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Ted Cruz vs Tucker Carlson: polémica sobre Irán e Israel

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El 18 de junio de 2025, el senador republicano Ted Cruz se sentó frente al comentarista conservador Tucker Carlson en The Tucker Carlson Show, el programa que el presentador emite en línea tras su salida de Fox News. El intercambio -un video de casi dos horas que dejaremos adjunto- se anunció como un diálogo sobre la escalada bélica entre Israel e Irán, pero pronto podemos percibir que se transformó en un choque personal en el momento que Carlson cuestionó los conocimientos básicos de Cruz sobre Irán, mientras el senador defendía su respaldo incondicional a Israel y llegó a sugerir que Washington ya apoya militarmente a Tel Aviv.

Más allá del espectáculo mediático, la entrevista puso en primer plano la división interna del movimiento conservador. Pues, observamos de un lado, el ala “halcón” que encarna Cruz, partidaria de enfrentar a Irán y respaldar sin fisuras a Israel; del otro, el aislacionismo que Carlson reivindica y que halla eco en figuras afines al trumpismo y a un diálogo más patriota. El diálogo se convirtió así en un termómetro de cómo la derecha republicana digiere la posibilidad de una guerra abierta en Oriente Medio y de cuánta influencia ejercen lobbies como AIPAC en la política exterior de EE. UU.

Contexto geopolítico

Desde que Israel lanzó la Operación “Rising Lion” el 13 de junio, la región entró en su mayor confrontación interestatal en décadas. La operación de inteligencia y contrainteligencia consistió que aviones israelíes golpearan instalaciones nucleares en Isfahán y otros 40 objetivos militares dentro de Irán; Teherán respondió con más de 450 misiles y 1 000 drones contra ciudades israelíes. Aunque los sistemas de defensa -como el domo de hierro– derribaron una cantidad considerable de estos ataques, han dejado daños importantes en Israel. Mientras tanto, la población huye de las zonas de riesgo y la comunidad internacional advierte sobre una posible escalada nuclear.

En Washington, el presidente Donald Trump autorizó apoyo aéreo y evacuaciones de civiles, pero aún sopesa una intervención directa, consciente de que un paso en falso podría encender el polvorín regional. Recordemos que los hutíes en Yemen amenazan con atacar a EE. UU. si entra en guerra, mientras que algunos países árabes como Egipto y Bahréin piden contención. Entre bastidores, la diplomacia europea intenta reactivar las conversaciones nucleares, mientras analistas apuntan a que Israel busca desmantelar la capacidad misilística y de enriquecimiento iraní antes de que Irán cruce “el umbral” nuclear; el otro bando lo considera indispensable para que pueda igualar la capacidad nuclear que ya tiene Israel.

Momentos clave en la entrevista

Como mencionamos, la conversación entre Ted Cruz y Tucker Carlson, lejos de ser un diálogo templado sobre política exterior, se convirtió en una serie de choques frontales que dejaron varios momentos virales. A medida que Carlson presionaba con preguntas puntuales y Cruz respondía con una defensa abierta del alineamiento con Israel, el tono fue subiendo hasta revelar no solo diferencias ideológicas, sino también personales. Estos son los momentos más tensos y significativos del encuentro:

AIPAC y el debate sobre influencia extranjera

La entrevista se llevó al terreno más explosivo cuando Tucker Carlson preguntó por qué AIPAC, -el poderoso lobby pro-Israel-, no se registra como agente extranjero ante el Departamento de Justicia. Alegó que su cabildeo, las fuertes donaciones políticas y la redacción de proyectos de ley benefician de forma directa a un gobierno foráneo, algo que -dijo- no se toleraría si proviniera de otro país. Ted Cruz replicó que AIPAC representa a ciudadanos estadounidenses que comparten valores con Israel y que exigirle registrarse equivaldría a castigar la libertad de expresión de un grupo religioso y político legítimo.

