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Lobbies, Derechos Humanos y Objetivos Geopolíticos | LOS GRUPOS DE PRESIÓN POLÍTICA | ¿Se Pueden Utilizar los Derechos Humanos como Pretexto para Intervenir en la Soberanía?

Ilustración de delegaciones de varios países a favor de los derechos humanos

Tabla de contenidos

En el capítulo anterior, abordamos la influencia de los grupos de presión en el sistema educativo. Analizamos cómo las corporaciones han promovido la estandarización de las pruebas académicas, enfocando la educación en aprobar exámenes de admisión en lugar de fomentar el pensamiento crítico. También exploramos la aparición de lobbies ideológicos que buscan dejar su huella en la formación de los estudiantes. Sin embargo, al profundizar en este ámbito, encontramos cómo los derechos humanos pueden ser ideologizados y convertidos en herramientas estratégicas para intereses políticos y geopolíticos.

En el contexto global, los organismos internacionales y las ONGs dedicadas a la defensa de los derechos fundamentales han adquirido un protagonismo significativo. Aunque los derechos humanos representan principios universales de dignidad, libertad y justicia, su uso estratégico ha permitido justificar decisiones políticas, e incluso militares que, si bien se presentan bajo un manto humanitario, suelen responder a intereses concretos.

Derechos humanos y justificación de intervenciones políticas y militares

Los derechos humanos, al ser ideologizados, se convierten en un poderoso argumento para intervenciones internacionales. Esto fue evidente en la intervención de la OTAN en Libia en 2011, que se justificó como una misión humanitaria para proteger a la población civil de los abusos del régimen de Muammar Gaddafi. Según Alfonso Casani y Beatriz Mesa para CIDOB, esta operación fue impulsada y presionada por las élites occidentales con el pretexto de defender los derechos humanos, pero en realidad buscaba un cambio de régimen. El resultado no fue la paz, sino una Libia sumida en el caos y la inestabilidad, consecuencias que persisten hasta el día de hoy.

Manifestaciones en Al Bayda a favor de la rebelión (Licencia Wikimedia Commons)

Otro ejemplo es la guerra de Kosovo en 1999. La OTAN, bajo la bandera de los derechos humanos, intervino para detener las acciones del régimen serbio contra la población albanesa en Kosovo. Organizaciones como el Instituto Brookings respaldaron esta intervención, presentándola como un acto humanitario. Sin embargo, detrás de estas acciones también se ocultaban intereses estratégicos: consolidar la influencia de la OTAN en Europa del Este y debilitar a Serbia, aliada de Rusia.

Conflictos nacionales desde entornos internacionales

Muchas causas respaldadas en nombre de los derechos humanos trascienden las fronteras nacionales ante la amenaza de la censura y represión. Un ejemplo significativo es el del Dalai Lama, líder espiritual y político exiliado en India, quien aboga por la liberación del Tíbet, que es parte del territorio chino actualmente. Aunque su discurso se presenta como un llamado a la resistencia pacífica y a la defensa de los Derechos Humanos, su causa ha sido utilizada por diversas potencias como una herramienta para presionar a China en el tablero geopolítico global.

La causa kurda también es ilustrativa. Esta minoría, que busca mayor autonomía o independencia en Turquía, Siria e Irak, ha logrado movilizar el apoyo internacional gracias a sus organizaciones de derechos humanos y movimientos de liberación. Por ejemplo, durante la guerra civil en Siria, los kurdos no solo destacaron como una fuerza clave en el terreno, sino que también recibieron apoyo militar de actores como Estados Unidos, quienes utilizaron esta alianza como parte de su estrategia para contrarrestar al régimen de Bashar al-Assad.

Grupos de presión dentro del país

En otros casos, los grupos de presión nacen y operan dentro de las fronteras nacionales, a veces, arriesgándose según las circunstancias. Por ejemplo, en Rusia, tenemos el ejemplo de Memorial International. Esta organización, fundada en 1989, se dedicó a documentar violaciones de derechos humanos tanto de la era soviética como contemporánea, trabajando en la defensa de derechos fundamentales y la preservación de la memoria histórica. Sin embargo, en 2021, enfrentó un severo golpe cuando el Tribunal Supremo de Rusia ordenó su disolución, acusándola de violar la legislación sobre «agentes extranjeros».

En el siguiente capítulo, veremos el impacto de los grupos de presión en el desarrollo tecnológico y su impacto geopolítico.

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