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Tanques y artillería pesada contra el Covid-19

LA POST VERDAD POLÍTICA EN UN PAÍS ANDINO DE LATINOAMÉRICA

Tanques y artillería pesada contra el COVID-19

La mañana de este sábado 04 de abril, los medios de comunicación y las redes sociales en Perú difundieron masivamente imágenes y videos de tropas del Ejército siendo desplegadas desde la ciudad de Tumbes hacia toda la extensión de la línea de frontera con Ecuador con la finalidad de evitar el paso de ciudadanos ecuatorianos y migrantes venezolanos que huyen de la descontrolada situación que presentan sus países por la pandemia del Covid-19.

Esta importante acción militar resultaría naturalmente comprensible en un escenario tan delicado cómo el de enfrentar una pandemia de carácter global que causará serios estragos en un país a punto de ingresar a la cuarta semana de cuarentena y que a la fecha no evidencia en forma clara acciones o logros que puedan impedir o mitigar la paralización del sistema económico productivo formal e informal, o el colapso de un sistema de salud débil en recursos y gestión, y que a la fecha no dispone de los test de prueba adecuados ni suficientes para diagnosticar la verdadera dimensión de la pandemia. Más allá del aislamiento social obligatorio a nivel nacional, no se evidencia una estrategia coherente.

En este contexto, el despliegue de tanques, artillería pesada y vehículos antiaéreos junto a las tropas llamó seriamente la atención de muchas personas, y desató una serie de discusiones en medios de comunicación y redes sociales en razón al por qué del despliegue de equipos militares pesados para evitar el cruce de fronteras de personas que huyen de una pandemia. ¿Cómo podríamos aproximarnos a explicar esta aparente contradicción?; al respecto encontré un artículo muy interesante publicado por el Instituto de Estudios de Seguridad Nacional -INSS por sus siglas en inglés- de la Universidad de Tel Aviv en Israel, escrito por Ita Brun, y Michal Roitman: “La Seguridad Nacional en la era de la Post Verdad y de las Noticias Falsas” (National Security in the Era of Post Truth and Fake News” (https://www.inss.org.il/publication/national-security-in-the-era-of-post-truth-and-fake-news/).

Itai Brun, es General de Brigada (Ret) de las Fuerzas de Defensa de Israel, director adjunto del INSS, y enseña cursos sobre Inteligencia y Seguridad Nacional en la Universidad de Haifa – Israel. Su último empleo, antes de culminar su servicio, fue como Jefe de la División de Análisis de la Inteligencia de Defensa de Israel (IDI).

Este reciente febrero 3, Itai Braun presentó, junto con otros especialistas, una conferencia privada sobre la Post Verdad y la Política (https://www.inss.org.il/event/private-conference-on-think-tanks-in-the-era-of-fake-news-and-post-truth-and-the-search-for-reality-in-the-election-season/); la aproximación académica de este estudioso y analista puede constituir una herramienta útil para analizar la actual coyuntura de la política peruana y que se expondrá a continuación.

Según la aproximación académica de Itai Brun, la política general del gobierno peruano (es decir en cuanto a su proceso de toma de decisiones y a la ejecución de acciones), tendría su fundamento y base en la generación de mensajes para movilizar emocionalmente a la opinión pública; quiere decir: que cada acción del gobierno consiste básica y casi exclusivamente en una estrategia de comunicaciones que tiene como fin generar sensaciones, emociones y sentimientos sobre la gran mayoría de la población y sobre los grupos de interés más allá de lograr un objetivo claro y concreto sobre los problemas que se presentan en la realidad; luego, producidos esos sentimientos (como resultado de la estrategia), se vuelve a evaluar sus efectos y se generan nuevamente otras sensaciones, que producen emociones y sentimientos que proyectan la conducta de las personas y/o de grupos de interés hacia el apoyo de los objetivos de la política de gobierno como principal objetivo estratégico; esta dinámica ya viene siendo asociada con acciones de gobiernos de potencias como Reino Unido, Rusia, Brasil, Alemania, Australia, EEUU entre otros; … así, la anunciada «Guerra contra el Covid-19» por el gobierno peruano, no implicaría necesariamente reducir sus efectos y evitar muertes en términos concretos, sino que tendría cómo real objetivo «generar sobre la población peruana sensaciones, emociones y sentimientos de apoyo al liderazgo político del presidente de la república debido a que se vienen tomando las mejores acciones posibles en contra de la pandemia del Covid-19».

Esta técnica de gobierno tiene una dinámica conocida con el nombre de la «Post Verdad Política» según Itai Brun, dónde la verdad depende de cómo se movilicen los sentimientos de las personas en apoyo de la acción política, más allá de cualquier hecho real y concreto de solución al problema en cuestión. Para la post verdad, la realidad depende de los sentimientos de las personas por sobre los hechos.

Para la “Post Verdad”, la realidad depende de los sentimientos de las personas por sobre los hechos.

Para alcanzar esta estrategia el gobierno tendría cómo principal medio y recurso la gestión y control de los medios de comunicación y de las redes sociales en el país, en alianza estratégica con importantes medios de comunicación y grandes consultoras internacionales de comunicación estratégica; este conjunto de medios de «movilización sicológica» de las personas constituiría el centro de gravedad de la acción política de gobierno; en el mismo sentido periodistas, comunicadores clave y consultores se constituyen en los principales operadores y activistas políticos de la acción de gobierno. Para estos grupos, los hechos reales y concretos constituyen un obstáculo para la conducción política del estado que sólo puede ser superado por el empleo de la comunicación estratégica.

