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El ultimátum de Trump a Zelensky que divide a Occidente

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La mañana de este jueves ha marcado un punto de inflexión irreversible en la guerra de Europa del Este. Lo que comenzó como rumores dispersos tras la reapertura de Notre Dame en París a principios de mes, hoy se ha materializado en un documento diplomático que amenaza con reescribir las fronteras del continente en un ultimátum. Fuentes de alto nivel en Washington y Bruselas han confirmado la existencia del «Ultimátum de Navidad»: una exigencia directa de la Casa Blanca al gobierno de Volodymyr Zelensky para aceptar, sin condiciones previas, el nuevo marco de paz conocido como el «Plan de los 28 Puntos».

La diplomacia occidental amaneció fracturada. Mientras los enviados especiales del presidente Donald Trump celebran lo que llaman un «progreso histórico» para detener la matanza, en los pasillos del poder en Kiev y en las cancillerías europeas se respira una atmósfera de traición y pánico contenido. La fecha límite es enero de 2026; si para entonces no hay firma, el grifo financiero de Estados Unidos se cerrará herméticamente.

Anatomía del ultimátum «Plan de los 28 Puntos»: ¿Paz o Capitulación?

El borrador, gestionado por los enviados especiales Jared Kushner y Steve Witkoff, plantea una reconfiguración total del conflicto que, a ojos de Kiev, se asemeja peligrosamente a una rendición diferida. Según las filtraciones obtenidas por medios diplomáticos en Berlín, los pilares del acuerdo son:

  1. Congelamiento Territorial «In Situ»: El cese al fuego se firmaría sobre las líneas de frente actuales. Esto implica que Rusia mantendría el control de facto (aunque no reconocido de jure) sobre Crimea, gran parte del Donbás y el corredor terrestre hacia el sur. Para Zelensky, aceptar esto es un suicidio político interno, pero la alternativa es el colapso militar.
  2. La Zona Desmilitarizada (DMZ): Se propone la creación de una franja de seguridad de 1.200 kilómetros de largo, patrullada exclusivamente por tropas europeas. El plan de Trump es explícito: «Cero botas estadounidenses en el terreno». La carga de la seguridad física recaería enteramente sobre británicos, franceses, alemanes y polacos.
  3. La Moratoria de la OTAN: Quizás el punto más doloroso para Ucrania es la cláusula que exige renunciar a su ingreso a la Alianza Atlántica por un periodo mínimo de 20 años. A cambio, Estados Unidos ofrecería garantías de seguridad bilaterales similares al modelo de Israel («armar hasta los dientes», pero sin garantía de defensa mutua del Artículo 5).

La Estrategia del «Policía Malo»: El Rol de Kushner y Witkoff

La Casa Blanca ha cambiado la retórica de «apoyo inquebrantable» (propia de la administración Biden) por la de «realismo transaccional». La presencia de Jared Kushner y Steve Witkoff en las mesas de negociación no es casual. Ambos son negociadores del sector inmobiliario y financiero, no diplomáticos de carrera, y están aplicando una lógica empresarial al conflicto: el retorno de inversión (ROI) de la guerra es negativo y debe liquidarse el activo.

El mensaje entregado a Zelensky en la reunión privada del 7 de diciembre en París fue brutalmente claro: «Make the deal or you are on your own» (Haz el trato o están solos). La amenaza subyacente es que, si Ucrania rechaza el plan, Estados Unidos no solo cortará la ayuda futura, sino que podría levantar sanciones tecnológicas a Rusia, inclinando la balanza definitivamente a favor de Moscú.

Europa en Estado de Shock: La Contraoferta de Macron y Starmer

La presión de Washington ha obligado a Europa a despertar de su letargo estratégico. Ante la inminencia de un retiro estadounidense, los líderes del bloque encabezado por Emmanuel Macron (Francia), Keir Starmer (Reino Unido) y Olaf Scholz (Alemania) emitieron un comunicado de emergencia a principios de esta semana.

El «Viejo Continente» intenta salvar la cara con una contrapropuesta: la creación de una Fuerza Multinacional Europea de Mantenimiento de la Paz. El objetivo de Bruselas es ofrecer a Zelensky una garantía física tangible —80.000 soldados europeos desplegados en la nueva DMZ— para que pueda «vender» las concesiones territoriales a su pueblo sin que parezca una derrota total. Sin embargo, la logística y el costo de esta operación son titánicos, y la opinión pública europea está dividida sobre enviar a sus propios hijos a congelarse en las estepas del este.

El Factor Putin

Mientras Occidente discute consigo mismo, Vladimir Putin guarda un silencio estratégico inquietante. Informes de inteligencia británica desclasificados hoy sugieren que el Kremlin no tiene prisa. Rusia continúa sus operaciones ofensivas en el óblast de Donetsk, ganando metros sangrientos cada día.

El cálculo de Moscú es cínico pero racional: saben que el tiempo corre a su favor. Si Trump cumple su amenaza y corta los fondos a Ucrania en enero, el ejército ucraniano se quedará sin munición de artillería en cuestión de semanas. ¿Por qué firmar una paz ahora y ceder algo, cuando en tres meses podrían dictar una rendición total? La única razón para que Putin acepte el «Plan de los 28 Puntos» sería el levantamiento inmediato de las sanciones económicas, un «caramelo» que Trump parece dispuesto a ofrecer.

Conclusión

Este diciembre de 2025 será recordado como el mes en que la guerra cambió de naturaleza. Ya no se trata de «recuperar cada pulgada de territorio», como prometía Zelensky en 2023, sino de salvar la existencia del Estado ucraniano frente a un aliado (EE.UU.) que ha decidido cerrar la caja fuerte.

La decisión que debe tomar Kiev en las próximas 48 horas definirá el mapa de Europa para el resto del siglo XXI. ¿Aceptará Zelensky una paz imperfecta y dolorosa para salvar a su nación de la destrucción total, o apostará por una resistencia heroica pero solitaria que podría terminar en el colapso? El reloj en Washington marca la hora final, y en el frente, el invierno apenas comienza.

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