A raíz de la reciente alianza sellada entre cuatro líderes de la oposición con miras a las elecciones generales de 2025, se han desatado diversas reacciones en el ámbito político. Por un lado, el presidente del Estado, Luis Arce, aprovechó la celebración del 19º aniversario de la primera victoria electoral del Movimiento al Socialismo (MAS) para emitir un discurso en el que reafirmó que su partido es el único capaz de hacer frente a la «derecha neoliberal» en los comicios venideros. En su intervención, Arce afirmó:
«El pueblo, junto con las organizaciones sociales, está aquí dispuesto a decirle a la derecha que no pasará, porque el pueblo la va a enfrentar».
Sin embargo, una aparente contradicción se ha generado en torno a la figura de Evo Morales, expresidente y líder del MAS, quien ha iniciado una intensa campaña electoral dando por hecho su candidatura. Mientras tanto, desde el bloque de los arcistas se evita confirmar si el presidente Arce será o no candidato, lo que deja abierta la incertidumbre en torno a las aspiraciones de Morales y la posible candidatura del actual mandatario.
En contraste, Manfred Reyes Villa, alcalde de Cochabamba y líder del movimiento político Autonomía para Bolivia Súmate, se ha mostrado firme en su decisión de no unirse al bloque opositor recién conformado. Con el visto bueno del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Reyes Villa expresó que su única condición para considerar una posible alianza sería que el bloque opositor acuerde apoyarlo y proclamarlo como el único candidato. Esta postura quedó reflejada en un comunicado emitido por Reyes Villa tras la conformación del pacto opositor, en el que pidió a la ciudadanía respaldar su precandidatura, asegurando que él es el único con una propuesta «seria» para el país.
De manera similar, Vicente Cuéllar, rector de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno y también candidato presidencial, ha cuestionado este pacto. A través de su agrupación Cambio 25, Cuéllar ha señalado que la unidad no debe basarse en las personas, sino en un proyecto de país. Insistió en que la unidad política debe centrarse en la renovación de los liderazgos y en una propuesta seria para el futuro de Bolivia. Cuéllar mencionó que su agrupación está en conversaciones con diversos actores políticos, como Jorge Tuto Quiroga, para crear una alternativa sólida en torno a un programa de gobierno.
Por otro lado, Branko Marinkovic, otro líder político, también expresó su descontento con el acuerdo alcanzado por la oposición. Según Marinkovic, el pacto está basado principalmente en intereses personales y no en una visión compartida del futuro del país. En sus declaraciones, el excívico y empresario fue contundente al afirmar:
«A Mesa, Quiroga y Doria Medina solo los une su ambición de poder. A Luis Fernando lo respeto, pero debo ser claro en decir que una juntucha de la vieja política no es el camino para solucionar el desastre que dejará el pedófilo, el MAS y sus cómplices en la oposición.»
Así, el panorama pre-electoral para las elecciones de 2025 se ha reconfigurado, y diversos analistas coinciden en señalar los cuestionamientos y la imposibilidad aparente para que la oposición logre unificarse de manera efectiva. Este escenario refleja la complejidad y la fragmentación de los actores políticos, lo que deja entrever un futuro incierto para la coalición opositora en las próximas elecciones en el país.