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LOS PUNTOS SOBRE LAS ÍES | LA CONSULTA POPULAR EN ECUADOR: La izquierda celebra, pero no gana | Opinión

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En Hispanoamérica la democracia nunca es un destino, es un proceso en permanente reconstrucción, exige diseño y rediseño, estrategia y cálculo, tiempo y acciones precisas dentro de un ambiente que combine gobernabilidad con paz social. Tal como recordó el académico estadounidense John Dewey “la democracia tiene que nacer de nuevo cada generación, y la educación es su partera”. Ecuador vivió el 16 de noviembre de 2025, una nueva prueba sobre esa capacidad de reinventarse, aunque no necesariamente en el mejor momento ni bajo las mejores condiciones.

Consultar al pueblo sobre su futuro es un principio legítimo en cualquier democracia, pero una consulta popular no debería interpretarse como un referéndum emocional sobre la gestión del gobierno, sin embargo, la coyuntura pesó, la reciente eliminación del subsidio al diésel -un viejo tabú sudamericano- dejó heridas abiertas y generó un clima de frustración aprovechado por los operadores del correísmo y por la narrativa del socialismo del siglo XXI, expertos en manipular el descontento, activar mitos y sembrar miedo. No ayudó tampoco la falta de una explicación clara sobre el significado de la soberanía en un mundo globalizado, terreno fértil para quienes viven del discurso anti occidental, anti capitalista y anti empresarial.

En materia de seguridad, lo paradójico es que el país mostraba avances, capturas relevantes, decomisos de droga históricos, desarticulación de bandas y la planificación de bases militares con tecnología de alto nivel que podían transformar la lucha contra el crimen organizado. El pueblo quiere seguridad, no ideología. Y si estas herramientas fueron rechazadas, el Estado tendrá que apoyarse en otros instrumentos que el derecho comparado y la cooperación internacional ofrecen, porque la amenaza no espera ni negocia.

consulta

También llamó la atención el rechazo a la asignación estatal a partidos políticos, comprensible en un continente donde la clase política arrastra decadencia y desprestigio. Este voto sí puede leerse como un mensaje directo al gobierno, pero más sorprendente aún fue la negativa ciudadana a reducir el número de asambleístas, pese a que la Asamblea ecuatoriana carga con una de las peores reputaciones de la región. Esa contradicción demuestra que el humor social no siempre responde a la lógica, sino a percepciones alimentadas por campañas de desinformación bien orquestadas.

Aun así, ningún grupo político puede proclamarse vencedor absoluto, el correísmo -pese a su griterío triunfalista- arrastra tres derrotas consecutivas y un desgaste evidente, su techo electoral es cada vez más visible y, el movimiento indígena, por su parte, representa apenas el 5% del padrón electoral. Subirse al carro de la victoria sin haber movido la aguja electoral es, simplemente, oportunismo. Y como sentenció Bismarck, “la política es el arte de lo posible”, no del aprovechamiento barato ni del show populista. La política seria no es un torneo de fútbol ni un concurso de estadísticas.

El nuevo escenario es cuesta arriba para la gobernabilidad, el presidente Daniel Noboa tendrá que actuar con prudencia, firmeza, tolerancia y humildad, deberá aceptar el pronunciamiento del pueblo con respeto, ejercer una autocrítica profunda y replantear formas, realizar cambios urgentes en comunicación, asesoría jurídica, gobierno e incluso considerar una crisis de gabinete a partir de enero de 2026.

El camino no está cerrado, Noboa mantiene herramientas para impulsar reformas constitucionales vía Asamblea, pero deberá trabajar con más humildad, más ahínco y mayor disciplina estratégica. El socialismo del siglo XXI, tanto en Ecuador como en Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Argentina en sus momentos desbordados, siempre ha capitalizado el error ajeno, esa es su supervivencia. Para evitarlo, la democracia ecuatoriana deberá fortalecerse desde la claridad conceptual, el orden institucional y la defensa sin complejos de la libertad.

La consulta popular dejó un mensaje para toda la región, el populismo se alimenta del malestar, pero la democracia se sostiene en la responsabilidad. Y esta vez, la responsabilidad empieza por casa.

Mauricio Riofrio Cuadrado

Abogado-Periodista & Consultor Político

2 respuestas

  1. Estimado Mauricio definitivamente en nuestro país falta educación política, especialmente nuestros jóvenes, son usarios de las redes sociales, pero únicamente para enterarse del artista de moda, el carro de lujo, lo último de la moda, pero nunca para saber del quehacer social, económico y peor aún de lo polítco.

    Leer el editorial de un periódico, escuchar, oir y ver por los medios de comunicación el acontecer nacional imposible, tomando en cuenta que más del 50% de jóvenes entre 18 y 40 años son eligibles para votar. ahí está el problema que tiene el país de crear conciencia nacional

  2. Estimado Mauricio definitivamente en nuestro país falta educación política, especialmente nuestros jóvenes, son usarios de las redes sociales, pero únicamente para enterarse del artista de moda, el carro de lujo, lo último de la moda, pero nunca para saber del quehacer social, económico y peor aún de lo polítco.

    Leer el editorial de un periódico, escuchar, oir y ver por los medios de comunicación el acontecer nacional imposible, tomando en cuenta que más del 50% de jóvenes entre 18 y 40 años son eligibles para votar. ahí está el problema que tiene el país de crear conciencia nacional

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