Albania sorprendió al presentar a Diella, un “ministro” virtual generado por inteligencia artificial, incorporado al gabinete del primer ministro Edi Rama con el mandato de supervisar y adjudicar licitaciones públicas para combatir la corrupción. La primicia fue confirmada por Reuters y AP, que sitúan el anuncio el 11–12 de septiembre de 2025 y precisan que Diella significa “sol” en albanés y ya operaba como asistente en la plataforma e-Albania.
El gobierno sostiene que el sistema ayudará a eliminar sesgos y acelerar procesos en la contratación estatal, uno de los flancos más vulnerables del país; la oposición cuestiona la constitucionalidad de “nombrar” a una IA y juristas piden aclarar quién firma y responde por cada decisión. Además, el Ejecutivo no ha publicado todavía un marco detallado de supervisión humana y auditoría algorítmica.
¿Qué es Diella?
Diella es un agente digital de IA presentado por el primer ministro Edi Rama como el primer “ministro virtual” del gabinete albanés, con foco en contratación pública. No es una persona ni una “primera ministra”: es un sistema que el Gobierno dice que gestionará y adjudicará licitaciones para reducir la discrecionalidad y acelerar procesos. La propia Diella ya existía como asistente de la plataforma estatal e-Albania y ahora se “promueve” a ese rol funcional de alto impacto.
Su estatus legal sigue en discusión, pues la oposición lo tilda de inconstitucional y juristas piden aclarar quién firma y responde por cada adjudicación, además de publicar los protocolos de supervisión humana, auditoría algorítmica y vías de recurso para proveedores. AP menciona que el proyecto se presenta con un avatar y colaboración tecnológica (incluida Microsoft), mientras que Reuters subraya que aún no hay detalles públicos de gobernanza; en paralelo, como país candidato a la UE, Albania deberá alinear el piloto con los requisitos del AI Act (riesgos, trazabilidad, explicabilidad y control humano significativo).
Qué hará (según el gobierno)
El primer ministro anunció que Diella “gestionará y adjudicará” los tenders del Estado para “hacerlos libres de corrupción”; el objetivo político es restar discrecionalidad y trazar cada decisión para auditoría posterior. Reuters enfatiza que no hay aún una descripción pública de salvaguardas (p. ej., firma humana obligatoria, mecanismos de apelación o explicabilidad).
Precedentes (comparables y distintos)
- Rumanía (2023): asesor honorario “ION”. El primer ministro presentó a ION como asesor de gobierno basado en IA para captar y resumir la “voz” ciudadana desde redes y canales digitales. No es ministro ni firma decisiones: su papel es consultivo/comunicacional junto al gabinete humano.
- Yokosuka, Japón (2024): “AI Mayor Avatar”. La ciudad lanzó un avatar del alcalde para comunicación pública en inglés (mensajes de servicio, emergencias, divulgación). Es una herramienta de voz/imagen del propio alcalde, sin competencias decisorias ni rango de cargo.
- Seúl, Corea del Sur (2024–2025): LLM para gestión interna. El ayuntamiento integra un LLM propio y chatbots administrativos para automatizar tareas y asistencia interna. Son sistemas de apoyo al funcionariado; no son “ministros” ni sustituyen la firma humana.
- Reino Unido (2024): “AI Steve” en campaña. Un candidato independiente usó un avatar de IA en su postulación; la autoridad electoral aclaró que, en caso de ganar, el cargo lo ejerce la persona, no la IA. Es un precedente electoral/comunicacional, no gubernamental.
- EAU (2017–): “Ministro de IA” (humano). Los Emiratos crearon la cartera de Estado para IA y nombraron a Omar Sultan Al Olama como ministro humano (primero en el mundo). Es el precedente ministerial más cercano, pero no es un sistema de IA en el cargo: es un ministro que formula política pública sobre IA.
- ¿Qué hace único el caso de Albania? A diferencia de los ejemplos anteriores —asesoría, comunicación o automatización interna— Diella es presentado con rango de “ministro virtual” y con mandato anunciado en contratación pública (gestionar/adjudicar tenders). Esa delegación decisoria a un sistema de IA no tiene precedente equiparable en gobiernos nacionales y explica la polémica sobre su encaje legal y la imprescindible supervisión humana.
Conclusiones
Diella es, hoy, un experimento político-tecnológico con ambición: un “ministro virtual” de IA presentado por Edi Rama para gestionar y adjudicar licitaciones y así golpear un flanco histórico de corrupción en Albania. La idea es disruptiva y ya tiene validación mediática internacional (Reuters/AP); pero su éxito no depende del avatar, sino del andamiaje de gobierno que aún falta publicar: supervisión humana con firma responsable, auditorías independientes del modelo, vías de apelación para proveedores y un registro transparente de datos y decisiones. Sin esas garantías, el riesgo es que la “ministra IA” se quede en marketing o, peor, opacifique la contratación pública que dice ordenar.
Como país candidato a la UE, Albania deberá alinear a Diella con el AI Act: gestión de riesgos, trazabilidad, explicabilidad y control humano significativo en sistemas de alto impacto del sector público. Lo que hay que mirar en los próximos meses es simple y medible: tiempos y ahorros en compras, tasa de impugnaciones y su resolución, publicación de los modelos/protocolos y resultados de auditorías. Si el gobierno convierte esas obligaciones en política de Estado, el caso puede marcar un precedente global de gobernanza algorítmica; si no, confirmará que ningún país puede tercerizar la rendición de cuentas en una IA.