En el capítulo anterior, exploramos la historia y transformación del Bundesnachrichtendienst (BND), el servicio de inteligencia alemán que emergió entre las cenizas de la Segunda Guerra Mundial. Ahora nos adentramos en las entrañas de la CIA, la agencia de inteligencia de Estados Unidos que ha sido pionera en el arte del espionaje, la manipulación y las operaciones encubiertas con un alcance auténticamente global. Fundada en 1947, la Central Intelligence Agency se ha convertido no solo en un símbolo del poder estadounidense, sino también en un agente de controversia mundial.
El brazo del poder estadounidense
Desde su origen, la CIA fue diseñada para operar más allá de los límites de las agencias tradicionales. Mientras que la mayoría de los servicios de inteligencia se dedicaban únicamente a la recolección de información, la CIA asumió una función activa en el terreno. Las operaciones encubiertas se convirtieron en su especialidad, combinando la obtención de datos con acciones que tenían impactos tangibles en la política mundial.
Durante la Guerra Fría, la CIA protagonizó intervenciones directas en América Latina, Asia y Medio Oriente. La Doctrina Truman y la política de contención del comunismo proporcionaron el pretexto perfecto para financiar golpes de Estado, eliminar a los opositores y consolidar aliados en regímenes favorables a Washington. Desde la intervención en Irán en 1953 que derrocó a Mohammad Mosaddegh para colocar al Sha Mohammad Reza, hasta el apoyo a dictaduras militares en América Latina, la CIA fue el instrumento clave para materializar los intereses geopolíticos estadounidenses.
La Guerra Fría en América Latina: El laboratorio de la CIA
La creciente influencia del comunismo durante las décadas de 1960 y 1970 motivó operaciones clandestinas que hoy son parte de la historia oscura de la región latinoamericana. La Escuela de las Américas es un ejemplo de cómo Estados Unidos ha moldeado su influencia global. Fundada en Panamá en 1946 para la instrucción militar del ejército de Estados Unidos, esta institución entrenó a múltiples de militares latinoamericanos en técnicas de inteligencia, contrainsurgencia y guerra psicológica, con el objetivo de combatir las guerrillas y, en muchos casos, facilitar golpes de estado en países cuyos gobiernos no se alineaban con los intereses de Washington.
Casos como el derrocamiento de Isabel Perón en 1976 donde colaboró Leopoldo Galtier, egresado de la mencionada escuela y del que hablamos en el capítulo 9 de la serie Ideologías en la Lucha Geopolítica. De la misma forma con el golpe de Estado en Ecuador contra José María Velasco Ibarra en 1973 por Guillermo Rodríguez Lara, también egresado de la escuela. Esto revela cómo la CIA desplegó todo su aparato para evitar el avance de movimientos considerados una amenaza para los intereses económicos y políticos de Estados Unidos.
En el ajedrez geopolítico, la Doctrina Monroe ha sido el principio rector de la política exterior de Estados Unidos. Según esta doctrina, asegura que América Latina es el «patio trasero» y debe estar estable y bajo control. Naomi Klein en su libro La doctrina del shock, señala el golpe de Estado de Pinochet en Chile, además de ser una continuación de la doctrina, también fue el comienzo de un experimento para el mundo. Según Klein, este evento fue clave para instaurar un nuevo orden global al utilizar a América Latina como laboratorio de las políticas “neoliberales”, dado que las escuelas económicas de libre mercado eran impopulares hasta la experiencia de los Chicago Boys, hechas, según Klein, para frenar la industrialización de los países de Latinoamérica.
El control financiero y la autonomía operativa
Una de las mayores fortalezas de la CIA ha sido su presupuesto oculto y, en ocasiones, clandestino. A diferencia de otras instituciones gubernamentales, según documenta el Centre Delás en su artículo El gasto militar de Estados Unidos, la CIA tiene acceso a recursos que no pasan por el escrutinio público ni por el Congreso, lo que le otorga una libertad operativa sin precedentes, entre ellas, la promoción de ideas que distorsionan doctrinas ortodoxas. En el expediente desclasificado Francia: Defección de los intelectuales de izquierda, se menciona cómo la agencia financió las ideas progresistas que incorporaron un enfoque liberal y de luchas parciales al comunismo, creando una nueva versión que se oponía al marxismo tradicional y que sería más atractivo para el público.
No obstante, esto no evita que la CIA busque su propia financiación. El periodista Gary Webb, en su investigación Dark Alliance, expuso cómo la CIA permitió el comercio de droga en los barrios de Estados Unidos para obtener recursos que posteriormente se destinaron a financiar a los Contras, quienes luchaban contra los sandinistas en Nicaragua. Este escándalo fue tan significativo que el entonces director de la CIA, John Deutch, viajó a Los Ángeles para dar explicaciones públicas y tratar de apaciguar la indignación. Esto nos demuestra que las líneas entre la legalidad y la operación clandestina se diluyen fácilmente en el juego geopolítico.
La Guerra Contra el Terror
Tras el fin de la Guerra Fría, la CIA se adaptó a las nuevas amenazas globales. Los atentados del 11 de septiembre de 2001 marcaron el inicio de una era donde la agencia asumió un rol aún más agresivo contra el terrorismo tras la aprobación de la Ley Patriótica. No obstante, el politólogo Noam Chomsky en su entrevista por euronews señaló que la aprobación esta ley permitió a la agencia llevar a cabo operaciones de vigilancia masiva, secuestros, detenciones y torturas con mayor facilidad. Esto incluyó la autorización de ataques en Irak, Libia y Afganistán, a menudo, sin una condena internacional significativa.
Más allá del terreno militar, la CIA comprendió la importancia de la batalla ideológica. En el ámbito cinematográfico, las películas de Hollywood que glorifican a los agentes de inteligencia y demonizan a los enemigos de Estados Unidos han sido utilizadas como herramientas de soft power. La representación de la CIA en la cultura popular ha ayudado a construir una imagen de héroes patrióticos, a pesar de las controversias que rodean a la agencia.
La CIA representa el poder en las sombras, un actor que opera más allá de las fronteras y de las leyes convencionales. En el siguiente capítulo, nos vamos hacia el norte para abordar sobre Canadá y su servicio de inteligencia CSIS. Abordaremos su especialización en técnicas antiterroristas y su uso de agentes encubiertos para desmantelar estas redes.
3 respuestas
La CIA nos demuestra que para poder cumplir con objetivos muchas veces se tiene que actuar al margen de la ley (Operaciones Encubiertas), ya que es imposible producir Inteligencia sin ellas, por lo que es de conocimiento que para su producción oportuno se requiere del insumos principal (Información) y el 90% es de Fuentes Abiertas y el 10% es de Fuentes Cerradas.
Es una buena agencia, me gusta su estrategia en cuanto a operaciones y más cuando son en cubiertas. Es buen departamento, me gustaría pertenecer a la agencia y ser parte de ustedes me gustaría dedicar el restó de mis años a la agencia.
Puedes especializarte en nuestro programa de «Inteligencia y Contrainteligencia» e «Inteligencia y Contrainteligencia Avanzada» para profundizar sobre el papel de estas agencias y sus repercusiones geopolíticas