Luisa González y Daniel Noboa han emergido como los candidatos más votados, aquello los coloca en una competencia directa en la segunda vuelta presidencial programada para el 15 de octubre del presente año. Estos resultados fueron ratificados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), una autoridad independiente encargada de supervisar el proceso electoral.
González, candidata por el correísmo, logró obtener una considerable ventaja al liderar las elecciones con un porcentaje del 33.28% de los votos. Su vínculo con el expresidente Rafael Correa y su condición de favorita en las encuestas previas la han colocado en una posición de prominencia en la contienda electoral.
No obstante, Noboa, que no era un representante del anticorreísmo, ha dado un giro sorprendente al proceso al obtener un 23.68% de los votos. Su estatus como hijo del conocido empresario y político Álvaro Noboa añade un componente interesante a la contienda.
Es digno de destacar que el éxito de la campaña de Noboa ha sido ampliamente inesperado. Las encuestas previas y el análisis electoral no habían considerado con énfasis su perspectiva en la carrera, y muchos no veían viable su continuidad después de las elecciones del domingo.
Noboa, por su parte, ha enfatizado su intención de promover un nuevo proyecto político en lugar de embarcarse en la tradicional lucha entre corrientes políticas.
El reemplazo de Villavicencio en la contienda, Christian Zurita, obtuvo un 16% de los votos, asegurando una posición entre los tres candidatos más votados. Por otro lado, la Alianza Gente Buena – Construye, encabezada por Villavicencio, emergió como el segundo movimiento político con mayor respaldo para la Asamblea, situándose detrás del partido Revolución Ciudadana.
El medio ambiente también ha sido un tópico de interés durante estas elecciones. La mayoría de los ecuatorianos se ha manifestado en contra de la explotación de recursos en el Parque Nacional Yasuní y la región del Chocó Andino.
El proceso electoral transcurrió sin incidentes violentos; ya que, alrededor de 100,000 efectivos de policía y militares fueron desplegados para garantizar la seguridad en los lugares de votación.
En última instancia, los elegidos en esta elección desempeñarán sus funciones hasta mayo de 2025, solo un año y medio, tiempo considerado insuficiente para consolidar una gestión. El escenario político seguirá siendo objeto de escrutinio y análisis en los próximos meses.