El mundo despertó el 8 de diciembre de 2024 con la noticia de que Damasco, la capital de Siria, ha caído en manos de fuerzas rebeldes, poniendo fin a más de dos décadas de régimen bajo el liderazgo de Bashar al Assad. Este acontecimiento marca un punto de inflexión en la guerra civil siria, que ha dejado un saldo devastador de vidas perdidas, desplazamientos masivos y destrucción en todo el país.
Avance Rebelde y Caída de Damasco
La ofensiva rebelde comenzó el 27 de noviembre de 2024, liderada por Hayat Tahrir al-Sham (HTS) y otras facciones opositoras. En pocos días, lograron capturar ciudades clave como Alepo y Homs, debilitando significativamente al régimen. La rápida progresión hacia la capital culminó con la entrada de los rebeldes en Damasco el 8 de diciembre, encontrando escasa resistencia por parte de las fuerzas gubernamentales.
Salida de Bashar al-Assad
Ante el avance imparable de los rebeldes, Bashar al-Assad abandonó Damasco. Aunque su paradero exacto es incierto, se especula que podría haberse refugiado en Rusia o en los Emiratos Árabes Unidos, países que anteriormente habían mostrado apoyo a su régimen.
Reacciones Internacionales
La comunidad internacional reaccionó rápidamente a estos acontecimientos. El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó que «Assad se ha ido» y destacó la falta de interés de Rusia en seguir protegiéndolo. Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, calificó la caída del régimen como el fin de un «estado bárbaro».
Israel, a través de su primer ministro Benjamin Netanyahu, consideró este suceso como un «día histórico en los anales de Medio Oriente», atribuyendo la caída de Assad a una «reacción en cadena» provocada por las acciones israelíes contra Irán y Hezbolá.
Situación en Damasco y el Futuro de Siria
Tras la toma de la capital, se vivieron escenas de celebración en las calles de Damasco. Sin embargo, la situación también generó incertidumbre sobre el futuro político del país. La diversidad de facciones rebeldes y la ausencia de una autoridad centralizada plantean desafíos significativos para la estabilidad y gobernanza de Siria en el corto plazo.
Implicaciones Regionales
La caída del régimen de Assad tiene profundas implicaciones para la región. Irán, uno de los principales aliados de Assad, ve comprometida su influencia en Siria, lo que afecta su conexión con grupos como Hezbolá en Líbano. Rusia, que mantenía bases militares en territorio sirio, enfrenta ahora la posibilidad de perder su presencia estratégica en el Mediterráneo oriental.
En resumen, la ocupación de Damasco por los rebeldes y la destitución de Bashar al-Assad representan un punto de inflexión en la historia contemporánea de Siria. Aunque se abre una oportunidad para la reconstrucción y reconciliación nacional, el camino hacia una paz duradera y un gobierno inclusivo dependerá de la capacidad de las diversas facciones para unirse y de la comunidad internacional para apoyar una transición ordenada.