En el capítulo anterior, hablamos sobre la militarización de los partidos políticos, una táctica que suele emerger en contextos de conflicto bélico, donde las fuerzas paramilitares no solo se convierten en herramientas de resistencia, sino también en plataformas para inspirar esperanza y ganar legitimidad electoral en un futuro. Pero si la militarización es una estrategia evidente, la manipulación mediática y el control de los medios de comunicación se presenta como una herramienta silenciosa y, a menudo, más efectiva para moldear la opinión pública.
La diversidad de medios en un país se asocia frecuentemente con la libertad de expresión. Sin embargo, esta percepción ignora la influencia de los intereses económicos detrás de las noticias. Los dueños de cadenas televisivas no son solo guardianes de la información; son actores con agendas, dispuestos a proteger sus intereses y los de sus aliados. Así, las noticias pueden transformarse en armas: ajustando el lenguaje, eligiendo qué destacar o relegando temas al olvido bajo el manto de cortinas de humo.
Ridiculización de los opositores
En Italia, Silvio Berlusconi, dueño de Mediaset, ejemplifica cómo la influencia mediática puede ser utilizada para neutralizar adversarios políticos. Durante su carrera, su estrategia no solo construyó una imagen favorable de sí mismo y de su gobierno, sino que también ridiculizó a sus rivales. En las elecciones generales de 2006, Romano Prodi, su principal oponente, fue caricaturizado bajo frases burlonas del tipo “tiene el carisma de un muerto». Estas narrativas, amplificadas constantemente por Mediaset, debilitaron la percepción pública de sus adversarios, siendo un éxito como nos comenta el informe La sátira política en Italia: un exitoso género televisivo de Rossend Domènech.
En América Latina, no es necesario poseer un medio de comunicación privado para usar esta estrategia, debes usar la del Estado. Hugo Chávez y Nicolás Maduro transformaron las transmisiones televisivas en campos de batalla ideológicos. Mientras los medios privados, como Globovisión en su momento, denunciaban actos de corrupción que llegaron a promover protestas, mientras que los canales estatales replicaban una narrativa contraria. En este enfrentamiento, Chávez llegó incluso a cerrar medios como RCTV, según publicó Diario de las Américas en su artículo RCTV: Hace 13 años, Hugo Chávez ordenó cierre del canal, se argumentó que fue por la posición tomada por RCTV durante el golpe de Estado de 2002. Lo que consolidó el control del gobierno sobre la narrativa nacional.
La manipulación de la percepción pública a través de encuestas
En México, las elecciones de 2012 estuvieron marcadas por una intensa polémica mediática. Diversas encuestas posicionaban a Enrique Peña Nieto como el claro favorito, generando una percepción de inevitabilidad en torno a su victoria. Sin embargo, una investigación del periódico The Guardian en su artículo Escándalo en los medios de comunicación mexicanos: una unidad secreta de Televisa promocionó al candidato del PRI, reveló que una unidad secreta de la cadena de televisión dominante habría recibido pagos para favorecer a Peña Nieto y desprestigiar a su principal rival, Andrés Manuel López Obrador. Aunque estas revelaciones no cambiaron el resultado, dejaron en evidencia el impacto de los medios en la construcción de realidades políticas.
De manera similar, en Argentina, durante las elecciones presidenciales de 2015, los medios de comunicación al proyectar encuestas y conteos presuntamente manipulados jugó un papel crucial en moldear la percepción pública. Como nos da a entender el artículo Las encuestas vs. la realidad en las elecciones generales de 2015 publicado en Chequeado, es posible que los medios alineados con Mauricio Macri promovieron una imagen negativa sobre Daniel Scioli, su principal contendiente, reforzando la imagen del primero como la mejor opción para el país. La combinación de encuestas favorables y cobertura mediática sesgada resultó decisiva para el triunfo de Macri.
El interés empresarial detrás de los medios
Los intereses económicos detrás de los medios también tienen un papel clave. En Estados Unidos, Fox News ha sido acusado de beneficiar al Partido Republicano, siguiendo instrucciones de sus accionistas. En el artículo de France 24 titulado ‘Fox News’ admite que en 2020 respaldó las acusaciones falsas de fraude electoral de Trump Durante las elecciones de 2020, y el de BBC News Fox News: ¿actor político o medio de comunicación?
se muestra la colaboración del medio de comunicación con este partido, sobre todo, tras la llegada de Donald Trump , llegando incluso a admitir que se respaldó las acusaciones de fraude tras la derrota de Trump en 2020.
Este patrón se repite en medios estatales como Russia Today, donde la línea editorial ha sido acusado de responder directamente a los intereses del Kremlin como comenta el artículo From Russia to Serbia: How RT spreads the Kremlin’s propaganda in the Balkans despite EU sanctions de Reporteros sin Fronteras, proyectando una imagen heroica de sus políticas. Los medios, ya sean privados o estatales, actúan como actores con intereses específicos, influenciando cómo se perciben los eventos a nivel nacional e internacional. La televisión, con su alcance masivo, se convierte en un arma poderosa en las manos adecuadas.
La desinformación como herramienta de alto impacto
Las fake news no son un fenómeno exclusivo de las redes sociales; también emergen de los medios tradicionales. En Brasil, durante las elecciones de 2018, una avalancha de desinformación perjudicó gravemente a Fernando Haddad, candidato opositor. Acusado de querer implantar un «estado comunista» como se reporta en Bolsonaro acusa a Haddad de querer instaurar el “comunismo” en Brasil por Cubanet, esta narrativa creó una percepción de amenaza que Jair Bolsonaro aprovechó para consolidar su candidatura. Apoyado en estrategias mediáticas previamente analizadas, como también la que analizamos en el primer capítulo, Bolsonaro se presentó como un salvador, obteniendo la victoria en un contexto de confusión y polarización.
Los medios de comunicación, lejos de ser simples canales de información, son herramientas de poder que pueden construir o destruir carreras políticas. En el siguiente capítulo, analizaremos el arte de la oratoria como una herramienta decisiva en las campañas electorales.