¿Qué lógica tiene el despliegue de tanques, artillería pesada y armas antiaéreas, así cómo de tropas a lo largo de la frontera?…; más allá del real y masivo cruce ilegal de ecuatorianos y venezolanos que escapan del coronavirus, la única lógica indicaría que el objetivo político del gobierno consistiría en generar una sensación en el pueblo peruano respecto a la existencia de un «compromiso decidido, responsable, y valeroso del presidente de la república para enfrentar al Covid-19» y al mismo tiempo, «disuadir emocionalmente a extranjeros de cruzar nuestra frontera»; si se revisan las redes sociales, esta acción cuenta con la mayoría de la aprobación de la población, apoyada por los medios de comunicación, encuestadoras, comunicadores clave, y de un ejército de trolls en redes sociales quienes consolidan las sensaciones primarias de aceptación masiva compartida, en emociones y posteriormente en sentimientos de aprobación que constituyen la base de lo que hoy se conoce cómo “post verdad”, en este caso una “Post Verdad Política”.

¿Qué aspectos positivos tiene el empleo de esta estrategia para la acción de gobierno?; en primer lugar genera un sentimiento masivo y popular de amplio respaldo emocional en el inmediato y corto plazo a favor del presidente de la república, y que al mismo tiempo le facilita disuadir temporalmente el movimiento de personas en la frontera; también le otorga una importante capacidad de libertad de acción necesaria para la toma de decisiones políticas en el corto plazo, más allá de si estas sean adecuadas, correctas o eficientes en este u otros campos; le otorga ventajas de movilización emocional sobre la población para atacar a la oposición política y neutralizar a cualquier potencial adversario; asimismo le otorga una fuerte cobertura sobre una real falta de liderazgo, sobre errores, deficiencias y hasta sobre actos de corrupción que se produzcan o puedan producirse; todo ello con el apoyo multitudinario de la población que se encuentra en sintonía emocional con las decisiones del presidente. Genera en consecuencia una potente “imagen” positiva sobre la prensa internacional.

¿Cuales son las vulnerabilidades?;… el gobierno y su fuerza principal de acción política (los medios de comunicación) conocen que los grupos sociales tienen la tendencia a estar siempre de acuerdo con la opinión mayoritaria y que la generación de emociones permanece muy poco tiempo en la mente de las personas frente a los hechos reales y concretos; por ello tienen la necesidad imperiosa de construir mensajes movilizadores de la opinión pública en forma permanente; luego frente al Covid-19, la acción de gobierno es altamente vulnerable a las acciones de protesta social masivas y violentas siempre y cuando se produzca el agotamiento y/o el error en la creación de mensajes para movilizar a la opinión pública y/o a grupos claves de interés (FFAA), así cómo frente a la perdida de la credibilidad de los medios de comunicación. También es vulnerable a la realidad de los hechos concretos, siempre y cuando la realidad no pueda ser ocultada o maquillada por los medios de comunicación; como por ejemplo, un desborde social masivo por desabastecimiento y/o falta de capacidad para adquirir alimentos y/o el colapso total del sistema de salud evidenciado por una cantidad significativa de fallecidos en las calles sin ser atendidos, y/o a la deserción del personal médico o policial, entre otros; en este sentido, sólo hechos concretos de carácter caótico e inevitables con consecuencias perjudiciales e irreversibles en contra de la mayoría de los ciudadanos, puede hacer fallida la estrategia de gobierno.

“… sólo hechos concretos de carácter caótico e inevitables con consecuencias perjudiciales e irreversibles en contra de la mayoría de los ciudadanos, puede hacer fallida la estrategia de gobierno.”

Si Itai Brun tiene razón sobre la dinámica de la “post verdad política” y sus postulados se aplican al caso peruano, entonces el gobierno actual no sería consciente del nivel de gravedad que puede

llevar una gestión política en tiempos de crisis vital de alcance nacional sustentada exclusivamente en la generación de emociones sobre la población como principal herramienta de acción política.

Por el momento, la única capacidad de éxito que evidencia tener el gobierno en la conducción de los asuntos de estado y en este caso particular sobre la lucha contra el Covid-19, es su eficiente habilidad para «administrar la post verdad» a través de los medios de comunicación social y el manejo de las redes.

Esperemos que acciones como movilizar tanques, artillería pesada y armas antiaéreas para enfrentar el Covid-19 no lleguen a un nivel de agotamiento antes de que de que el estado pueda desarrollar verdaderas capacidades de liderazgo y acción política que le permitan enfrentar los hechos reales y concretos con los que nos desafía esta pandemia, ya que de no lograrlo de ahí a la anarquía y al caos generalizado, queda sólo un paso y no habrá una “Post Verdad Política” que lo pueda superar.

JUAN CARLOS LIENDO O´CONNOR
Prof. de Inteligencia Estratégica en la Universidad San Ignacio de Loyola – Lima, Perú
Coronel (RET.) Ex – Jefe del Servicio de Inteligencia del Ejército
Lima 05 de Abril 2020

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