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Fram: Un Legado en el corazón Productivo del Paraguay

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Fram, una ciudad ubicada en el departamento de Itapúa, Paraguay, es el reflejo de una historia marcada por el esfuerzo y la diversidad cultural. Fram es hoy un ejemplo de progreso con identidad.

En el sur del Paraguay, específicamente en el departamento de Itapúa, se encuentra Fram, una ciudad cuya historia se distingue por su origen multicultural y su desarrollo ejemplar. Conocida como la “Capital del Trigo”, Fram es mucho más que un centro agrícola: es un testimonio vivo del esfuerzo de inmigrantes eslavos que, a partir de la década de 1930, transformaron la selva en una comunidad próspera, organizada y culturalmente rica.

Raíces en tierras lejanas

La historia de Fram se remonta a fines de la década de 1920, cuando Pedro Cristophersen, un empresario noruego radicado en Buenos Aires, adquirió unas 68.000 hectáreas en la zona de Apere’a, cercana a Carmen del Paraná. El objetivo inicial era la explotación forestal, pero con el tiempo, la región se convertiría en un espacio de colonización organizada.

En 1928, Cristophersen fundó la empresa “Loteadora Fram”, comenzando así el proceso de parcelamiento de las tierras para su venta. A partir de 1935, empezó a llegar un flujo constante de inmigrantes eslavos —ucranianos, polacos, bielorrusos y rusos— que huían de guerras, persecuciones políticas y crisis económicas en Europa del Este. Esta ola migratoria encontró en el sur paraguayo una oportunidad para comenzar de nuevo.

Fram: “Adelante”

El nombre Fram proviene del idioma noruego y significa “adelante”. Fue el nombre del famoso barco polar que llevó al explorador Fridtjof Nansen en su expedición al Ártico. Esta palabra no solo simbolizaba el espíritu explorador del empresario Cristophersen, sino que también reflejaba el espíritu resiliente de los inmigrantes que construyeron esta comunidad desde cero.

La fundación de Fram no fue casual ni improvisada. Fue planificada desde sus cimientos: se trazaron calles, se establecieron áreas de cultivo y se reservaron espacios para instituciones educativas, religiosas y sociales. A diferencia de muchas otras colonias rurales, Fram nació con visión urbanística.

Consolidación como distrito

El crecimiento constante de la colonia motivó a sus pobladores a formalizar su estatus. En 1954 se presentó al Congreso un plano de urbanización elaborado por los colonos. Dos años después, el 28 de agosto de 1956, se promulgó la Ley N.º 379/56 que convirtió oficialmente a Fram en un municipio independiente.

Desde entonces, Fram ha consolidado su rol como núcleo económico y social de la región. La planificación original, sumada a la cultura del trabajo y la cooperación comunitaria, ha hecho de esta ciudad un ejemplo nacional de orden y desarrollo.

Multiculturalismo e identidad

Lo que distingue a Fram no es solo su progreso económico, sino también su identidad profundamente multicultural. La mayoría de sus habitantes descienden de inmigrantes eslavos, aunque también se integraron comunidades japonesas, alemanas, paraguayas y, en menor medida, sirio-libanesas.

En Fram conviven diversas religiones, principalmente católica, ortodoxa y bautista, reflejo de sus orígenes europeos. Aún hoy se conservan tradiciones, idiomas y costumbres de las comunidades fundadoras. Ejemplo de ello es la presencia de la iglesia ortodoxa ucraniana, una joya arquitectónica que representa la fe y cultura de sus primeros habitantes.

Economía diversificada: del trigo al modelo industrial

Fram es reconocida como la “Capital del Trigo” en Paraguay, y no es en vano. El cultivo de trigo fue introducido por los colonos eslavos, quienes aplicaron sus conocimientos agrícolas europeos a las fértiles tierras paraguayas. Hoy, el trigo sigue siendo un pilar económico, aunque la ciudad ha diversificado su producción.

Actualmente se cultivan también soja, maíz, arroz y otros cereales. Además, Fram cuenta con infraestructura industrial destacada: molinos harineros, plantas procesadoras de arroz, jugos, balanceados y frigoríficos de primer nivel. El desarrollo de la ganadería porcina y vacuna ha convertido al municipio en un exportador de carne, embutidos y productos agrícolas hacia mercados como Brasil, Europa y Asia.

Planificación urbana y modelo comunitario

Una de las características más notables de Fram es su urbanismo ordenado. La ciudad fue diseñada con espacios públicos definidos, calles limpias y servicios organizados. Esta planificación no solo obedece a criterios técnicos, sino también a una profunda vocación comunitaria.

En Fram, la participación ciudadana ha sido clave para resolver desafíos locales. Desde los inicios, los habitantes han trabajado colectivamente para mejorar caminos, construir escuelas, iglesias y centros de salud. Esta tradición de cooperación ha convertido a Fram en un referente nacional de gestión comunitaria.

Cultura, turismo y proyección

El legado cultural de Fram se mantiene vivo a través de festividades, monumentos y expresiones artísticas. El Bulevar de las Colectividades, por ejemplo, honra a las distintas comunidades que formaron el tejido social de la ciudad. Es un espacio turístico y simbólico que atrae a visitantes de todo el país.

La ciudad también ha impulsado iniciativas de turismo rural e industrial. Se ofrecen recorridos por establecimientos agroindustriales y se promueve el turismo cultural ligado a sus raíces eslavas. Además, la ciudad se está preparando para eventos internacionales como el Mundial de Rally, lo que evidencia su proyección global.

Conclusión

Fram es mucho más que una colonia agrícola: es el resultado exitoso del encuentro entre culturas, del trabajo organizado y de la visión de progreso. Desde su origen impulsado por inmigrantes eslavos hasta su consolidación como un polo económico y cultural, esta ciudad itapuense encarna el verdadero significado de su nombre: siempre “adelante”.

El ejemplo de Fram demuestra cómo una comunidad puede prosperar cuando se combina una sólida ética del trabajo con valores como la cooperación, el respeto a la diversidad y la planificación a largo plazo. En tiempos donde muchas regiones enfrentan problemas de migración, identidad y sostenibilidad, esta ciudad paraguaya ofrece una lección inspiradora: que el arraigo cultural no es obstáculo para el progreso, sino su motor. Fram no solo honra su historia, sino que construye, día a día, un futuro compartido.

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