La situación política en Chile se encuentra en un momento de reconfiguración y búsqueda de acuerdos en medio de un escenario complejo. La convocatoria realizada desde La Moneda hacia los partidos de la derecha tradicional ha generado atención y expectativas en relación con las reformas tributaria y de pensiones, dos aspectos fundamentales en la agenda gubernamental. 

El presidente Gabriel Boric, en su afán por restablecer un diálogo efectivo con la oposición, ha impulsado esta convocatoria tras la salida del Gabinete de Giorgio Jackson. La renuncia de Jackson, figura clave en el equipo gubernamental, fue una condición planteada por la derecha, en especial por el partido UDI, para retomar las conversaciones con el Ejecutivo. 

El propósito subyacente en esta convocatoria es la necesidad de destrabar temas trascendentales para el país. Entre ellos se destacan el pacto fiscal, la reforma previsional y los proyectos legislativos relacionados con probidad y seguridad pública. No obstante, es importante destacar que el mero restablecimiento del diálogo no asegura la aprobación de las reformas en los términos que busca el Gobierno. 

En este contexto, el papel de la oposición cobra relevancia. El senador Ricardo Lagos Weber y la ministra Carolina Tohá han subrayado la capacidad de la oposición para influir en la definición del diseño final de las reformas. El Gobierno, consciente de la falta de votos suficientes en el Congreso, ha expresado su disposición a ceder y transar en aras de lograr acuerdos sustantivos. 

No obstante, la renuncia de Giorgio Jackson no ha producido un efecto inmediato de mejora en la relación entre el Gobierno y la oposición. El llamado público del Gobierno a la derecha para que cumpla sus compromisos y participe en el diálogo ha sido constante. La derecha, por su parte, ha expresado su descontento con las reformas planteadas y ha instado a un cambio estratégico en el Gobierno. 

El expresidente Sebastián Piñera, quien ha recobrado protagonismo en el escenario político, ha abogado por el diálogo, los acuerdos y la unidad. Sin embargo, ha manifestado críticas hacia los proyectos originales de reformas tributarias y previsional. Esta dualidad en sus declaraciones refleja la complejidad de los desafíos que enfrenta la administración actual. 

La posibilidad de un cambio de Gabinete está en la mira, lo que agrega un elemento adicional a la coyuntura política. La renuncia de Jackson habría alterado los planes internos del presidente Boric, generando dudas sobre la fecha y alcance de un nuevo ajuste ministerial. Esta incertidumbre afecta el cronograma de cambios y las decisiones estratégicas del Gobierno. 

La renuncia de Giorgio Jackson ha tenido un impacto que trasciende lo meramente político. Las aguas políticas han experimentado cierta calma, como ha sido reconocido por voces dentro del partido Evópoli, lo que puede ofrecer un espacio para el restablecimiento de diálogos y acercamientos. 

En contrapartida, el Partido Republicano muestra una postura menos abierta al diálogo. Su posición estratégica no se alinea con los acuerdos y consensos propuestos por el Gobierno. Este partido, a diferencia de otros de la derecha, no está convocado a La Moneda junto a otros actores políticos este jueves.