La discusión subió más de tono cuando Carlson insistió en que el trato privilegiado de AIPAC erosiona la soberanía estadounidense. Cruz, visiblemente irritado, contraatacó: “Esa narrativa ha alimentado prejuicios contra los judíos durante siglos; cuidado con cruzar esa línea”. Carlson se indignó: “¿Ahora soy antisemita por hacer una pregunta sobre transparencia?”. El momento congeló el estudio y reveló una grieta profunda daod que para Cruz, cuestionar a AIPAC sin más matices cae en un viejo tropo conspirativo; para Carlson, pedir reglas uniformes no puede tacharse de odio religioso.

El choque dejó planteado un dilema que trasciende la entrevista para los ciudadanos estadounidenses que están en contra de Israel: ¿es posible fiscalizar el poder de un lobby israelí sin ser acusado de antisemitismo? Para un sector de la base conservadora, la respuesta es sí y la transparencia es innegociable; para otro, la crítica se interpreta como una amenaza a la alianza histórica con Israel y a la identidad judeocristiana del conservadurismo. Al final, ninguno de los dos contendientes cedió, pero la pregunta quedó abierta para los votantes republicanos.

Biblia y política exterior

En un intento por fundamentar su respaldo incondicional a Israel, Ted Cruz recurrió a un pasaje bíblico del Libro del Génesis: “Dios dijo: bendeciré a los que bendigan a Israel”. Para el senador, la cita no era solo una referencia cultural, sino una guía moral y estratégica. “Quiero estar del lado de la bendición”, dijo, dejando en claro que su postura no solo es política, sino espiritual. En ese momento, la entrevista dejó de ser únicamente sobre geopolítica para entrar en un terreno de convicciones religiosas y cosmovisión.

Tucker Carlson no dejó pasar el comentario: “¿Está usted citando una escritura de hace miles de años como si fuera una directiva de política exterior?”. Cruz reafirmó su punto, sugiriendo que la alianza con Israel tiene raíces divinas. Carlson, visiblemente incómodo, respondió que ese tipo de razonamiento no solo era anacrónico, sino peligroso si se usaba para justificar decisiones bélicas. El intercambio expuso una tensión recurrente en la política estadounidense: el peso que tienen las creencias religiosas, particularmente del cristianismo evangélico -dado que el cristianismo ortodoxo está mayormente del lado Iraní como la población de Aremnia-, en la formulación de posturas internacionales.

“¿Cuánta gente vive en Irán?”

Dado a las tensiones entre ambos personajes, en el contexto para medir el conocimiento sobre Irán, Carlson pregunta: “Senador, si aboga por cambiar el régimen iraní, supongo que al menos sabe cuántas personas viven allí. ¿Cuál es la población de Irán?”. Ted Cruz lo desafiá y menciona que no está memorizando cifras demográficas. Carlson, con indignación, le respondió: “Unos 89 millones. ¿No cree que para hablar de bombardear un país quizá debería conocerlo un poco mejor?”. El momento dejó a Cruz a la defensiva -mayor de lo que ya estaba- y marcó el tono cada vez que el senador exponía una postura dura, Carlson replicaba con un dato básico para cuestionar su autoridad.

Lo interesante de esta secuencia es que no se trató solo de un “gotcha moment” televisivo, dado que se convirtió en un símbolo viral de la crítica aislacionista. En X (Twitter) y TikTok se multiplicaron los clips y los memes con la frase “Pop Quiz: ¿Población de Irán?”, acompañados de montajes de Cruz buscando en Google. Más allá del humor, el episodio puso en relieve un punto de fondo: la brecha entre los políticos que impulsan acciones militares y los comunicadores -o votantes- que exigen mayor conocimiento antes de aprobar otra guerra en Oriente Medio. Para muchos conservadores jóvenes, la escena encapsuló la sospecha de que parte del establishment republicano continúa repitiendo guiones de intervención sin actualizar sus datos.

