Publicaciones

¿Quiénes son los hutíes? Origen, pensamiento y poder militar en Yemen

Portada Huties

Tabla de contenidos

En la guerra de Yemen no hay ejércitos regulares ni trincheras claras, sino que hay alianzas cambiantes, actores subnacionales, intervención extranjera y un conflicto enredado entre las lógicas tribales, sectarias y geopolíticas. En ese escenario aparece un actor que ha desafiado no solo al Estado yemení, sino también a potencias como Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Israel y, más recientemente, Estados Unidos. Se trata del movimiento hutí, una insurgencia chiita de la rama zaidí que, desde las montañas del norte de Yemen, ha crecido hasta convertirse en un actor regional de primer orden. Su capacidad militar, organización político-religiosa y discurso antioccidental los han catapultado al centro del conflicto en la península arábiga.

Aunque muchas coberturas los presentan como simples «rebeldes» o «milicianos proiraníes», los hutíes (o Ansar Allah) son el producto de una larga historia de exclusión política, luchas religiosas internas y dinámicas tribales profundamente arraigadas. El conflicto en Yemen es más que una guerra civil: es un espejo fragmentado de las tensiones entre Arabia Saudita e Irán, del fracaso del orden estatal poscolonial y de la emergencia de nuevos poderes no estatales en Medio Oriente. Para entender quiénes son los hutíes hay que mirar hacia el pasado histórico de Yemen, hacia la fractura entre sunitas y chiitas, y hacia el nuevo orden regional que se disputa con drones, misiles y redes de influencia religiosa.

Quienes son los huties, pensamiento
Versión vectorizada de la pancarta hutí Ansarullah «Al-Sarkha». Texto en árabe, por líneas: الله أكبر (Alá es el más grande) الموت لأمريكا (muerte a América) الموت لإسرائيل (muerte a Israel) اللعنة على اليهود (una maldición sobre los judíos) النصر للإسلام (victoria para el Islam).

Geopolítica e historia de Yemen

Durante siglos, Yemen ha sido una encrucijada entre África Oriental, el Mar Rojo y el mundo árabe. Su ubicación estratégica en el estrecho de Bab el-Mandeb -una de las rutas marítimas más importantes del comercio internacional- convierte al país en un punto clave para la seguridad económica global. Sin embargo, esta posición privilegiada no ha evitado que Yemen sea uno de los Estados más pobres y fragmentados del mundo árabe. La división histórica entre el norte (de mayoría zaidí chiitahttps://grupogoberna.com/chiitas-y-sunitas-diferencia-geopolitica-islam/) y el sur (más sunita e influenciado por el marxismo en el siglo XX) ha sido constante. La unificación de Yemen en 1990 no eliminó las tensiones, y los conflictos tribales, religiosos y económicos siguieron debilitando al Estado central.

Desde el siglo XVI, Yemen fue disputado entre el Imperio Otomano y los imanes zaidíes que gobernaban desde las montañas del norte. En el siglo XX, el norte logró independizarse como una monarquía zaidí que luego fue derrocada por una república apoyada por Egipto en 1962. Por su parte, el sur yemení se convirtió en un Estado marxista respaldado por la Unión Soviética. La sorprendente unificación de ambos en 1990 fue más una fórmula diplomática que una integración real. A lo largo de los años 90 y 2000, los regímenes autoritarios del momento -encabezados por Ali Abdullah Saleh, primer presidente de Yemen- gobernaron mediante pactos frágiles con las tribus y reprimieron con fuerza la oposición, incluyendo a los grupos zaidíes.

La debilidad institucional, el descontento popular y la centralización del poder en Saná alimentaron el surgimiento de movimientos disidentes. Entre ellos, los hutíes, que comenzaron como una expresión religiosa-cultural del chiismo zaidí del norte, evolucionaron hacia una fuerza armada que se enfrentó al Estado yemení. A partir de 2014, tras el colapso del gobierno de transición por la operación psicológica (PSYOPS) de la Primavera Árabe, los hutíes ocuparon la capital y consolidaron su control sobre gran parte del norte del país, lo que llevó a una intervención militar liderada por Arabia Saudita. El conflicto se internacionalizó rápidamente, colocando a Yemen en el centro de una guerra por poder entre Irán y las monarquías del Golfo.

