Columna de opinión sobre fotografía para campañas políticas
Hay pocas cosas que me incomodan más en el mundo que ver un afiche de campaña política con una fotografía mediocre o incoherente. El candidato con una sonrisa incómoda, la típica pose de los brazos cruzados o el puño, una iluminación poco favorecedora o que no transmita nada. La fotografía política es una herramienta poderosa, y es una pena que muchos no sepan cómo utilizarla estratégicamente para explotar su potencial. Por el día de hoy quería hablarles sobre cómo influye cada elemento, además de algunos consejos y errores a evitar.
En la fotografía política, cada detalle cuenta, desde el encuadre hasta la iluminación, pasando por la ropa y la expresión facial del candidato. Todo esto puede afectar la forma en que el votante percibe al candidato. Por ejemplo, un candidato vestido de traje y corbata en una fotografía puede transmitir una imagen de formalidad y seriedad, mientras que un candidato vestido con una camisa de manga corta y jeans puede parecer más cercano y relajado. Lo más importante es guardar coherencia con la imagen del candidato.
Todos esos elementos que se seleccionan cuidadosamente cada que el candidato va a aparecer en público como la ropa, el lenguaje corporal y las personas u objetos que estarán cerca y con los que se va a relacionar, todo aplica también para la fotografía, con la diferencia de que al ser un producto estático se deben tener más factores en cuenta, como el encuadre, la composición, la iluminación, que el gesto del candidato no se vea forzado, entre muchas otras cosas.
La pose y expresión del candidato son fundamentales, deben estar alineados con la estrategia y utilizarse de forma adecuada. Mirar al horizonte al estilo de Obama no queda bien con todos los mensajes, no le pidan a un candidato que se caracteriza por su dureza y seriedad que sonría, eviten a toda costa las fotografías de pasaporte, incluso estar sin fotografía es mejor que eso. Tener las manos visibles vuelve más natural la foto, y debe buscarse formas de que la expresión sea adecuada, algunas personas tienen naturalidad para posar, otras no, en ese caso incluso sería mejor pedirle al candidato que se mueva.
En el caso de la composición la forma en que los elementos de la foto se colocan y se relacionan entre sí puede influir en la interpretación que hace el votante. Una imagen desequilibrada puede transmitir una sensación de caos o falta de organización por ejemplo. Por su lado la iluminación puede utilizarse para resaltar ciertas características del sujeto o para crear un ambiente específico. Por ejemplo, una iluminación dura y directa puede hacer que el sujeto parezca más fuerte y confiado, mientras que una iluminación suave y difusa puede hacer que parezca más amable y accesible.
En cuanto al color, es importante tener en cuenta la psicología del color al elegir la paleta de colores de la imagen. Cada color puede transmitir diferentes emociones y asociaciones culturales. Por ejemplo, el rojo puede evocar pasión o peligro, mientras que el azul puede evocar confianza o serenidad. El uso del color también puede ser una herramienta poderosa para hacer que el sujeto destaque en la imagen. Si bien el candidato ya debe tener seleccionada una paleta y un estilo, se debe tener en cuenta el contraste y la forma en que se van a combinar los colores en la fotografía.
Es trabajo del consultor político conocer a su candidato y decidir el mejor tipo de fotografía para él o ella de acuerdo al mensaje que quiere transmitir y las posibilidades del candidato. También es necesario que tenga conocimientos básicos de fotografía para poder guiar al fotógrafo y asegurarse de que las imágenes se alineen con la estrategia de marketing político. Esto también puede ayudar a establecer un diálogo efectivo con el fotógrafo y evitar malentendidos o malas interpretaciones de la visión del candidato.
Cuando un consultor sabe de fotografía se dan campañas como la de Obama, se dice que este hombre huía de los estudios de fotografía, intentaron tomarle fotos planeadas por todos los medios y no lo consiguieron. Resulta que ni siquiera hacía falta, las mejores fotos de Obama salían mientras hablaba en público o interactuaba, era la única forma de sacarle expresiones naturales. Una vez se descubrió esto, no hizo falta un solo estudio más, aprovecharon la espontaneidad y lo volvieron parte de la estrategia. Esos son buenos asesores.
En cuanto a los errores a evitar en la fotografía política, hay varios que son comunes. Uno de los mayores errores es la sobreproducción de las imágenes. Las fotos retocadas en exceso pueden hacer que un candidato parezca artificial e inaccesible. Los candidatos también deben evitar las imágenes que transmiten una imagen de riqueza o extravagancia, ya que esto puede alienar al público. Otra trampa común es el uso de imágenes cliché, como el apretón de manos o el beso del bebé. Estas imágenes han sido utilizadas durante décadas y pueden parecer anticuadas o insinceras.
Lamentablemente en estos casos no hay una fórmula infalible, es más instintivo, pero algunos libros y videos sobre fotografía, psicología de la imagen y semiótica pueden ser de mucha utilidad si se busca sacarle el mayor provecho posible a las fotos del candidato. Recuerden que los flyers y banners saldrán estas fotos, no es nada recomendable descuidarlo o dejarlo a criterio del mismo candidato o de alguien que no esté alineado con la estrategia de campaña.
Espero que la nota de hoy fuera de utilidad para los estrategas que siguen día a día nuestro contenido, si quieren conocer más no olviden visitar nuestro fondo editorial.