“Estamos llevando a cabo ataques militares”

Cuando la conversación giró hacia la participación de Estados Unidos en el conflicto Irán-Israel, Carlson presionó a Cruz para que aclarara si Washington estaba involucrado directamente en las operaciones militares. El senador respondió que Israel estaba llevando a cabo los ataques, pero con el respaldo de EE. UU., y luego añadió una frase que encendió alarmas: “Estamos llevando a cabo ataques militares hoy”. Carlson lo interrumpió de inmediato: “¿Acaba usted de admitir que Estados Unidos está en guerra con Irán sin que nadie lo haya dicho oficialmente?”.

Cruz intentó matizar, sugiriendo que el apoyo era logístico y defensivo, pero el momento ya se había convertido en uno de los más controvertidos de la entrevista. Para Carlson -y para muchos espectadores-, la frase fue una revelación no autorizada que confirmaba los temores de una intervención encubierta. En redes sociales y medios alternativos, el clip fue interpretado como una prueba de que el gobierno está actuando sin transparencia, mientras que aliados de Cruz lo enmarcaron como una expresión coloquial malinterpretada. Sea como fuere, el episodio añadió una nueva capa de sospecha y urgencia al debate sobre el rol real de EE. UU. en el conflicto.

Reacciones y consecuencias políticas

La entrevista provocó una ola inmediata de reacciones, tanto en círculos políticos como en redes sociales. Ted Cruz, al día siguiente, publicó un meme burlándose de la pregunta sobre la población de Irán y demás material que justifica su postura, lo que fue interpretado por muchos como un intento de desviar la atención del contenido más delicado del diálogo. Mientras tanto, Tucker Carlson volvió a referirse a Cruz en su programa posterior, acusándolo de encarnar “la política de sumisión al lobby israelí” y de haber perdido el control del discurso público conservador.

Dentro del Partido Republicano, las divisiones se hicieron visibles. Legisladores alineados con el ala MAGA como Marjorie Taylor Greene y Matt Gaetz salieron a respaldar a Carlson, reforzando el discurso aislacionista. Por otro lado, figuras más tradicionales o vinculadas al lobby evangélico apoyaron la postura de Cruz, invocando principios bíblicos y la alianza estratégica con Israel. Incluso Donald Trump fue mencionado indirectamente, pues muchos observadores consideran que el expresidente -hasta ahora ambiguo- deberá tomar postura si el conflicto escala y EE. UU. se ve arrastrado.

En redes sociales, el intercambio dividió a la audiencia conservadora. Mientras algunos aplaudieron la frialdad y precisión de Carlson, otros consideraron que Cruz fue víctima de una “trampa televisiva” y defendieron su trayectoria política. Lo que quedó claro es que el choque no fue un simple desacuerdo: fue un síntoma de una fractura ideológica profunda dentro del movimiento republicano que podría marcar el tono de la política exterior estadounidense en plena campaña electoral.

Conclusión

El enfrentamiento entre Ted Cruz y Tucker Carlson no fue un simple cruce de opiniones; sino que fue la exposición pública de dos visiones irreconciliables dentro del conservadurismo estadounidense. Por un lado, una postura intervencionista, pro-Israel y anclada en convicciones religiosas; por el otro, un aislacionismo pragmático que cuestiona los costos de las guerras extranjeras y la influencia de lobbies en Washington. Lo que antes se resolvía a puertas cerradas entre republicanos, ahora ocurre frente a millones de espectadores y alimenta una polarización que va más allá de las redes sociales.

En un año electoral marcado por la guerra en Oriente Medio, el ascenso de figuras radicales y el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, esta entrevista funcionó como catalizador y espejo: mostró los límites del discurso unificado en la derecha y planteó una pregunta incómoda para el electorado republicano: ¿quién define hoy la política exterior del movimiento? ¿Los senadores como Cruz o los comunicadores como Carlson? El debate está abierto, y esta vez, sin guion.

Un comentario

  1. La política prevendaria es la que desvirtuó el patriotismo y la defensa de los vienes sociales a los que se juró respetar al asumir el cargo público. Esto demuestra claramente que estos políticos que quieren darte lecciones de moral apenas son mercantilista.

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