El 26 de julio, en la nación africana de Níger, un grupo de militares interrumpió la señal de televisión nacional para anunciar la destitución del presidente Mohamed Bazoum, la suspensión de las instituciones constitucionales y el cierre de las fronteras. Este acto contundente marcó el inicio de un período tumultuoso para una de las naciones más empobrecidas del mundo.
En un país ya caracterizado por la dificultad económica y política, Níger enfrenta ahora una crisis aún más profunda. El presidente Bazoum y su familia están retenidos en el palacio presidencial por militares insurrectos, alegando el «continuo deterioro de la situación de seguridad y la mala gobernanza económica y social» como justificación para derrocar al gobierno democráticamente elegido.
La respuesta internacional no se hizo esperar. Francia, España e Italia han enviado aviones para evacuar a sus ciudadanos y a otros europeos de Níger, ante el creciente clima de incertidumbre. Estados Unidos también ha tomado medidas drásticas, suspendiendo la ayuda humanitaria a Níger y exigiendo la liberación inmediata de Bazoum por parte de la Junta Militar golpista.
Sin embargo, a pesar de estas demandas claras de condena desde Europa y Estados Unidos, la Junta Militar parece mantenerse imperturbable, lo que agrava la tensión en el país.
Los eventos que desencadenaron este golpe de Estado comenzaron en la mañana del 26 de julio, cuando Mohamed Bazoum fue retenido en el palacio presidencial por miembros del Ejército nacional. Aunque las cuentas oficiales de Bazoum afirmaban que estaba en buen estado y que las fuerzas armadas estaban listas para enfrentar a los golpistas, la situación rápidamente escaló. El coronel Amadou Abdramane, vocero del grupo insurrecto, tomó la palabra en televisión nacional para anunciar el desplazamiento de Bazoum de sus funciones y la implementación de un toque de queda nacional.
Esta serie de acontecimientos ha generado reacciones mixtas en la población. Parte de los habitantes de Niamey, la capital, no están conformes con el golpe y se han manifestado en favor de la liberación de Bazoum. Sin embargo, también se han observado disturbios protagonizados por nigerianos que apoyan a la nueva Junta Militar.
El 28 de julio, Abdourahamane Tchiani, un general de brigada del Ejército, se autoproclamó líder de la nueva Junta Militar, que se denomina Consejo Nacional para la Salvaguardia de la Patria (CLSP). Esta nueva entidad de poder se presenta como la respuesta a la crisis que enfrenta Níger, una nación que se encuentra en una región conocida por su inestabilidad política, social y económica: el Sahel, compuesto por Burkina Faso, Senegal, Chad, Guinea, Mauritania, Mali y Níger.
La llegada de Bazoum al poder en Níger después de las elecciones presidenciales de 2021 fue polémica; ya que, la oposición alegó fraude en el conteo de votos. Curiosamente, dos días antes de su investidura oficial, ya estando en funciones, el gobierno experimentó un intento de golpe de Estado que prefiguró la actual crisis.
En este contexto, la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) ha amenazado con usar la fuerza para reinstalar el gobierno de Bazoum si no es restablecido. Además, Burkina Faso y Mali se han declarado aliados de Níger en caso de una posible intervención militar extranjera y han advertido contra la injerencia en el país.
Francia desempeña un papel crucial en esta crisis debido a sus intereses en los recursos naturales de Níger y su presencia militar en la región. La Junta Militar ha acusado a Francia de conspirar con Bazoum para sacarlo del poder, lo que ha aumentado las tensiones entre ambas partes. La crisis también ha puesto de relieve las complejas dinámicas de poder y percepciones de neocolonialismo en una excolonia francesa como Níger.
Las tensiones han escalado a tal punto que se han observado banderas francesas quemadas y cánticos en contra de París en las protestas frente a la embajada francesa en Niamey. Esta situación es agravada por el hecho de que Francia es un importante productor de uranio, un recurso esencial para la industria nuclear, y parcialmente depende de las importaciones de Níger.
Mientras el Palacio del Elíseo rechaza el golpe de Estado y advierte sobre posibles represalias, la crisis en Níger sigue generando incertidumbre sobre su futuro político y atrae la atención global debido a su inestabilidad y a la importancia estratégica de sus recursos naturales
El 14 de agosto, los países de África occidental opuestos al golpe en Níger denunciaron que el régimen militar amenazó con procesar por «alta traición» a Mohamed Bazoum, presidente depuesto; puesto que señalaban que este “atenta contra la seguridad interior y exterior” de aquel país.