La situación global nos lleva a volver a pensar, luego de la doctrina del golpe preventivo desarrollada Washington como respuesta al ataque del 11S en la lucha contra el terrorismo.
Sin embargo, una problemática que existe y que por supuesto no quiero abordar aquí es sobre el uso del término terrorista como mecanismos de lucha ideológica y de operaciones psicológicas. Es decir, el hacer del enemigo un “terrorista”.
Debo de precisar que aquí no solo es el enemigo alguien de ideas “socialistas”, terrorista es todo aquel que va contra el orden y sistema.
Les comento esto porque este lunes 18 de diciembre estamos iniciando un Diploma de doctrina Contraterrorista y Contrainsurgencia, dirigido a gobernantes, analistas de inteligencia, estrategas y asesores de alto nivel.
Por esta razón convocamos a personas de diferentes países como EEUU, España, Colombia y Perú para dictar un Diploma que llevará a importantes reflexiones que tendrán como resultados cambios en las políticas de Seguridad Nacional por parte de estos agentes de cambio.
Más allá de los criterios ideológicos, el diseño de estrategias nacionales para luchar contra toda forma de terrorismo deja enseñanzas que pueden ayudar a las élites a repensar la doctrina contraterrorista y contrainsurgente; sobre todo por las nuevas formas de terrorismo del crimen organizado. Las cuales desde mi punto de vista tienen un modus operandi parecido.
RB
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