La izquierda en Bolivia ha establecido un proyecto hegemónico en medio de una diversidad política con un discurso enfocado a la profundización de la igualdad social, promovido en estos años a través de movimientos populares y debates político-teóricos. Además, cabe mencionar que, esta tendencia no es homogénea, sino que se compone de partidos con ideologías socialistas o nacionalistas hasta movimientos indígenas y organizaciones sociales en busca de una lucha para consolidar una justicia social.
Asimismo, la izquierda boliviana se ha concentrado de manera orgánica y formal en el Movimiento al Socialismo – MAS IPSP bajo la dirección de Juan Evo Morales Ayma, que bajo el direccionamiento político y discursivo mencionado ha consagrado un bloque político que por 20 años ha sido mayoritario, expresado y fundamentado en los resultados de las votaciones generales, siendo que el año 2005 el MAS representaba el 54%, para el 2009 el 64%, el 2014 el 61% y para el 2020 el 55% del total de la votaciones validas, mostrándose como un bloque unido y fuerte dentro el sistema político boliviano.
Coyuntura del bloque popular
La unificación del bloque de izquierda, implicó ejercer el poder estatal desde el Gobierno central, en el que se estableció un Estado sólido y firme con capacidad de adaptarse a balances de poder existentes entre identidades locales, regionales, sociales y étnicas, espacio en el que las viejas elites políticas eran débiles frente a un empoderamiento de las organizaciones sociales con pluralismo estructural societal.
Sin embargo, con la salida de Evo Morales de la presidencia del Estado, se marcó un punto de inflexión en el sistema político boliviano, lo que implicó emerger un gobierno transitorio para convocar a elecciones generales en 90 días. Sin embargo, por la pandemia del coronavirus, los comicios electorales se realizaron en la segunda quincena del mes de octubre de 2020, logrando como resultado positivo a favor de Luis Arce Catacora representando al MAS – IPSP con el 55.11% de votos válidos, obteniendo la mayoría absoluta a favor del bloque de izquierda.
Causas de la trifurcación hegemónica
Con el ascenso de Luis Arce Catacora a la Presidencia del Estado, las críticas de Evo Morales al primer año de la administración del Presidente Arce no se dejaron esperar, lo que implico generar una tensión política interna dentro la estructura partidaria, reflejando una lucha interna por el control del direccionamiento del Movimiento al Socialismo (MAS – IPSP), que llego hasta el seno del parlamento.
En el que el bloque oficialista comenzó a fisurarse en dos tendencias políticas como los renovadores que apoyan al presidente Luis Arce y los radicales que son los seguidores acérrimos a Evo Morales, siendo que, este pulso interno que se dio, más que debilitar las estructuras políticas del partido, ocasiono generar una crisis orgánica del bloque izquierdista en el que su principal fortaleza es la unidad en la diversidad cultural comprendido entre organizaciones sociales sindicales de obrero, campesinos e indígenas.
Por otra parte, el debilitamiento de la economía por cusas como la disminución de la producción de gas natural, la reducción de flujo de dólares en la economía, el aumento de la inflación y la aparición de un tipo de cambio paralelo frente a un tipo de cambio fijo de la moneda norteamericana ha generado el debilitamiento de las estructuras económicas del Estado y cuestionar el modelo económico que en su momento había generado resultados favorables a la economía boliviana a través de la nacionalización de recursos estratégicos, la redistribución social de recursos mediante los bonos y la consolidación del Estado como el actor económico central que el MAS – IPSP había promovido.
Ante los acontecimientos descritos sumado la crisis orgánica de hegemonía en el bloque de la izquierda por las pugnas políticas internas se produjo un fenómeno de la trifurcación hegemónica, por un lado, los radicales al mando de Evo Morales buscan consolidar el retorno del indigenismo bajo el paradigma del socialismos del Siglo XXI.
Por otra parte, el proyecto que desde el Estado promovido por el Presidente Luis Arce desde la tendencia renovadora intenta legitimarse por la vía técnica con el enfoque de potenciar la economía y promover la industrialización, y ante esos posicionamientos radicales internamente, se proyectó una nueva tendencia con el discurso de la autodeterminación generacional en base a la unidad y cambio a la cabeza del Senador Andrónico Rodríguez, en busca de consolidar el nuevo bloque histórico rescatando la base orgánica de los obreros, campesinos, clases medias e indígenas.
Frente a esa trifurcación política, el paradigma del bloque de izquierda ha llegado a la transición de un ciclo de lo nacional popular, ingresando a su recomposición, que en términos de Gramsci, se entiende como el momento cuando el viejo orden intente entrar en vigencia en el poder sin embargo no pueda gobernar o el nuevo orden intente gobernar, pero no pueda nacer, ante esa encrucijada, se tiene un panorama difuso en el que el viejo sistema de élite se aferra al poder sin autoridad formal, mientras emerge, aún débil, una nueva hegemonía de élite incapaz de romper el viejo paradigma del pasado.
Conclusiones
Por lo analizado, se comprende que la trifurcación hegemónica en el Bloque de izquierda concentrado en el MAS – IPSP no es solo una fractura ocasional, sino que expresa una re conceptualización colectiva del Estado Plurinacional en tiempos de crisis. Las posturas radicales de Evo Morales, así como los planteamientos técnicos del Presidente Luis Arce y el proyecto generacional del Senador Andrónico Rodríguez representan respuestas legítimas con desafíos históricos, aunque contrapuestas.
Esta pugna por el poder, lejos de ser anormal, revela la vitalidad de un movimiento que debate su alma entre la reivindicación identitaria originaria, o la eficacia desarrollista y la síntesis intergeneracional, demostrando que, como señala Chantal Mouffe, «el conflicto es constitutivo de lo político» (2007).