Cómo sabemos el SARS-CoV-2 o COVID-19 transformó la manera en como interactuamos en los espacios de la vida pública y privada, por lo que el proceso electoral y todo lo que representa no es la excepción. Las elecciones del pasado domingo 18 de octubre es la primera experiencia de nuestro país en cuanto a una jordana electoral en la nueva normalidad, lo cual representa un ejercicio de inmenso valor frente a las elecciones del 2021 que se presentan como las más grandes en la historia de México.
El pasado mes de abril, debido a la emergencia sanitaria, el Instituto Nacional Electoral (INE) decidió posponer la jornada electoral del estado de Hidalgo y Chihuahua, programada para el primer domingo de junio recorriendo la fecha al 18 de octubre, en el caso de la elección de Hidalgo se renovaron 84 ayuntamientos, con una lista nominal superior a los 2 millones de electores, se instalaron 7,202 casillas y se contó con la participación de más de 30 mil funcionarios electorales.
Con una participación electoral del 49% del total de la lista nominal se registra un ligero descenso en comparación con la elección equivalente a la anterior del 2016, cabe señalar que en aquella elección también se eligió gobernador del Estado, además de que al ser los periodos de 4 años para alcalde, es difícil que coincidan las elecciones municipales y estatales.
En cuanto a los resultados de la jornada electoral, de acuerdo a la última actualización del PREP (lunes 19 de octubre) el Partido Revolucionario Institucional (PRI) obtuvo un total de 32 presidencias que representa el 38% por ciento del total; el Partido de la Revolución Democrática (PRD) 7 presidencias que representa el 8%; Movimiento de Regeneración Nacional obtuvo 6 lugares que representa el 7% por ciento del total; el Partido Acción Nacional (PAN), Nueva Alianza y Encuentro social obtuvieron 5 presidencias cada uno lo cual representa el 6% del total respectivamente; el resto de los triunfos corresponde a otros partidos, para este artículo sólo se toma en consideración a los partidos que obtuvieron mayor número de triunfos.
Si la participación política se mantuvo en promedio a la de la elección equivalente anterior, la pregunta sería ¿Cómo explicar que el PRI siendo la tercera fuerza política nacional por debajo del PAN y MORENA haya obtenido más triunfos que la suma de estos dos partidos? Al respecto y de manera inmediata podríamos hacer referencia a la presencia histórica del PRI en Hidalgo, a lo que me gustaría señalar que el PRI sólo gobernaba 22 municipios, por lo que en esta elección conquisto 10 ayuntamientos más.
A modo de conclusión no basta contar con el voto duro en una elección ni ser candidato por el partido más fuerte a nivel nacional, es necesario una estrategia de campaña con base en una planeación de acuerdo a la nueva normalidad, que permita conectar con el electorado, puesto que en las contiendas electorales no se debe dar nada por hecho, la confianza excesiva sólo nubla la realidad concreta y eso representa una área de oportunidad que un partido con una buena estrategia puede explotar a su favor.
Estimado lector lo invitó a continuar esta charla en el siguiente artículo donde abordaremos las plataformas electorales y su importancia a la hora de planear una campaña electoral.