Las Operaciones Psicológicas (PSYOPS) son estrategias diseñadas para influir en percepciones, actitudes y comportamientos de individuos o grupos a través de la manipulación de información y estímulos psicológicos. Estas operaciones tienen la particularidad de que pueden aplicarse en contextos militares, políticos, electorales, sociales e incluso empresariales, dado que tienen el objetivo de moldear la opinión pública, desestabilizar adversarios y/o consolidar el poder de una entidad.
En su libro «PSYOPS: Manual de Operaciones Psicológicas y Psicosociales», Roberth Bazán destaca cómo estas técnicas pueden utilizarse en campañas políticas y electorales, en la comunicación gubernamental y en el mundo corporativo, donde la guerra de percepciones juega un papel crucial. Según Bazán, las PSYOPS no solo se emplean en conflictos armados, sino que son herramientas esenciales en la batalla por la influencia y el control de narrativas en el ámbito mediático y digital. Si estás interesados en conseguir este manual, entra aquí.
¿Desde cuándo nace el concepto de PSYOPS?
El uso de las estrategias psicológicas se remonta a la antigüedad, podemos ubicarlo en el siglo VI a.C. cuando Bías de Priene, un filósofo griego, logró resistir con éxito el bloqueo militar impuesto por Aliates, rey de Lidia, al engordar unas mulas y exhibirlas, creando la ilusión de que contaban con abundantes recursos. Pero a nivel teórico, se empezó a moldear su fundamento con la teoría de la Psicología de las masas (1895), desarrollada por Gustave Le Bon. Acá nos explica cómo los individuos, al formar parte de un grupo, tienden a actuar de manera irracional y emocional, siendo fácilmente influenciables por narrativas bien diseñadas.
Sin embargo, el concepto moderno de las Operaciones Psicológicas comenzó a desarrollarse en el siglo XX, durante la Segunda Guerra Mundial. Bajo el liderazgo de William «Wild Bill» Donovan, la Oficina de Servicios Estratégicos OSS —precursora de la CIA— se convirtió en el centro de operaciones psicológicas y de inteligencia de los Estados Unidos. Su misión no solo consistía en recopilar información sobre los enemigos, sino también en influir en su moral, percepción y toma de decisiones. Para ello, se diseñaron estrategias de desinformación, propaganda, rumores, sabotaje psicológico y manipulación mediática, lo que incluyó la difusión de la imagen que vimos anteriormente.
Evolución de las Operaciones Psicológicas
La llegada de la Guerra Fría transformó las PSYOPS en un arma clave dentro de la lucha ideológica entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Tanto la CIA (Agencia Central de Inteligencia) en EE.UU. como el KGB (Comité para la Seguridad del Estado) en la URSS, perfeccionaron el uso de la información y la manipulación psicológica como herramientas de influencia global. Ambas agencias tienen un historial inmenso en la realización de estas prácticas, por citar un ejemplo, estuvo en su momento la inmensa maquinaría propagandística soviética, que se intensificó con el liderazgo de Stalin en la Guerra Fría, siendo bautizado como el «padre de las naciones».
Desde entonces, las PSYOPS han evolucionado con el desarrollo de las herramientas de comunicación y su incorporación en la vida diaria y en la doctrina militar. En esta última, ya no solo como método de propaganda, sino como una táctica que puede generar revoluciones y crear climas favorables para golpes de Estado. El ayatollah Khomeini, por ejemplo, creó un clima favorable a favor de las posturas islámicas chiís cuando propagó clandestinamente su mensaje por todo Irán. Su método fue simple pero innovador, a través de grabaciones en cassettes, convenció a la población para levantarse contra el Sha y expulsarlo del país.
A partir del siglo XXI, la manipulación informativa ha pasado de ser una estrategia de guerra y softpower a favor de un movimiento o una revolución, a convertirse en un instrumento clave en campañas políticas, crisis diplomáticas y conflictos híbridos, donde las narrativas pueden moldear la realidad más que la fuerza militar directa. No obstante, realizar estas operaciones a nivel político y militar se encuentran en una zona gris legal, ya que, si bien no están explícitamente prohibidas, su aplicación puede entrar en conflicto con principios de derecho internacional y derechos humanos. Algunos límites clave incluyen:
- Prohibición de la incitación al genocidio o crímenes de guerra (según la Convención de Ginebra).
