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LA POLÍTICA EN LA ERA DE LA POSVERDAD

La Política en la era de la Posverdad

En una sociedad en red, donde gran parte de la población se encuentra conectada y comunicada a través de redes sociales y dispositivos electrónicos, la cantidad de información y velocidad de difusión es mucho mayor que la velocidad de procesamiento y capacidad de atención de los usuarios.
Dicha situación contribuye a la selección de información y/o contenido que cada usuario considera adecuado a su marco de interpretación o acorde a su perfil. Esta selección es donde los esquemas de interpretación de la realidad como unidades de sentido cobran mayor relevancia pues permiten generar burbujas de comunidades donde se brinda prioridad a la difusión y/o consumo de información que encaje con los valores, creencias, emociones, ideas, etc. Del usuario, por lo cual la credibilidad de las fuentes pasa a un segundo plano y es en este contexto que la posverdad cobra mayor fuerza y relevancia.
El termino <<POSVERDAD>> es relativamente nuevo, fue en el año 2016 cuando Oxford, la declaro como palabra del año definiéndola como <<Aquello que se relaciona con, o denota, circunstancias en las que los hechos objetivos son menos influyentes a la hora de conformar la opinión pública que las apelaciones a la emoción y a las creencias personales>>.
El uso del prefijo <<POS>> no señala haber dejado atrás la verdad en sentido temporal, sino en el sentido de que la verdad se ha convertido en algo irrelevante en comparación con la posibilidad de enmarcar una interpretación de la realidad que satisfaga las emociones e ideas que apoya políticamente un gran número de personas.
En otras palabras, la posverdad ocurre cuando un líder político piensa que la reacción de las masas cambia realmente los hechos. Deformar la realidad para encajar con sus opiniones permite a un líder político sostener un discurso político que rechace los datos mediante descalificaciones y señalamientos hacia el emisor.
Girar la verdad de la forma más favorable a los propósitos de un político que utiliza particularmente las emociones para persuadir a las masas, enmarca a la posverdad en una forma de supremacía ideológica a través de la cual sus practicantes tratan de obligar a alguien a creer en algo, tanto si existe o no evidencia que respalde el punto de vista.
Se prioriza la percepción antes que la comprensión de la realidad latente mediante análisis estadísticos que permitan generar información de valor para la toma de decisiones, por lo cual terminan basando la política en como hace sentir al ciudadano, mas que en hasta que punto funcionara correctamente en la realidad las decisiones tomadas.

Néstor Mendoza Vázquez

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