Goberna Reports se complace en presentar un análisis detallada del escenario actual previo a los próximos comicios previstos en este 2025.
Chile se prepara para enfrentar un nuevo ciclo electoral en 2025, en un contexto de creciente polarización ideológica, cambios en el sistema de partidos y desafíos institucionales. Las elecciones presidenciales, parlamentarias y regionales de este año se configuran como un punto de inflexión para el futuro político del país, y serán observadas con atención tanto a nivel nacional como internacional.
Desde Goberna Reports ofrecemos un análisis detallado del proceso en curso, centrado en las primarias presidenciales de la coalición oficialista «Unidad por Chile», que se celebrarán el domingo 29 de junio, y en el contexto general de la carrera hacia La Moneda.
El marco institucional: reglas del juego electoral
Chile cuenta con un sistema electoral mixto, con participación regulada por el Servicio Electoral (SERVEL) y supervisado por el Tribunal Calificador de Elecciones (TRICEL). El país ha reforzado sus mecanismos de transparencia y control electoral desde la transición democrática, y el proceso de 2025 se desarrolla bajo una legislación consolidada.
Las primarias legales del 29 de junio son un mecanismo institucionalizado de selección de candidaturas dentro de pactos políticos reconocidos. En este caso, corresponde a la primaria del pacto Unidad por Chile, que reúne a los partidos del oficialismo.
Unidad por Chile: la coalición gobernante y su desafío electoral
Unidad por Chile agrupa a diversas fuerzas de izquierda y centroizquierda que respaldan al actual gobierno del presidente Gabriel Boric. Su heterogeneidad interna, que abarca desde el Frente Amplio hasta partidos tradicionales como el Partido Socialista o la Democracia Cristiana, plantea una complejidad estratégica significativa al momento de definir una candidatura única y competitiva.
Candidaturas en competencia
Cuatro figuras compiten en esta primaria:
- Gonzalo Winter (Frente Amplio): Diputado cercano al círculo político del presidente Boric, representa una continuidad generacional del progresismo más joven.
- Jeannette Jara (Partido Comunista y Acción Humanista): Exministra del Trabajo, encarna una línea sindicalista, estatal y orientada hacia la justicia social.
- Carolina Tohá (PPD, PS, PL, PR, DC): Ministra del Interior y figura de amplia trayectoria, es la candidata del eje socialdemócrata y reformista dentro del oficialismo.
- Jaime Mulet (Federación Regionalista Verde Social): Representante de sectores descentralistas y del regionalismo verde, con énfasis en desarrollo sostenible.
El resultado de esta primaria definirá no solo al abanderado del bloque, sino también las condiciones de gobernabilidad interna para el oficialismo de cara al nuevo ciclo.
La oposición: liderazgos consolidados
Mientras el oficialismo define a su representante a través de primarias, la oposición ya ha confirmado sus candidaturas:
- Evelyn Matthei (Chile Vamos): Alcaldesa de Providencia y exministra, representa la opción liberal-conservadora, con base sólida en sectores medios y empresariales.
- José Antonio Kast (Partido Republicano): Con una plataforma fuertemente conservadora, es el candidato de la derecha dura y ha fortalecido su presencia territorial tras los resultados del Consejo Constitucional de 2023.
Ambos aspirantes opositores cuentan con altos niveles de conocimiento público y arrastran bases electorales sólidas. La fragmentación del oficialismo y el desgaste del gobierno de Boric podrían favorecer sus aspiraciones.
Consideraciones estratégicas
El panorama electoral de Chile para 2025 se caracteriza por:
- Alta fragmentación partidaria, con múltiples bloques en disputa por el centro político.
- Desgaste institucional del gobierno actual, que tensiona las posibilidades de continuidad oficialista.
- Fortalecimiento de la derecha, con liderazgos consolidados y un discurso centrado en orden, seguridad y crecimiento económico.
- Posicionamiento estratégico del centro progresista, clave para evitar una polarización entre extremos ideológicos.
La capacidad del oficialismo para unificarse tras una candidatura competitiva será decisiva. Asimismo, la participación ciudadana en las primarias, aunque no obligatoria, es un indicador temprano de la movilización electoral del progresismo.
Conclusión
Las elecciones de 2025 se presentan como una disputa crítica para el futuro del modelo político chileno. El resultado de las primarias del 29 de junio marcará el inicio formal de una campaña que se proyecta tensa, polarizada y estratégica. El desafío no solo es electoral, sino también programático: definir el rumbo del país frente a demandas sociales, crisis de representación y tensiones económicas.
Asimismo, este ciclo electoral no solo enfrentará a coaliciones y liderazgos, sino también a dos visiones antagónicas del proyecto de país: una orientada hacia el fortalecimiento del Estado, la inclusión social y la transformación progresista; y otra centrada en el orden, la desregulación económica y la restauración de valores tradicionales. La configuración del Congreso, la elección de gobernadores regionales y el desempeño de nuevas fuerzas emergentes también serán elementos clave que incidirán en la gobernabilidad posterior.
En este sentido, las elecciones de 2025 pueden consolidar una reestructuración duradera del mapa político chileno, con consecuencias para toda América Latina en términos de modelos de desarrollo, manejo de crisis institucionales y reconfiguración de los sistemas de representación democrática.