Historia de los hutíes: Del culto religioso a la guerra política

Por otro lado, profundizando en la historia de los hutíes, ya mencionamos que su movimiento tiene sus raíces en la comunidad zaidí del norte de Yemen, una rama del islam chiita diferente al duodecimano iraní. Durante siglos, los zaidíes dominaron políticamente el norte de Yemen bajo el sistema de los imanes -eruditas del islam.. Sin embargo, la modernización del Estado yemení y la expansión del wahabismo sunita, financiado por Arabia Saudita, marginaron progresivamente a esta comunidad. En los años noventa, surgió un grupo cultural y religioso llamado “Juventud Creyente”, liderado por Hussein Badreddin al-Houthi, que pronto evolucionó hacia una organización con discurso político y fuerte componente antiimperialista.

El asesinato de Hussein al-Houthi en 2004 a manos del gobierno yemení marcó el inicio de una serie de guerras intermitentes entre los hutíes y el Estado, conocidas como las “guerras de Sa’dah”. A lo largo de seis rondas de enfrentamientos, los hutíes fueron ganando fuerza militar, experiencia de combate y respaldo popular entre las comunidades del norte. Su narrativa se centró en la defensa del islam auténtico, la resistencia al dominio saudí y la denuncia del alineamiento del gobierno con Estados Unidos e Israel. Con el tiempo, el movimiento se reorganizó bajo el nombre de Ansar Allah («los partidarios de Dios»).

En 2014, aprovechando el vacío político dejado por la fallida transición tras la Primavera Árabe -como ya mencionamos anteriormente-, los hutíes tomaron Saná, la capital, y forzaron la huida del gobierno reconocido internacionalmente. Esto provocó la intervención militar de una coalición liderada por Arabia Saudita en 2015. Desde entonces, los hutíes han resistido bombardeos masivos, bloqueos y ofensivas, mientras consolidan un aparato estatal paralelo en el norte del país. Su capacidad de lanzar misiles balísticos y drones, incluso hacia territorio saudí, emiratí e israelí como ha ocurrido recientemente. Esto demuestra que ya no son una simple guerrilla: son una fuerza insurgente con influencia regional.

Abdul-Malik al-Houthi, líder del movimiento hutí en Yemen, asumió el liderazgo del grupo en 2004 tras la muerte de su hermano -Hussein Badreddin al-Houthi- fundador del movimiento. Bajo su dirección, los hutíes evolucionaron de una insurgencia local a una fuerza con control territorial y peso geopolítico, llegando a dominar amplias zonas del país, incluida la capital, Saná. (Fuente: Abdul-Malik al-Houthi)

¿Cuál es la ideología de los hutíes?

Los hutíes combinan una visión religiosa chiita zaidí con un discurso político antiimperialista y antisionista, similar a la política exterior que promueve Irán. Aunque doctrinalmente distintos del chiismo iraní, han establecido vínculos estratégicos con Teherán, que los apoya como parte de su política de expansión regional. Ideológicamente en síntesis, los hutíes rechazan el orden occidental, la influencia de Estados Unidos en la región, y denuncian la complicidad de las monarquías del Golfo con Israel. Su lema oficial -que la podemos ver en la foto adjuntada al inicio-, es: “Muerte a Estados Unidos, Muerte a Israel, Maldición sobre los judíos, Victoria para el islam”- refleja esta retórica beligerante y religiosa.

Su estrategia militar combina guerra asimétrica, control territorial, alianzas tribales y uso sofisticado de tecnología: han empleado drones, misiles balísticos, barcos suicidas y minas navales. A nivel interno, han desarrollado estructuras de gobernanza propias en las zonas bajo su control, incluyendo ministerios, policía y medios de comunicación. Han utilizado la educación y la propaganda como herramientas clave para consolidar su legitimidad entre la población. Sin embargo, su control autoritario y denuncias de represión contra opositores también han generado críticas internas y externas.

