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Somalilandia – Países olvidados en el mundo (2)

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En el capítulo anterior, exploramos Transnistria, una república con reconocimiento limitado ubicado en Europa del Este que sobrevive como un enclave soviético en la actualidad. Este país mantiene la estética de los tiempos de la Unión Soviética al conservar sus estatuas de Lenin, banderas con la hoz y el martillo e infraestructura brutalista. Ahora, viajamos al Cuerno de África, donde otra historia de resistencia y desafío emerge: Somalilandia, un territorio que se autoproclamó independiente hace más de tres décadas, pero que sigue sin ser reconocido como un país soberano por la comunidad internacional. No obstante, esto podría cambiar pronto.

Este país es un ejemplo a destacar para los movimientos independentistas, siendo un símbolo de lucha, identidad y supervivencia en una de las regiones más inestables del mundo. Aunque oficialmente sigue siendo parte de Somalia, su historia, cultura y sistema político lo distinguen completamente de este país, convirtiéndolo en un territorio que busca ser soberano y desafía la geopolítica africana y global. Desde la perspectiva de consultoría política, estrategia e inteligencia, su caso ofrece lecciones clave en gobernanza, diplomacia paralela y estabilidad en contextos de fragilidad estatal.

Mapa Geográfico (Fuente: Geographic map of Somaliland.svg: Ikonactderivative work: rowanwindwhistler (discusión) – Este archivo deriva de: Geographic map of Somaliland.svg, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=112344219)

Historia de Somalilandia: Origen de un Sueño Independentista

La historia de Somalilandia está profundamente arraigada en el proceso de descolonización de África que empezó en 1950. Conforme las potencias europeas empezaron a abandonar sus colonias, el norte de Somalia, conocido en ese entonces como la Somalilandia Británica, logró su independencia en 1960. Tengamos en cuenta que el territorio de Somalia, al sur, era colonia italiana, y tras la Segunda Guerra Mundial, las potencias aliadas debatieron sobre su futuro, y finalmente se decidió que la nueva Italia administraría el sur bajo un régimen de fideicomiso internacional respaldado por la ONU, con la condición de prepararlo para la independencia.

No obstante, días después, Somalilandia se unió voluntariamente con el sur, y se daría la formación de la República de Somalia. Empero, a pesar de la intención de construir una nación unificada, la unión entre el norte y el sur generó conflictos políticos. El norte, que antes había sido una colonia británica, tenía un sistema administrativo y político distinto al del sur italiano. Además, con la llegada de Siad Barre tras un golpe de Estado, se marginó más al norte, lo que fueron factores que propiciaron el sentimiento independentista de Somalilandia que se manifestaron en el comienzo de la guerra civil somalí cuando se derrocó a Barre en 1991.

Mapa de África colonizada en 1947, dos años después de finalizar la Segunda Guerra Mundial (Fuente: De Milenioscuro – Trabajo propio, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=78116458)

El norte de Somalia sufrió una devastación masiva, pero también vio una oportunidad. Ese mismo año, 1991, Somalilandia declaró unilateralmente su independencia, separándose de Somalia y marcando el inicio de su lucha por el reconocimiento internacional, situación que también compartió su vecino Puntlandia. Aunque posteriormente lograría construir un Estado funcional, como veremos ahora, la falta de reconocimiento internacional la ha mantenido en un limbo geopolítico. Sin embargo, esta situación podría cambiar si Estados Unidos e Israel reconocen al Estado de Somalilandia, atrayendo el respaldo de otras potencias y facilitando su acceso a financiamiento y acuerdos diplomáticos. Sin embargo, este reconocimiento podría estar condicionado a la aceptación de refugiados palestinos expulsados de Gaza.

Guerrilleros de Somalilandia en la década de 1980 (Licencia Wikimedia Commons)

Sistema de gobierno de Somalilandia

Mientras Somalia ha sido sinónimo de conflicto, fallas de Estado y piratería marítima en la comunidad internacional. Como adelantamos, Somalilandia ha logrado construir un sistema político relativamente estable. Tiene su propio gobierno respaldado en un sistema presidencialista y en el lado legislativo una doble cámara, una moneda propia, fuerzas de seguridad y una constitución aprobada por referéndum en 2001. A diferencia del sur, donde de la falta prolongada de un gobierno central funcional y el conflicto entre distintas facciones, ha llevado a una anarquía, Somalilandia ha celebrado elecciones multipartidistas y ha sido elogiada por su gobernanza democrática por el think tank Council on Foreign Relations, un logro inusual en la región.

La lucha de Somalilandia muestra la importancia de una narrativa nacionalista bien construida, respaldada por un liderazgo político cohesionado. En las campañas políticas, esto evidencia el valor de una estrategia comunicacional efectiva y diplomacia activa. Los discursos explosivos que refuerzan la identidad y la autodeterminación sirven para proyectar su causa en el ámbito global. La oratoria política, la imagen pública y la construcción de un mensaje sólido pueden ser determinantes para la legitimidad y el posicionamiento de un liderazgo. Tu también puedes dominar estas herramientas y potenciar tu impacto político, inscríbete en nuestro Curso de Especialización en Oratoria e Imagen Política, donde aprenderás a estructurar discursos persuasivos, construir una identidad política fuerte y diseñar estrategias comunicacionales que marquen la diferencia.

