El rumor de que “un multimillonario judío compró TikTok” se viralizó en redes y titulares, pero no describe lo que ocurre en la realidad: no hay un comprador único ni una operación definida por una identidad religiosa. Lo verificado hasta ahora apunta a una reestructuración de TikTok U.S. bajo un consorcio de inversores —con nombres corporativos como Oracle y Silver Lake, entre otros— y a que ByteDance conservaría una participación minoritaria sin control. Este proceso está enmarcado por la PAFACA (2024), que exige desinversión de apps controladas por “adversarios extranjeros”, y por una orden ejecutiva emitida en septiembre de 2025 que habilita el esquema de traspaso en Estados Unidos.
¿Por qué importa desmontar el rumor? Porque confunde el debate público sobre seguridad nacional, gobernanza tecnológica y moderación de contenidos, y distrae de los hechos: la operación se negocia como un acuerdo corporativo multiactor, sujeto a aprobación regulatoria y a reglas de cumplimiento que afectarán cómo se gestionan datos, algoritmos y políticas en el mercado estadounidense. En este artículo separaremos mitos y realidad, explicaremos el marco legal y político que empuja el cambio y ordenaremos quiénes participan, cómo y qué queda pendiente antes del cierre definitivo.

Rumor vs. realidad: qué se dijo y qué está confirmado
El rumor afirma que “un multimillonario judío compró TikTok” y lo reduce todo a un “nuevo dueño” único. Eso no coincide con los hechos reportados: lo que hay es un acuerdo de reestructuración para crear TikTok U.S. bajo un consorcio de inversores y con ByteDance en posición minoritaria. Este proceso está amparado por la PAFACA (ley federal de 2024) y por una orden ejecutiva emitida en septiembre de 2025 que habilita el marco del deal en EE. UU., no la entrega a una sola persona.
¿Qué sí está verificado hasta ahora? Que Oracle, Silver Lake y MGX figuran como anclas del consorcio y que el paquete conjunto rondaría el 45–50 % de TikTok U.S., mientras ByteDance quedaría con menos del 20 %. Medios de referencia (Reuters, Financial Times) y otros reportes coinciden en ese esquema de propiedad distribuida —con junta directiva mayoritariamente estadounidense—, lo cual desmiente la idea de un comprador único.
¿Y los nombres propios (Murdoch, Michael Dell) que circulan en redes? Son menciones públicas del presidente Trump sobre posibles co-inversionistas dentro del grupo, no confirmaciones de una compra individual ni de control exclusivo. La narrativa centrada en identidad religiosa no es un dato material del acuerdo: lo relevante es la estructura consorcial y el cumplimiento regulatorio exigido por la ley..

Marco legal y político: PAFACA y la orden ejecutiva de 2025
El andamiaje de todo este proceso es la Protecting Americans from Foreign Adversary Controlled Applications Act (PAFACA), aprobada bipartidistamente y firmada el 24 de abril de 2024. La ley prohíbe que aplicaciones controladas por “adversarios extranjeros” operen en EE. UU. salvo que haya una desinversión calificada; el caso emblemático es TikTok/ByteDance. Textos y resúmenes oficiales dejan claro que la herramienta central de cumplimiento es forzar la venta o enfrentar la prohibición, con revisión judicial limitada y plazos definidos.
Sobre esa base, la Casa Blanca emitió en septiembre de 2025 una orden ejecutiva que habilita el marco de reestructuración de TikTok U.S.: un esquema con propiedad distribuida entre inversores mayoritariamente estadounidenses y ByteDance en posición minoritaria (<20 %). Coberturas de referencia detallan que el núcleo lo integrarían Oracle, Silver Lake y MGX, y que el acuerdo busca cumplir la PAFACA sin apagar la plataforma para sus 170 millones de usuarios en EE. UU. (quedan, eso sí, interrogantes sobre ejecución y gobernanza fina).
Políticamente, el mensaje del Ejecutivo fue que el acuerdo salva TikTok y atiende riesgos de seguridad; a la vez, se reconoce el papel negociador de la Vicepresidencia y se anticipa supervisión regulatoria hasta el cierre: composición de la junta en EE. UU., perímetros sobre datos y algoritmo, y eventuales condiciones adicionales de agencias y tribunales. En síntesis, la ley fija el “qué” (desinvertir) y la EO el “cómo” (estructura consorcial); el “cuándo y con qué límites” se definirá con los documentos finales y las aprobaciones de rigor.

