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¿Por qué Eurasia es el epicentro de la geopolítica mundial?

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La historia del poder global está marcada por la lucha de civilizaciones, imperios y naciones que han buscado el dominio de territorios estratégicos. A lo largo de los siglos, una región en particular ha sido el epicentro de esta batalla: Eurasia. Conectando Europa, Asia y el Medio Oriente, este vasto espacio geográfico alberga a las potencias emergentes y establecidas que definen el equilibrio de poder en el mundo. Desde el auge de los imperios hasta las tensiones actuales entre Oriente y Occidente, Eurasia sigue siendo el tablero geopolítico donde se decide el futuro del orden global.

Los grandes estrategas y teóricos han identificado a Eurasia como la clave del poder mundial. Desde Halford Mackinder con su teoría del Heartland, pasando por Nicholas Spykman y su concepto del Rimland, hasta el eurasianismo de Aleksandr Dugin, la geopolítica ha girado en torno a esta región como el espacio decisivo para la hegemonía global. En este artículo, exploraremos la razón detrás de la importancia sobre esta región y cómo estas teorías han influido en las decisiones de las grandes potencias, lo que se reflejan en los conflictos actuales entre visiones opuestas del mundo.

Mapa geopolítico de Eurasia que incorpora algunas teorías sobre las zonas estratégicas (Fuente: EdgarFabiano – Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=19195760)

La Teoría del Heartland – Halford Mackinder

La teoría del Heartland o corazón del mundo, formulada por Halford Mackinder en 1904, sostiene que quien controle el centro de Eurasia dominará la «Isla Mundial» (Europa, Asia y África) y, con ello, el mundo. Esto se debe a que la región es rica en recursos naturales y está protegida de invasiones marítimas, por lo que es un argumento de que es el núcleo del poder global. Es más, Mackinder afirmaba que esta región «Heartland» poseía recursos inagotables, barreras naturales defensivas y una posición geográfica privilegiada para proyectar poder a nivel global. Por ello su famosa premisa dice así:

«Quien gobierne el Este de Europa dominará el Heartland;
quien gobierne el Heartland dominará la Isla Mundial;
quien gobierne la Isla Mundial dominará el mundo.»

Aunque no se comenta mucho, durante la Guerra Fría, uno de los enfoque de la disputa entre Estados Unidos y la Unión Soviética giró en torno a este espacio, y tras la caída de la URSS, Occidente avanzó en su control mediante la expansión de la OTAN y la Unión Europea hacia Europa del Este, desafiando la influencia rusa y reconfigurando el equilibrio geopolítico con el objetivo de fragmentar ambos continentes. Para Rusia, el Heartland es esencial para su supervivencia como potencia. Su estrategia histórica ha sido la profundidad geográfica, asegurando el control de territorios que sirvan como barrera ante amenazas externas.

El área pivote o el corazón del mundo según Mackinder (Fuente: Jesús Gómez Fernández SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=118707)

Como adelantamos, la OTAN ha intentado reducir su zona de influencia integrando países fronterizos, estos vendrían a ser Polonia, Rumania y los Estados bálticos, lo que llevó a Moscú a reaccionar, para evitar tener a la OTAN en sus fronteras, con la anexión de Crimea en 2014 y la actual guerra en Ucrania, un punto clave en el Heartland. Además, en Asia Central, Rusia enfrenta la creciente influencia económica de China, que con su proyecto de la Franja y la Ruta ha reducido la dependencia de los países de la región respecto a Moscú.

La Teoría del Rimland – Nicholas Spykman

En 1942, el estratega Nicholas Spykman desarrolló la teoría del Rimland como una respuesta a la teoría del Heartland de Halford Mackinder. Mientras Mackinder sostenía que el control del centro de Eurasia era la clave del poder global, Spykman argumentó que las zonas costeras de Eurasia (el Rimland) eran aún más estratégicas dado al acceso a los océanos que incluyen Europa Occidental, Medio Oriente, el Sur de Asia y el Este de Asia. Su premisa es la siguiente:

«Quien controle el Rimland, dominará Eurasia.
Quien domine Eurasia, controlará el destino del mundo.»

Esta teoría pudo haber influido en el cambio de la forma en que Occidente veía la geopolítica, ya que esto explicaría por qué Estados Unidos ha mantenido una fuerte presencia militar y económica en estas regiones, promoviendo alianzas como a la misma OTAN en Europa, el apoyo a Turquía e Irán (en el contexto del golpe de Estado de 1953) en Medio Oriente, y el bloqueo a China en el Indo-Pacífico. Hoy, incluso esta visión sigue vigente con estrategias como AUKUS y QUAD, que buscan contener la influencia china en el Mar de China Meridional y en Taiwán.

Eurasia
Mapa con la teoría del Rimland (Fuente: Blog – Chronique du Grand Jeu, CC BY-SA 4.0 https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0, via Wikimedia Commons)

Por lo tanto, la lucha entre las dos visiones geopolíticas es evidente. Rusia, al seguir la lógica del Heartland, buscaría asegurar su dominio en Europa del Este y Asia Central para consolidar su poder. China, en cambio, enfrenta la contención de EE.UU. en el Rimland, con conflictos estratégicos en el Pacífico, el Estrecho de Taiwán, el Mar de China Meridional y las rutas comerciales del Océano Índico. Esta competencia demuestra que, aunque la disputa por el Heartland sigue siendo crucial, el Rimland se ha convertido en el nuevo escenario donde se define el futuro del poder mundial dado al nuevo poderío chino.

Teoría de la Isla Mundial (La versión de Karl Haushofer)

Regresando unos años en el tiempo, a partir de la década de los 20, el geopolítico alemán Karl Haushofer, influenciado por la teoría del Heartland de Halford Mackinder, desarrolló su propia versión de la lucha por el poder global con el concepto de la Isla Mundial (Weltinsel). Mientras Mackinder sostenía que el control del Heartland de Eurasia era suficiente para dominar el mundo, Haushofer, amplió esta visión al argumentar que Eurasia y África juntas forman el verdadero centro del poder global. Según su teoría, para evitar la dominación anglosajona (principalmente de Gran Bretaña y EE.UU.), Alemania debía expandir su influencia en Europa del Este, Asia y África del Norte, asegurando recursos estratégicos y evitando el aislamiento geopolítico.

La gran diferencia entre Mackinder y Haushofer radica en la escala de dominio. En este sentido, Haushofer, quien también se había inspirado en el Lebensraum de Friedrich Ratzel, promovió una visión multipolar, en la que Alemania, Rusia y Japón podían liderar un orden global alternativo frente a las potencias anglosajonas. No obstante, esta idea influyó en la estrategia del Tercer Reich que, aunque cambió en su aplicación, buscó la expansión alemana hacia Europa del Este y estableció alianzas con Japón e Italia en un intento por contrarrestar la hegemonía británica y estadounidense. Es por estas razones que algunos consideran que Adolf Hitler fue un eurasianista.

Propaganda anunciando el regreso de colonos alemanes a las tierras del imperio (Fuente: Bundesarchiv, R 49 Bild-0705 / Desconocido / CC-BY-SA 3.0, CC BY-SA 3.0 de, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=5372103)

Hoy en día, aunque la versión de Haushofer está asociada a la geopolítica del nazismo, su idea de una Isla Mundial euroasiática-africana resuena en las estrategias contemporáneas de potencias como China y Rusia. La iniciativa china de la Franja y la Ruta, el fortalecimiento de los BRICS con países africanos, y la creciente cooperación ruso-china en Eurasia reflejan una evolución de este concepto, donde el poder ya no solo se juega en el Heartland, sino en una estructura geopolítica más amplia que busca debilitar la hegemonía occidental.

La Teoría del Gran Tablero de Ajedrez – Zbigniew Brzezinski

En 1997, el estratega polaco-estadounidense Zbigniew Brzezinski, asesor de seguridad nacional de EE.UU., desarrolló en su libro El Gran Tablero de Ajedrez una reinterpretación moderna de la teoría del Heartland de Halford Mackinder. Brzezinski coincidía en que Eurasia era la clave para la hegemonía mundial, pero a diferencia de Mackinder, no proponía que EE.UU. intentara controlarla directamente, sino que debía evitar a toda costa que una sola potencia lo hiciera. Su premisa fundamental era que la fragmentación de Eurasia garantizaría el dominio de Occidente, asegurando que ni Rusia, ni China, ni ninguna coalición regional pudiera desafiar el poder estadounidense.

Para Brzezinski, el equilibrio de Eurasia dependía del control estratégico de tres regiones clave: Europa Occidental, Rusia y China. Según su visión, Europa debía permanecer bajo la influencia de EE.UU. a través de la OTAN y la Unión Europea, asegurando que no surgiera una potencia independiente. Rusia debía ser contenida, debilitada y marginada de Europa, impidiendo la restauración de su dominio sobre el Heartland. Por último, China debía ser gestionada estratégicamente, evitando su expansión descontrolada y utilizando el Rimland para bloquear su crecimiento. Este pensamiento influyó en la expansión de la OTAN hacia el este, el apoyo a Ucrania y Georgia contra Rusia, y las estrategias de contención en el Indo-Pacífico.

Pintura Jugando al ajedrez, de José Gallegos y Arnosa.

Por lo tanto, la guerra en Ucrania, las sanciones a Rusia, la contención de China en el Mar de China Meridional y el fortalecimiento de alianzas como AUKUS y QUAD responderían directamente a la lógica del Gran Tablero de Ajedrez. Mientras que Mackinder y Spykman diseñaron modelos de dominio geopolítico, Brzezinski adaptó estas teorías a la realidad del mundo unipolar tras la Guerra Fría, convirtiendo la fragmentación de Eurasia en una política de Estado para EE.UU. Hoy, con la cooperación entre Rusia y China, la consolidación de los BRICS y el ascenso de nuevos actores, su teoría sigue siendo un referente clave en la estrategia de Washington.

Eurasianismo – Aleksandr Dugin

Por último, el Eurasianismo, formulado por el geopolítico ruso Aleksandr Dugin, es una de las teorías más influyentes en la política exterior de Rusia en el siglo XXI. Dugin propone que Eurasia no es solo un espacio geográfico, sino una civilización propia con valores, cultura e identidad distintas de Occidente. Según esta visión, Rusia debe liderar un bloque continental eurasiático para contrarrestar la globalización impulsada por Estados Unidos y la Unión Europea. Inspirado en la teoría del Heartland de Mackinder y en la idea de la Isla Mundial de Haushofer, el Eurasianismo sostiene que Moscú debe integrar a los países de Eurasia en una estructura multipolar que rompa la hegemonía occidental.

La diferencia clave entre el Heartland clásico de Mackinder y el Eurasianismo de Dugin es que Mackinder veía a Eurasia como un espacio físico estratégico, mientras que Dugin la considera una unidad geopolítica y civilizacional que debe defenderse de la influencia liberal occidental. Para ello, Rusia ha promovido alianzas con China, Irán, India y otros actores asiáticos, impulsando organismos como la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), los BRICS+ y la Unión Económica Euroasiática (UEE). Por lo que podemos resumir su visión en que: Eurasia no es solo un espacio geográfico, sino una civilización propia que debe resistir la globalización de Estados Unidos y la UE.

Cabe agregar que, para garantizar su dominio, el Eurasianismo incorpora el concepto del Pentalaso, que identifica cinco mares estratégicos como puntos clave para consolidar la influencia rusa: Mar del Norte, Mar Báltico, Mar Negro, Mar Caspio y Mar Mediterráneo, esenciales para el comercio, la energía y la proyección militar de Rusia. La lucha por el control del Mar Negro en Ucrania, la presencia militar en Siria y el Mediterráneo, y la creciente disputa con la OTAN en el Báltico y el Norte de Europa reflejarían la aplicación del Eurasianismo en la política exterior rusa. Además, esto explicaría los intereses rusos tras la anexión de Crimea en 2014 y la guerra en Ucrania de 2022.

Mapa eurasiático de Aleksandr Dugin (Fuente: Nova Resistência)

En conclusión, mientras Occidente busca debilitar la influencia rusa en Eurasia, Moscú emplea el Eurasianismo como una estrategia de resistencia y expansión, consolidando su papel como el núcleo del nuevo orden multipolar. El pensamiento de Dugin ha influido en la política exterior de Rusia, promoviendo alianzas con China, Irán y otros países asiáticos en un frente común contra la hegemonía occidental.

Eurasia vs. Occidente: Conflictos Estratégicos

Como hemos visto a lo largo del artículo, la lucha entre Eurasia y Occidente no es solo una disputa territorial, sino una batalla de modelos políticos, económicos y culturales. Mientras Estados Unidos y Europa promueven un orden liberal basado en el capitalismo de libre mercado y la democracia representativa para todos los países; las potencias eurasiáticas han adoptado estrategias de resistencia con sistemas más autoritarios, militarizados, basados en el control estatal de la economía y en la promoción de un mundo multipolar. A continuación, presentamos un cuadro con los principales países de Eurasia que desafían la visión occidental y sus estrategias geopolíticas:

PaísRazón de conflicto con OccidenteEstrategia utilizada
RusiaExpansión de la OTAN, sanciones económicas, guerra en UcraniaAlianzas con China e Irán, intervención militar, control energético
ChinaRivalidad comercial con EE.UU., disputa en Taiwán y el Mar de China MeridionalExpansión económica con la Franja y la Ruta, dominio tecnológico, modernización militar
IránSanciones de EE.UU., conflicto con Israel, apoyo a grupos antioccidentalesDesarrollo nuclear, influencia en Medio Oriente, alianzas con Rusia y China
Corea del NorteEnfrentamiento con EE.UU., amenazas nuclearesPruebas de misiles, negociaciones estratégicas, aislamiento económico
VietnamDisputas con Occidente a lo largo del siglo XX. Sin embargo, también tiene disputas en el Mar de China Meridional, tensión histórica con ChinaReforzamiento militar, acercamiento estratégico con EE.UU. sin olvidar el pasado.
SingapurCompetencia con China, presión de EE.UU. para alinearse con OccidenteEquilibrio geopolítico, liderazgo en comercio y finanzas globales
TurquíaTensiones con la OTAN, conflicto con Grecia y Chipre, relaciones con RusiaPolítica exterior ambivalente, adquisición de armas rusas, expansión de influencia en Asia Central y el Cáucaso. Algunos señalan que se trataría de un «Neotomanismo»
Líbano (Hezbollah)Apoyo de Irán, conflicto con Israel, sanciones de EE.UU.Poder militar no estatal, influencia en Siria, red de alianzas con actores antioccidentales

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Conclusión

Eurasia es el núcleo del poder global porque es el punto de intersección entre las grandes civilizaciones, economías y rutas estratégicas del mundo. Desde el Heartland de Mackinder hasta el Rimland de Spykman, las principales teorías geopolíticas han identificado a esta región como el espacio donde se define la hegemonía global. La guerra en Ucrania, la disputa en el Mar de China Meridional y la expansión de la OTAN reflejan cómo Estados Unidos y sus aliados buscan mantener fragmentada Eurasia para evitar el ascenso de una potencia dominante, mientras que Rusia, China e Irán intentan consolidar un bloque euroasiático capaz de desafiar el orden occidental.

Los conflictos actuales en Europa del Este, Medio Oriente y Asia-Pacífico no son eventos aislados, sino parte de una lucha más amplia por el control del continente más importante del planeta. La energía, la tecnología, el comercio y la seguridad global dependen de lo que ocurra en Eurasia, lo que la convierte en el epicentro de la geopolítica mundial. Si la región se fragmenta, el mundo seguirá bajo la influencia de Occidente; pero si Eurasia logra consolidarse como un bloque autónomo, el siglo XXI marcará el fin de la hegemonía unipolar de Estados Unidos y el surgimiento de un nuevo orden multipolar.

Edición Goberna

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