COVID-19, destacando las capacidades de Oriente en el ciberespionaje.
La guerra en las sombras: contrainteligencia
En la guerra fría, tras el robo de los planos de la bomba atómica americana por un espía soviética, Occidente lanzó una operación para neutralizar agentes del KGB. Se enfrentó el espionaje soviético con operaciones como el desmantelamiento de los Cinco de Cambridge, una red de espías británicos que filtraba información a la Unión Soviética. La fórmula fue: quienes tienen acceso a información sensible son observados discretamente, se dan ligeros cambios en la información para observar cuál se filtra, se monitorean sus conversaciones y se interroga bajo presión si es que la sospecha era fuerte.
En contraste, Oriente adopta tácticas más agresivas. Las purgas internas, los ciberataques y los asesinatos selectivos son algunas de las medidas empleadas. Un caso emblemático fue el asesinato de Kim Jong Nam, medio hermano del líder norcoreano, quien fue eliminado en un aeropuerto malasio tras mostrar simpatías hacia Occidente. Su método fue engañar a dos mujeres jóvenes con la promesa de que iban a estar en un programa de comedia, le dieron el objetivo, un pañuelo, y le restregaron un veneno poderoso en la cara.
Financiamiento de movimientos y revoluciones
Otra táctica clave es el financiamiento de grupos subversivos ya dispuestos a pelear, o, crear uno desde cero, con el fin de influir en los conflictos sin una implicación directa. Occidente, por ejemplo, apoyó a los muyahidines afganos contra la invasión soviética de 1979 y fomentó las revueltas de la Primavera Árabe para derrocar a los líderes del mundo islámico, algunos terminaron muertos y otros fueron llevados a juicio. Su finalidad, según ellos, es la defensa de los valores democráticos.
Oriente, por otro lado, se enfoca en la desestabilización mediante el respaldo a partidos políticos o la militarización de grupos afines. Inclusive, se busca este fin armando a la organización en un país vecino del que se busca atacar. Tenemos casos como el financiamiento ruso a movimientos separatistas en Ucrania, o el respaldo iraní a Hezbollah en el sur de Líbano para coordinar ataques contra Israel, estos son ejemplos de cómo Oriente busca proyectar su influencia. La finalidad de Oriente, según ellos, es promover una visión alternativa al régimen occidental.
En el siguiente capítulo, empezamos nuestra trayectoria con el ISI pakistaní, un servicio de inteligencia que ha sido subestimado, pero que ha demostrado su profesionalismo a través de sus operaciones exitosamente ejecutadas.
2 respuestas
Muy interesante la información.
Conocer como están influenciados los gobiernos del mundo por los servicios secretos de diferentes Países.
Gracias Goberna por compartir.
Muy cierto la información, los Servicios de Inteligencia cumplen un papel preponderante en el desarrollo de las naciones, utilizando técnicas y métodos muchas veces lesivos a los DDHH pero necesarias. Como dide Sherman Kent para poder entender su trabajo hay que tener Cultura de Inteligencia en otras palabras conocer para que son necesario.