Un enfoque geopolítico y doctrinario
En la actualidad, el cristianismo ha resurgido como un eje central en el discurso político de los Estados Unidos, especialmente entre figuras como Donald Trump, quien ha utilizado la defensa de la fe cristiana para consolidar un respaldo significativo entre sus votantes. A través de sus discursos, Trump plantea una narrativa en la que el cristianismo en Estados Unidos está bajo amenaza y debe ser protegido para preservar la identidad nacional. Esta estrategia de unir política y religión no solo tiene implicancias en la política interna del país, sino que también resuena con las ideas presentadas en El choque de civilizaciones de Samuel Huntington. En esta obra, Huntington proyecta un mundo posguerra fría en el que las identidades religiosas y culturales se convierten en los principales elementos que definen conflictos y alianzas a nivel global.
La Geopolítica del Cristianismo Según Huntington
Samuel Huntington sugirió en El choque de civilizaciones que la era de las ideologías daría paso a una era en la que las civilizaciones y sus valores religiosos y culturales se convertirían en las principales divisiones en el ámbito global. Para Huntington, la religión no es simplemente una cuestión de fe, sino un pilar fundamental en la construcción de identidad de las sociedades. Desde esta perspectiva, el cristianismo en Occidente, particularmente en los Estados Unidos, se convierte en una fuerza cohesionadora y unificadora, fundamental para definir la identidad cultural de una civilización. La noción de una identidad cristiana occidental, defendida y promovida en la esfera pública, tiene un gran potencial para construir consensos y legitimar políticas tanto internas como externas.
En este contexto, Trump, al defender los valores cristianos, no se presenta únicamente como un político, sino como un defensor de una civilización y sus tradiciones. Su discurso apunta a la protección de una cultura cristiana que percibe en peligro debido a influencias externas y cambios internos promovidos por sectores progresistas. De esta manera, Trump encarna una defensa activa de la civilización occidental-cristiana, en sintonía con la visión de Huntington de una civilización que se organiza y se defiende en torno a valores compartidos.
La Comunidad Hispana y el Cristianismo en la Política de Trump
Dentro de Estados Unidos, una parte significativa de la comunidad hispana es cristiana y comparte valores conservadores en temas de familia y ética. Aunque la mayoría de esta comunidad no se alinea políticamente con Trump, una parte considerable ha encontrado atractivo en su discurso de defensa del cristianismo. Esta afinidad tiene raíces en una identidad compartida que incluye el respeto a valores tradicionales cristianos, lo cual se alinea con el discurso político de Trump.
Para muchos hispanos, el mensaje de Trump de proteger el cristianismo en la esfera pública no es solo una cuestión de política religiosa, sino una promesa de defender ciertos valores que ven como esenciales para la sociedad. Aunque la postura de Trump sobre la inmigración es controvertida, algunos votantes hispanos interpretan sus políticas como una defensa de la legalidad y el orden, lo cual consideran alineado con principios cristianos. En este sentido, el apoyo hispano refuerza la coalición cristiana en Estados Unidos y brinda una dimensión multicultural a la defensa del cristianismo que proyecta Trump.
El Nacionalismo Cristiano: Una Herramienta de Cohesión Interna
La visión de Trump de un Estados Unidos centrado en la identidad cristiana se refleja también en sus políticas internas. Trump plantea que los valores cristianos están siendo amenazados por la “izquierda radical” y utiliza este discurso para movilizar un sentimiento de defensa de la identidad cultural y religiosa del país. Esta estrategia crea un tipo de “nacionalismo cristiano” que une a sus seguidores en torno a una misión común: la protección de los valores fundacionales de la nación. En términos de Huntington, esto representa una construcción de identidad que, al fortalecerse, inevitablemente entra en tensión con otras visiones internas y externas que no comparten estos valores.
Trump y Putin: Afinidades en Defensa de una Civilización
Al analizar la relación entre Trump y figuras como Vladimir Putin, se observa que ambos líderes han promovido un conservadurismo que defiende la identidad cristiana de sus respectivos países. Aunque Rusia y Estados Unidos pertenecen a tradiciones cristianas diferentes —la ortodoxa y la protestante— ambos países comparten una civilización cristiana occidental que, según Huntington, debería crear puntos de afinidad. La alianza cultural y moral que Trump promueve se centra en un rechazo a ciertas corrientes progresistas que, según él, amenazan los valores tradicionales. Esto se parece a la narrativa de Putin, quien también utiliza el cristianismo ortodoxo como pilar de identidad nacional frente a lo que percibe como influencias desestabilizadoras.
En contraste, Xi Jinping representa una civilización distinta, con raíces en el confucianismo y una concepción del Estado diferente de la tradición occidental cristiana. Aunque Trump y Xi han colaborado en el plano económico y comercial, la afinidad cultural y religiosa que podría establecer con Putin, según la teoría de Huntington, es mucho más débil, ya que sus visiones del Estado y de la sociedad no giran en torno a la misma identidad religiosa.
El Cristianismo como Factor de Choque de Civilizaciones
En un mundo posguerra fría, como plantea Huntington, las civilizaciones se configurarán alrededor de afinidades religiosas y culturales, y los conflictos o alianzas entre ellas reflejarán estas divisiones. En Estados Unidos, el cristianismo se convierte en una narrativa política que unifica a diversos sectores sociales, incluidos los hispanos, quienes refuerzan una visión del país basada en valores tradicionales. Para Huntington, estas divisiones culturales y religiosas en el ámbito global no solo definen las identidades nacionales, sino que también crean una predisposición hacia la confrontación con civilizaciones que no comparten estos valores.
Estadísticas sobre la Influencia del Cristianismo en la Política Estadounidense
El impacto del cristianismo en la política estadounidense es evidente en las elecciones presidenciales recientes. En las elecciones de 2016 y 2020, el 81% de los votantes evangélicos blancos respaldaron a Trump, según el Pew Research Center. Esto refleja cómo la defensa del cristianismo se ha convertido en un factor clave para movilizar a una base electoral importante en Estados Unidos. Además, el Public Religion Research Institute (PRRI) señala que un 57% de los republicanos asocian a Estados Unidos con una nación cristiana, destacando la relevancia de la fe en el discurso y la estrategia política.
El Cristianismo como Herramienta Geopolítica y Doctrinaria
En conclusión, el cristianismo como discurso político en la estrategia de Trump ejemplifica las ideas de Huntington tanto a nivel nacional como internacional. La defensa de los valores cristianos no solo fortalece una coalición diversa en Estados Unidos, sino que también posiciona a Trump como un defensor de la civilización occidental-cristiana en un mundo donde las civilizaciones, según Huntington, se definirán y defenderán por sus creencias fundamentales. Este discurso ha permitido a Trump consolidar una base leal y unificada, proyectándose como un protector de la identidad nacional estadounidense en un contexto geopolítico donde las alianzas y tensiones globales cada vez más reflejan divisiones culturales y religiosas profundas.
Redacción Goberna EE.UU 🇺🇲
2 respuestas
Oportuno y excelente análisis con visión histórica y actual a los tiempos que estamos viviendo . Felicidades a los redactores . Y en lo particular me parece que esto posiciona al Grupo Goberna como líder de opinión Geopolítica Latinoamérica y mundial . Lo creo firmemente y me enorgullezco de ser su alumno
Las estructuras culturales, definen siempre la dirección de los mecanismos de los estrategas.