En el plano internacional, los hutíes forman parte del eje de resistencia junto con Irán, Hezbollah y facciones proiraníes en Irak y Siria. Aunque no son una franquicia directa de Irán, actúan en convergencia estratégica con sus intereses regionales. Sus ataques contra Israel y sus operaciones en el mar Rojo durante la guerra en Gaza, así como su amenaza a rutas marítimas globales, han ampliado su relevancia más allá de Yemen. Por lo que podemos concluir que hoy, los hutíes ya no son solo un actor doméstico: son una pieza clave del nuevo rompecabezas geopolítico de Medio Oriente.

Combatientes hutíes en Saná levantan armas y banderas en una protesta contra Estados Unidos e Israel, en apoyo a Palestina. (Fuente: TL Pacífico)

¿Qué acciones armadas han hecho los hutíes?

Para terminar, ya sabemos que a lo largo de la última década, los hutíes han pasado de ser una fuerza rebelde local en las montañas del norte de Yemen a convertirse en uno de los actores más influyentes del Medio Oriente. Desde que tomaron el control de la capital, Saná, en 2014, el movimiento ha librado una guerra directa contra Arabia Saudita, resistiendo miles de bombardeos y bloqueos aéreos. Lejos de ser derrotados, los hutíes lograron consolidar el control del norte de Yemen y establecieron una estructura de gobierno paralela. En ese proceso, su ejército irregular creció, se profesionalizó y comenzó a desafiar a potencias regionales con una fuerza que pocos anticipaban.

Uno de los momentos clave de su expansión militar fue cuando empezaron a lanzar ataques directos sobre territorio saudí. Lo hicieron con misiles, drones, cohetes y ataques terrestres. Algunos de estos impactos golpearon aeropuertos, bases militares y refinerías como las de Aramco, afectando incluso el suministro global de petróleo. Estos ataques además de mostrar su capacidad operativa, sino también el nivel de sofisticación tecnológica que han desarrollado con el apoyo de Irán. En paralelo, sus combatientes llevaron a cabo incursiones en regiones fronterizas como Najran y Jizan, mientras se mantenían firmes en sus posiciones dentro de Yemen, a pesar del aislamiento y los constantes bombardeos.

Pero su estrategia fue más allá del campo de batalla: en 2023 y la actualidad, los hutíes llevaron las operaciones de inteligencia y contrainteligencia al mar Rojo, atacando barcos comerciales con presuntos vínculos con Israel, Estados Unidos y Reino Unido. Lo hicieron con drones navales, misiles y hasta abordajes directos, argumentando que sus acciones eran en apoyo a Palestina durante la guerra en Gaza. Esto provocó bombardeos de represalia por parte de Estados Unidos y Reino Unido sobre sus bases en Yemen. Sin embargo, los hutíes no retrocedieron: declararon que sus operaciones seguirán mientras persistan los ataques a civiles palestinos. Hoy, son mucho más que una milicia local: son una fuerza que ha desafiado a algunas de las mayores potencias del mundo, desde el corazón de uno de los países más empobrecidos del planeta.

Conclusión

El movimiento hutí representa mucho más que una insurgencia armada, pues es el reflejo de las fracturas históricas, religiosas y políticas de Yemen, así como del nuevo orden multipolar que se configura en Medio Oriente. Su capacidad para resistir militarmente a potencias como Arabia Saudita y Estados Unidos, al mismo tiempo que consolidan estructuras de gobierno, revela un modelo híbrido de milicia-Estado que desafía las categorías tradicionales. Lejos de ser un actor local aislado, los hutíes han sabido insertarse en una red regional de alianzas ideológicas y estratégicas, convirtiéndose en un nodo operativo del eje de resistencia liderado por Irán, pero sin perder autonomía táctica ni narrativa propia.

En un mundo donde los regímenes alternativas a la democracia liberal y los actores no estatales ganan cada vez más protagonismo, los hutíes encarnan un fenómeno contemporáneo: fuerzas armadas ideologizadas con visión de poder, respaldo popular y capacidad de proyección regional. El futuro de Yemen, y en parte del equilibrio en el mar Rojo y el Golfo Pérsico, dependerá de cómo evolucione su papel. Ignorarlos no es una opción. Entender su ideología, sus métodos y su lógica de guerra es clave para anticipar los próximos movimientos en un conflicto que ya trasciende las fronteras yemeníes.

Un comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *