Breve análisis de los movimientos de Pedro Castillo
Hoy leí la noticias de que el ex presidente Pedro Castillo iba por el 14to abogado para llevar su caso, no al mismo tiempo, sino cambiando de abogado. La noticia hacía mofa de que el abogado confundía el nombre de su cliente, sin embargo, para mí llama mucho más la atención que se haya llegado a ese número de abogados para un solo caso. En el análisis de hoy quería hablarles sobre el error principal de Pedro Castillo en su estrategia y su manejo de la crisis donde terminó involucrado.
El caso del ex presidente Pedro Castillo en Perú ha generado intensos debates y controversias en el ámbito político. Sus simpatizantes han afirmado que ha sido víctima del «lawfare», una utilización indebida del sistema legal para perseguir a líderes políticos. Para contrarrestar esto, de ser el caso, es necesaria una estrategia anti lawfare, compuesta por tres componentes: el legal, el político y el comunicacional. Sin embargo, al analizar la estrategia de Castillo, surge un problema fundamental que dificulta la implementación efectiva de cualquier estrategia anti lawfare: la falta de continuidad y la impaciencia en la toma de decisiones.
La estrategia legal es esencial en cualquier proceso de defensa frente a acusaciones legales. Requiere tiempo y dedicación para construir argumentos sólidos, recopilar pruebas y presentar una defensa sólida. Sin embargo, en el caso de Castillo, su constante cambio de abogados ha impedido que ninguna estrategia legal se ejecute a nivel táctico y pueda dar resultados concretos. Cambiar de abogado con excesiva frecuencia crea desorden y falta de continuidad en la defensa legal, lo que debilita su posición y dificulta la construcción de una estrategia sólida.
Este patrón de falta de continuidad y cambio constante se ha visto reflejado en otros aspectos de su gobierno. Desde el inicio de su mandato, Castillo ha cambiado repetidamente de ministros, de discurso y de imagen. Si bien se ha argumentado que fue mal asesorado, desde esta perspectiva se puede entender que no se trata necesariamente de un problema de asesoramiento, sino de impaciencia y falta de conocimiento por parte del mandatario. Su constante cambio de enfoque y de asesores impide que cualquier estrategia se desarrolle y se concretice, dejando al gobierno sin una dirección clara y coherente.
Para mi particularmente resulta algo común la situación en la que se encuentra Pedro Castillo. Me ha ocurrido lo mismo con muchos clientes, quieren cambiar de “estrategia” cuando ni siquiera se ha probado la eficacia táctica de la estrategia, razón por lo cual terminan cambiando de orientación sin saber la potencialidad de una estrategia, porque jamás llegó a su nivel operativo.
La estrategia política también se ve afectada por esta falta de continuidad. La construcción de alianzas, la negociación política y la implementación de políticas requieren un enfoque estratégico a largo plazo. Sin embargo, los constantes cambios en la postura y el discurso de Castillo generan incertidumbre y desconfianza tanto en el ámbito político como en la ciudadanía. La falta de una estrategia política coherente y la ausencia de una visión clara dificultan la construcción de consensos y el avance de su agenda política.
Recuerden estrategas que la campaña no termina cuando se gana la elección, hay mucho trabajo que hacer y otras estrategias que deben de ser implementadas al pasar al nivel de gobierno, descuidar este aspecto, la falta de conocimiento y la impaciencia fueron el verdadero talón de aquiles de Pedro Castillo.
#StratPol