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¿Cómo impulsar Arequipa desde el Congreso? Claves y propuestas

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Arequipa, la “Ciudad Blanca”, yace al pie del volcán Misti y mira al majestuoso Cañón del Colca, sosteniendo una economía que se nutre de la agroexportación, la minería y el turismo. En los últimos años, la región ha modernizado su infraestructura con la ampliación del aeropuerto Rodríguez Ballón, que optimiza el tráfico de pasajeros y carga, y con el Corredor Minero, que enlaza yacimientos con puertos de exportación, mientras se trazan rutas para acercar a las provincias más alejadas a los centros de decisión.

No obstante, estos avances conviven con retos esenciales: la urgencia de conciliar la explotación minera con la protección de las reservas naturales; la necesidad de dotar a las zonas rurales de escuelas bien equipadas y laboratorios que cierren la brecha educativa; y la demanda de provincias como Caylloma, Castilla, Islay y La Unión, que reclaman participar activamente en la definición de los proyectos que transforman su territorio. Solo una estrategia que combine inversión focalizada y verdadera participación ciudadana permitirá que el crecimiento de Arequipa beneficie a todos sus rincones.s sectores más vulnerables.

Desafíos y tensiones en Arequipa

Las distintas administraciones que han gobernado Arequipa -tanto a nivel regional como municipal- han concentrado históricamente la mayoría de recursos y obras en la capital, dejando rezagadas a las provincias de Caylloma, Castilla, Islay y La Unión. La falta de inversión efectiva en redes viales secundarias, centros de salud rurales y tecnología educativa en escuelas alejadas ha profundizado la brecha entre la ciudad y el campo, poniendo en jaque el principio de equidad territorial que debería velar un legislador.

En el ámbito político, la fragmentación de bancadas y la prevalencia de agendas partidarias sobre las necesidades locales dificultan la aprobación de iniciativas específicas para Arequipa. La alternancia de partidos en el Ejecutivo regional y el Concejo Provincial no ha logrado articular una visión de mediano plazo, lo que deriva en proyectos inconclusos o cambiantes con cada cambio de autoridad, minando la confianza ciudadana.

Por último, la transparencia y la fiscalización siguen siendo un reto. En los últimos años, varias propuestas de ley y presupuestos asignados a proyectos clave quedaron en la burocracia o no contaron con mecanismos claros de rendición de cuentas. Sin un seguimiento ciudadano ni auditorías independientes, la percepción de promesas incumplidas erosiona la legitimidad de cualquier representante que llegue al Congreso con la promesa de “defender a Arequipa”.

Marleny Arminta, de gestora regional a aspirante al Congreso

Marleny Bibiana Arminta Valencia ha sido es una de las candidatas por el congreso que quiere combinar su formación académica con una trayectoria de gerencia en proyectos locales para la región arequipeña. Al frente de Inversiones Plus, en Bustamante y Rivero, lideró iniciativas de desarrollo productivo que mejoraron la infraestructura básica y dinamizaron la economía distrital.

Su salto a la política vino de la mano de su elección como consejera regional de Arequipa en 2023. Allí presidió comisiones de Educación e Infraestructura, impulsando ordenanzas para fortalecer colegios rurales, dotar de laboratorios a instituciones primarias y canalizar recursos hacia programas de capacitación técnica. Esta experiencia le permitió comprender de primera mano las brechas territoriales y la urgencia de diseñar políticas públicas adaptadas a las realidades de cada provincia.

Tras anunciar su candidatura al Congreso, Arminta plantea llevar esa mirada práctica al Legislativo: aspira a promover fondos concursables que garanticen la ejecución de obras en provincias alejadas, a gestionar convenios con el sector privado para pasantías de jóvenes en agroindustria y minería, y a defender un marco normativo que facilite proyectos de energías limpias en Islay y La Unión. Con esta plataforma, busca que la voz de Arequipa deje de restringirse al nivel regional y trascienda los muros del palacio legislativo en Lima. Pero aún así tiene un largo camino tras sus diversas polémicas que le rodean.

Proyecciones y recomendaciones

Para que Arequipa gane protagonismo en el Congreso, es clave traducir las propuestas en acciones concretas dentro de tres ejes estratégicos.

  • Desarrollo educativo y laboral
    Promover la creación de fondos concursables destinados a fortalecer institutos técnicos en provincias como Castilla y La Unión garantizará formación profesional alineada con la demanda regional. Además, el diseño de programas de pasantías en empresas mineras de Caylloma y agroindustriales de Islay permitirá que los jóvenes adquieran experiencia local antes de emigrar, cerrando la brecha entre la educación y el empleo.
  • Infraestructura sostenible
    La incorporación de proyectos como la Variante de Uchumayo en la agenda legislativa agilizará el tránsito de mercancías y pasajeros, mientras que la promoción de iniciativas de energías renovables -por ejemplo, parques solares en zonas altoandinas- contribuirá a mitigar el impacto ambiental de la minería y consolidará a Arequipa como referente de desarrollo limpio.
  • Participación ciudadana y rendición de cuentas
    Crear mesas de diálogo en cada provincia, con representantes rurales e indígenas, asegurará que las políticas públicas reflejen las necesidades de todos los distritos. Un observatorio regional, de carácter autónomo y con capacidad para auditar la ejecución de los recursos, fortalecerá la transparencia y permitirá ajustes en tiempo real de los proyectos aprobados.

Con estas recomendaciones, la voz de Arequipa podrá resonar en los debates nacionales, garantizando que el crecimiento económico vaya de la mano con la inclusión social y la preservación ambiental.

Conclusión

Impulsar Arequipa desde el Congreso requiere de un equilibrio entre visión estratégica y acción concreta. Marcar la diferencia implica no solo defender proyectos de infraestructura como la Variante de Uchumayo o la ampliación de centros educativos, sino también asegurar que cada sol invertido llegue a Caylloma, Castilla, Islay y La Unión. La creación de fondos concursables para institutos técnicos, las alianzas con el sector privado para pasantías y las iniciativas de energías limpias son piezas claves de un plan que combine crecimiento económico con sostenibilidad.

Asimismo, el establecimiento de mesas provinciales y de un observatorio autónomo garantizará la participación real de líderes rurales e indígenas, fortaleciendo la transparencia y la rendición de cuentas. Con estos mecanismos, la voz de Arequipa resonará en el hemiciclo y sus demandas se transformarán en leyes que respondan a la realidad de toda la región. Así, cualquier congresista que asuma este reto podrá convertir la promesa de “defender a Arequipa” en un compromiso tangible, donde identidad, territorio y desarrollo vayan de la mano para construir un futuro más justo y próspero para todos.

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