Quiénes están en el consorcio (y quiénes no)
Los reportes más sólidos coinciden en que el núcleo del consorcio para TikTok U.S. lo integran Oracle y el fondo Silver Lake, junto a MGX (vehículo de inversión de Abu Dabi). En conjunto, estos anclas se quedarían con ~45–50 % de la nueva entidad estadounidense, mientras ByteDance retendría menos del 20 % para cumplir la ley de 2024. La reestructuración también prevé una junta mayoritariamente estadounidense y deja margen a ajustes finos antes del cierre definitivo.
Además de ese trío, varios accionistas existentes de ByteDance —como Susquehanna International Group (SIG), General Atlantic y KKR— conservarían participaciones agregadas cercanas a ~30 %, según fuentes citadas por prensa financiera. El resultado es una propiedad distribuida entre corporaciones y fondos, en lugar de un “nuevo dueño” único. Ese diseño responde directamente al marco de desinversión exigido por la legislación estadounidense de 2024.
En paralelo, surgieron nombres individuales mencionados por el propio presidente Donald Trump —como Rupert/Lachlan Murdoch o Michael Dell— como posibles co-inversionistas dentro del grupo. Importa subrayar que esas referencias públicas no equivalen a control exclusivo ni a un comprador singular; son participaciones potenciales dentro de un consorcio cuyo control se reparte entre varias firmas. Algunas crónicas también han señalado el rol de MGX y su enlace con la familia real de Abu Dabi, nuevamente en calidad de socio y no de comprador único.

Línea de tiempo esencial (2024–2025)
Abril de 2024. El Congreso aprueba la PAFACA (H.R. 7521) con amplio apoyo bipartidista y el 24 de abril el presidente Joe Biden la firma. La norma establece que apps controladas por “adversarios extranjeros” (caso ByteDance/TikTok) deben ejecutar una desinversión calificada en EE. UU. o enfrentar prohibición, con plazos y posibles extensiones. Ese “marco duro” convierte la venta en requisito para operar y abre una ruta de negociación público-privada que dominará todo 2024–2025.
Enero–septiembre de 2025. La Casa Blanca publica lineamientos de aplicación y mantiene la presión: el 19 de enero entran en vigor disposiciones clave de la ley, y durante el año se conceden extensiones mientras avanza la arquitectura del acuerdo. El 21 de septiembre, Trump sugiere públicamente que Rupert/Lachlan Murdoch y Michael Dell podrían participar como co-inversionistas; días después, llegan reportes más concretos sobre el consorcio (con Oracle, Silver Lake y MGX como anclas) y una participación de ByteDance <20% para cumplir la ley.
Fin de septiembre de 2025. La orden ejecutiva de la Casa Blanca pavimenta el traspaso de TikTok U.S. a una entidad con propiedad mayoritariamente estadounidense, estimando una valoración cercana a $14.000 millones y un paquete conjunto 45–50% para Oracle–Silver Lake–MGX; la junta sería predominantemente estadounidense y ByteDance quedaría por debajo del 20%. Aunque el diseño es claro, el cierre depende de documentación final y controles regulatorios; en paralelo, medios resaltan que algunos nombres individuales podrían entrar como co-inversionistas, sin que exista un “comprador único”.
Conclusión
El rumor del “comprador único” no se sostiene frente a los hechos: lo que avanza es una reestructuración consorcial de TikTok en EE. UU., con propiedad distribuida y ByteDance en posición minoritaria. El motor de fondo es regulatorio (PAFACA 2024) y el cauce político-administrativo quedó trazado con la orden ejecutiva de septiembre de 2025. El foco periodístico y ciudadano, por tanto, no debería estar en la identidad de una persona, sino en cómo quedarán la gobernanza, las garantías sobre datos y la rendición de cuentas de la plataforma.
De aquí en adelante, lo relevante será leer los documentos finales: composición de la junta en EE. UU., perímetros sobre acceso a datos y modelo de recomendaciones, protocolos de auditoría independiente y vías de apelación para creadores. A partir de eso podremos evaluar si el rediseño cumple el objetivo declarado —mitigar riesgos de seguridad sin apagar un canal masivo de expresión— y si mantiene reglas de moderación claras, consistentes y transparentes para usuarios, creadores y marcas.