- Restricciones en la manipulación o a la apología de la opinión pública en contextos electorales, aunque estas restricciones son difíciles de hacer cumplir en el ámbito digital.
- Ética en la publicidad y propaganda, donde ciertas regulaciones impiden la desinformación deliberada en medios de comunicación.
Si estás interesado en dominar las estrategias de influencia y manipulación de la información, el Diploma Internacional de Operaciones Psicológicas y Psicosociales es para ti. Este programa de formación te brindará herramientas avanzadas para comprender y aplicar las técnicas más efectivas utilizadas en inteligencia militar, propaganda, desinformación y control de masas. Aprende de expertos, analiza casos reales y descubre cómo las PSYOPS se aplican en el día a día. Inscríbete ahora y conviértete en un experto en guerra psicológica.
Aplicaciones de las PSYOPS en el ámbito militar y político
Las PSYOPS han sido adoptadas tanto por ejércitos, paramilitares, gobiernos y actores políticos en general para controlar narrativas, desestabilizar o reforzar estructuras de poder. Repasaremos de forma breve donde se suelen aplicar estas tácticas.
PSYOPS y la propaganda
Uno de los usos más extendidos de las PSYOPS es la propaganda, que ha sido utilizada en conflictos bélicos, campañas electorales y estrategias de comunicación política. Desde la Segunda Guerra Mundial hasta la era digital, la propaganda ha sido la herramienta más efectiva para moldear percepciones a gran escala con el objetivo de mantener alineada a la población con una idea específica.
PSYOPS en los servicios de inteligencia
Las agencias de inteligencia han sido pioneras en el uso de operaciones psicológicas como hemos mencionado. La CIA, por ejemplo, utilizó PSYOPS en América Latina para influir en golpes de Estado, elecciones y conflictos ideológicos. De manera similar, Rusia actualmente ha utilizado estrategias de guerra de información en Ucrania y en otros países donde busca influir en la opinión pública sin intervención militar directa.
Otro caso de PSYOPS sin intervención militar directa es la Primavera Árabe. A través de campañas en redes sociales y la difusión estratégica de información, se logró movilizar a millones de personas en países como Túnez, Egipto y Libia, llegando incluso a matar a sus líderes como ocurrió con Muammar al-Gaddafi. Si bien las protestas surgieron de problemas internos, la manera en que la narrativa fue amplificada y utilizada políticamente sugiere la posible intervención de actores externos que aplicaron técnicas de PSYOPS para acelerar el colapso de los regímenes.
Si quieres potenciar tu capacidad analítica y estratégica al nivel de los servicios de inteligencia, te recomendamos nuestro Diploma Internacional de Inteligencia y Contrainteligencia. Adquiere conocimientos clave sobre recolección de información, detección de amenazas y protección de datos en un mundo cada vez más complejo. Inscríbete hoy y prepárate para operar en el ámbito de la seguridad e inteligencia.
¿El terrorismo es una Operación Psicológica?
El terrorismo es, en esencia, una Operación Psicológica extrema que busca generar miedo, desestabilización y presión social o política mediante actos de violencia simbólica. A diferencia de los conflictos convencionales, el objetivo del terrorismo no es la destrucción física en sí, sino el impacto psicológico que provoca en la sociedad y los gobiernos. Los ataques terroristas suelen estar diseñados para ser altamente visibles y mediáticos, lo que amplifica su efecto sobre la opinión pública y las decisiones gubernamentales. Desde un punto de vista estratégico, el terrorismo sigue principios fundamentales de PSYOPS, como:
- Control de la narrativa: La organización terrorista busca imponer su mensaje mediante la espectacularización de la violencia.
- Provocación de respuestas desproporcionadas: Al generar miedo masivo, el terrorismo puede inducir a los gobiernos a tomar medidas represivas, que a su vez alimentan la radicalización de ciertos sectores.
