Bolivia se encamina hacia las elecciones presidenciales de 2025 con un abanico de candidatos que representan visiones diversas y trayectorias contrastantes.
Entre los nombres más destacados se encuentra Evo Morales, expresidente de Bolivia entre 2006 y 2019, quien marcó un periodo de transformación social y económica con políticas de redistribución y nacionalización de recursos naturales. Aunque inhabilitado por la Constitución para postularse nuevamente, Morales sigue siendo una figura central en el Movimiento al Socialismo (MAS) y explora formas de mantener su influencia política, incluso en medio de divisiones internas con el actual presidente Luis Arce.
Luis Arce, por su parte, llegó a la presidencia en 2020 tras consolidar su reputación como ministro de Economía durante el gobierno de Morales, donde diseñó estrategias que impulsaron el crecimiento económico. Aunque no ha confirmado su reelección, Arce enfrenta una relación fracturada con Morales que amenaza con dividir al MAS. Mientras tanto, Carlos Mesa, expresidente y líder de Comunidad Ciudadana, se posiciona como una opción moderada y democrática. Su experiencia como historiador y periodista le ha permitido construir una base sólida, pero también enfrenta críticas por no lograr unificar a la oposición.
Luis Fernando Camacho, gobernador de Santa Cruz, representa la derecha conservadora con un enfoque regionalista que defiende la autonomía de su región. Ganó notoriedad por su rol en las movilizaciones que precipitaron la salida de Morales en 2019, aunque su discurso polarizador limita su alcance en otras partes del país. Samuel Doria Medina, empresario y líder de Unidad Nacional, apuesta por políticas económicas liberales que lo posicionan como una alternativa de centro-derecha, aunque ha sido señalado por su dificultad para conectar con sectores rurales y desfavorecidos.
Manfred Reyes Villa, actual alcalde de Cochabamba, combina una extensa trayectoria política con un enfoque regionalista. Ha sido candidato presidencial en varias ocasiones, pero su historial incluye procesos judiciales que generan controversias. Chi Hyun Chung, pastor evangélico y médico, sorprendió en las elecciones de 2019 con un inesperado tercer lugar. Su discurso conservador y religioso le ha granjeado seguidores, aunque sus declaraciones polémicas sobre diversidad y derechos de las mujeres han generado críticas.
Branko Marinković, empresario y exministro de Economía, es una figura destacada en Santa Cruz, donde representa intereses empresariales y cívicos. Sin embargo, su enfoque regionalista ha limitado su popularidad en otras regiones del país. Vicente Cuéllar, rector de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno, lidera la alianza Cambio 25 con un mensaje de renovación política que busca captar el voto de jóvenes y ciudadanos desencantados con los partidos tradicionales. Rodrigo Paz Pereira, senador y exalcalde de Tarija, combina experiencia administrativa con un enfoque centrista en Comunidad Ciudadana, pero su vínculo con el MIR genera escepticismo en algunos sectores.
Finalmente, Jaime Soliz, abogado y exfiscal, representa al Partido Demócrata Cristiano con una visión tradicional y conservadora. Aunque su partido ha perdido relevancia en el escenario político, busca apelar a un electorado que aún valora los principios conservadores.
Este abanico de candidatos refleja la diversidad política de Bolivia, donde las alianzas estratégicas, la capacidad de conectar con los votantes y la gestión de conflictos internos definirán el curso de una elección crucial para el país.