Campaña electoral en Somalilandia (Licencia Wikimedia Commons)

Los partidos que predominan en el país son el Kulmiye (Partido de la Paz, Unidad y Desarrollo), que ha líderado el escenario en los últimos años; Waddani, una fuerza de oposición con base de apoyo creciente y el UCID (Partido de la Justicia y el Desarrollo) con una postura socialdemócrata. En las elecciones parlamentarias de 2021, estas tres fuerzas compitieron por los 82 escaños de la Cámara de Representantes, en los primeros comicios legislativos en más de 15 años. Los resultados marcaron un cambio significativo en el panorama político: Waddani obtuvo 31 escaños, superando al entonces oficialista Kulmiye, que obtuvo 30, mientras que UCID logró 21, formando una coalición con Waddani para tomar el control del Parlamento.

La vida en Somalilandia

La capital de Somalilandia, Hargeisa, es el centro político, económico y cultural del país. Sus calles reflejan la resiliencia de una nación ante los conflictos cerca a sus fronteras. Aunque la ciudad ha experimentado un crecimiento significativo en las últimas décadas, con nuevas infraestructuras y un sector empresarial en expansión, la falta de reconocimiento sigue siendo un obstáculo para sus habitantes. Uno de los principales desafíos es el pasaporte somalilandés, que no es reconocido internacionalmente, lo que obliga a los ciudadanos a obtener documentos de viaje de Somalia, o en algunos casos, recurrir a la doble nacionalidad con su pasado colonial. Esta situación complica la movilidad y el acceso a oportunidades fuera del país.

Ciudad de Hargeisa, capital de Somalilandia (Licencia Wikimedia Commons)

En el ámbito educativo, Somalilandia ha desarrollado su propio sistema académico con universidades e instituciones que operan de manera independiente. Las principales casas de estudio, como la Universidad de Hargeisa y la Universidad de Amoud, han logrado reconocimiento en la región y han establecido convenios con universidades extranjeras. No obstante, la condición del país limita la validez internacional de los diplomas emitidos por sus instituciones, lo que obliga a muchos graduados a buscar certificaciones adicionales en países vecinos como Etiopía.

Bandera de Somalilandia

La economía de Somalilandia

Somalilandia logró establecer relaciones económicas y comerciales informales con varios países. Su ubicación estratégica a lo largo del Golfo de Adén, una de las rutas marítimas más transitadas del mundo, la convierte en un punto de interés para potencias como China, Estados Unidos y los Emiratos Árabes Unidos. El puerto de Berbera, uno de los principales activos de Somalilandia, ha atraído inversiones millonarias, como las de DP World, una empresa de los Emiratos Árabes que busca convertirlo en un centro logístico regional. Estas inversiones refuerzan la economía de Somalilandia y subrayan su importancia estratégica en el comercio global.

A pesar de estos avances, el estatus no reconocido de Somalilandia limita su acceso a financiamiento internacional y asistencia oficial para el desarrollo, por lo que inversiones como el de DP World no son comunes. Como alternativa, las remesas de su diáspora desempeñan un papel crucial, representando alrededor del 25% y 40% del PIB del país. Sin embargo, estas no son suficientes para abordar los desafíos de pobreza, desempleo y falta de infraestructura. Además, la dependencia de Somalilandia de su economía informal, basada en la agricultura y la exportación de ganado a los países del Golfo Pérsico, la hace vulnerable a las fluctuaciones del mercado global y a fenómenos como las sequías, que son cada vez más frecuentes.

Conclusión: El Dilema de Somalilandia en la Geopolítica Global

Somalilandia es un ejemplo de resistencia política, estabilidad institucional y pragmatismo geopolítico. Aunque no es reconocida oficialmente, ha demostrado que un Estado puede operar con éxito sin el respaldo de la comunidad internacional, gracias a una combinación de estrategia gubernamental, diplomacia paralela e inteligencia económica. Su modelo de gobernanza ha sido efectivo en mantener el orden y la seguridad en un entorno de alta volatilidad, destacándose como un caso singular dentro de los Estados con reconocimiento limitado.

Sin embargo, dado a que no tiene acceso a organismos internacionales ni financiamiento externo, Somalilandia debe depender de acuerdos comerciales informales, inversiones privadas y remesas de su diáspora. A pesar de estos desafíos, su importancia geopolítica en el Cuerno de África le otorga un papel estratégico en la política regional. Su experiencia ofrece lecciones valiosas para campañas políticas, estrategias gubernamentales y análisis de inteligencia en contextos de fragilidad estatal, demostrando que la estabilidad puede alcanzarse incluso en ausencia de reconocimiento internacional.

En el siguiente capítulo, nos trasladamos a otra parte del continente africano, el cuál involucra a los países del norte occidental de África: La República Árabe Saharaui Democrática (RASD). No te olvides de seguir nuestra serie Países olvidados en el mundo.

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