John Magufuli, de 61 años y presidente de Tanzania desde 2015, ha fallecido en Dar es-Salam, capital económica del país, a consecuencia de problemas cardiacos, según ha informado este miércoles la vicepresidenta Samia Suluhu, en un mensaje televisado. Durante los últimos 18 días, el jefe de Estado tanzano no había aparecido públicamente. Esto había hecho correr todo tipo de rumores y comentarios acerca de su estado de salud y de un posible contagio de covid-19, que no ha sido confirmado. Hace una semana, el líder opositor Tundu Lissu, exiliado en Bélgica, aseguró que Magufuli se había contagiado de esta enfermedad, pero el Gobierno se apresuró a desmentirlo.
“Es con gran pesar que les informo que hoy, 17 de marzo de 2021, a las 18.00 horas, perdimos a nuestro valiente líder, el presidente de Tanzania, John Pombe Magufuli”, declaró Samia Suluhu, quien se convierte automáticamente en nueva presidenta según establece la Constitución tanzana. Es la primera mujer que ocupa este cargo en toda la historia del país. La hasta ahora vicepresidenta aseguró también que Magufuli falleció en el hospital público Emilio Mzena de Dar es-Salam, donde estaba recibiendo tratamiento.
El autoritario Magufuli fue el gran líder negacionista de la pandemia de coronavirus en África; se resistió a facilitar datos sobre los contagios; expulsó a los representantes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) del país; aseguró que Tanzania estaba protegida de la enfermedad por intervención divina; se negó a imponer medidas de distanciamiento social o toques de queda, y rechazó las vacunas. Los primeros rumores de que Magufuli, apodado en su país El Bulldozer, podía tener covid-19 comenzaron cuando, tras su ausencia de la vida pública, un periódico keniano publicó que “un líder africano” se estaba tratando de esta enfermedad en Nairobi.
Sin embargo, las autoridades tanzanas no tardaron en salir a desmentirlo. El primer ministro, Kassim Majaliwa, manifestó el pasado viernes que Magufuli gozaba de “buena salud” y explicó que seguía trabajando duro, “como siempre”. Este lunes, la vicepresidenta pidió a los ciudadanos que “no hicieran caso de habladurías” y añadió que Tanzania “está ahora lleno de rumores procedentes del extranjero, pero hay que ignorarlos. Es bastante normal que alguien tenga gripe, fiebre o alguna otra enfermedad”, comentó.
El pasado febrero, Tanzania vivió una oleada de muertes en principio atribuidas a la neumonía pero que, ante la ausencia de datos oficiales y pruebas, se sospecha que pudieron ser por covid-19. Varias personalidades fallecieron repentinamente ese mes. Primero, el vicepresidente del archipiélago de Zanzíbar, Seif Shariff Hamad, de 77 años. Luego, el secretario jefe del Gobierno, John Kijazi. El propio ministro de Economía, Philip Mpango, tosía y respiraba con dificultad en la rueda de prensa en la que informó de esta última muerte. El 19 de febrero, durante su funeral, Magufuli admitió la existencia de “una enfermedad respiratoria” en Tanzania, sin especificar si hablaba del coronavirus.
Magufuli fue elegido presidente de Tanzania por primera vez en 2015. Desde entonces, se caracterizó por su estilo autoritario y su lucha contra la corrupción y el despilfarro público. Fue reelegido para el cargo el pasado mes de octubre con un 84% de los votos entre denuncias de fraude de su principal rival, el citado Tundu Lissu.