- Uso de símbolos y propaganda: Los ataques terroristas a menudo van acompañados de reivindicaciones y manifiestos diseñados para influir en la percepción pública y reclutar seguidores.
Un caso es el atentado en la estación de trenes de Madrid el 11 de marzo de 2004 (11M), donde una serie de explosiones coordinadas causaron 193 muertes. El ataque generó un efecto psicológico masivo en la población, influyendo directamente en las elecciones generales que se celebraban tres días después. El gobierno de ese entonces, liderado por el PP, atribuyó el ataque al ETA, pero conforme se iba investigando, todo apuntaba una organización islámica. Muchos ciudadanos interpretaron la insistencia del gobierno en culpar a ETA como un intento de manipulación política para evitar que la gente relacionara el atentado con la participación de España en la Guerra de Irak, lo que llevó a la posterior retirada española de dicha guerra.
Otro caso más reciente de PSYOPS relacionado a esta temática, y que sigue teniendo repercusiones en los medios actualmente, es el derrocamiento de Bashar al-Ásad por las fuerzas rebeldes en Siria. Esta operación psicológica, cuidadosamente ejecutada, manipuló la narrativa para cambiar la percepción internacional. Entre las fuerzas rebeldes, un actor clave fue Hayat Tahrir al-Sham (HTS), una milicia que es considerada como una organización terrorista por varios países debido a sus raíces en Al-Qaeda. Sin embargo, mediante una campaña de rebranding y apoyo estratégico de potencias occidentales, HTS pasó a ser percibida como un actor legítimo.
Paralelamente, la imagen de Assad fue sistemáticamente demonizada a través de una combinación de propaganda mediática donde se le señalaba como dictador, y también debido a la presión diplomática de los países occidentales, lo que moldeó la opinión pública global hasta lograr su destitución. El reciente nombramiento de Ahmad al-Sharaa, líder de HTS, como presidente interino simboliza el éxito de una PSYOP de largo alcance, donde el cambio de régimen no se logró mediante una invasión directa, sino a través de una guerra de percepciones, cooperando con las fuerzas que ya estaban disputas a pelear y reconfigurando los aliados y enemigos según los intereses geopolíticos, en este caso, de occidente.
PSYOPS en campañas electorales
El uso de las Operaciones Psicológicas (PSYOPS) en campañas electorales ha transformado la manera en que los políticos y partidos influyen en el electorado. Estas estrategias combinan muchas de las técnicas que hemos desarrollado a lo largo de este artículo como la comunicación, psicología de masas y análisis de datos para moldear percepciones, reforzar mensajes clave y manipular emociones colectivas. Sin embargo, actualmente con es el uso de plataformas digitales y redes sociales, la creación de narrativas personalizadas basadas en datos psicológicos y de comportamiento obtenidos mediante herramientas como la microsegmentación se han vuelto fundamentales para los políticos.
Casos como la campaña presidencial de 2016 en Estados Unidos, donde se utilizó información obtenida por empresas como Cambridge Analytica, demostraron cómo las PSYOPS pueden amplificar el impacto de mensajes polarizadores y direccionar decisiones de voto. Aunque estas tácticas pueden ser legales, generan debates éticos sobre la manipulación de la voluntad democrática y la línea entre la persuasión legítima y el control psicológico del electorado.
Conclusión: El poder invisible de las PSYOPS
Las Operaciones Psicológicas (PSYOPS) han pasado de ser una herramienta militar a convertirse en un pilar fundamental en la guerra de información, la política y la manipulación de masas. Como lo señala Roberto Bazán en su obra, el estudio y aplicación de estas estrategias son esenciales en un mundo donde la información y la percepción pueden definir el rumbo de naciones y sociedades enteras.
Desde su origen en la Segunda Guerra Mundial hasta su sofisticado uso en la era digital, las PSYOPS han evolucionado hasta convertirse en una de las herramientas más poderosas en la batalla por la influencia global. A medida que el control de la información se vuelve más crítico, la capacidad de identificar y resistir estas estrategias será clave para la soberanía de los estados y la autonomía del pensamiento individual.