Las autoridades electorales de Guatemala validaron la segunda vuelta electoral del 20 de agosto del presente año, donde el Movimiento Semilla obtuvo el triunfo con un 61% de los votos válidos. El sociólogo Bernardo Arévalo y la científica Karin Herrera fueron oficialmente declarados respectivamente presidente y vicepresidenta electos. Sin embargo, existe un contraste en la jornada, el partido Movimiento Semilla ha sido suspendido provisionalmente por el Registro de Ciudadanos.
Esta suspensión se dio como respuesta a una orden del juez penal Fredy Orellana, acusado por Estados Unidos de corrupción. Expertos consideran que esta suspensión no afectará la investidura de Arévalo, pero puede generar incertidumbre y desgaste para el partido como para sus equipos legales. Además, puede perjudicar a la bancada quitándole la posibilidad de presidir comisiones.
La orden de suspensión del partido ha sido motivo de controversia y considerada ilegal por algunos juristas; ya que, la ley electoral prohíbe cancelar a una organización política durante un proceso electoral. A pesar de ello, el registro argumenta que la segunda vuelta electoral ya ha pasado y que la suspensión no afectará la toma de posesión de Arévalo. El presidente electo ha denunciado persecución política desde la Fiscalía Especial Contra la Corrupción y la Impunidad (FECI), y ha señalado que la suspensión no afecta su elección.
Además de la suspensión, Arévalo enfrenta amenazas a su seguridad y vida, habiendo revelado planes para atentar contra él. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha otorgado medidas cautelares a los ganadores de la elección presidencial debido a estas amenazas. La OEA también ha manifestado su preocupación por las acciones de la Fiscalía y su potencial impacto en la toma de posesión de los funcionarios electos.
La suspensión del Movimiento Semilla, que obtuvo una victoria electoral contundente, ha generado indignación en parte de la población, sumándose a la controversia que rodea a las elecciones guatemaltecas. La incertidumbre persiste a medida que se espera la decisión final sobre la suspensión por parte del Tribunal Supremo Electoral, mientras Arévalo se prepara para asumir la presidencia en enero, convirtiéndose en el primer presidente progresista de Guatemala en 70 años.