La división interna del Movimiento al Socialismo (MAS), partido oficialista boliviano, se ha transformado en un conflicto. Recientemente, un congreso de sindicatos campesinos se convirtió en un campo de batalla, con más de 450 heridos y el surgimiento de dos direcciones opuestas. Una de ellas fue respaldada por el presidente Luis Arce, mientras que la otra fue proclamada por el expresidente Evo Morales. Esta lucha se centra en el control del partido y en liderar la candidatura de izquierda en las elecciones de 2025. El MAS se distingue por ser un partido atípico, compuesto por organizaciones sociales bolivianas. 

Este conflicto se ha venido gestando desde hace dos años, poco después de que Luis Arce asumiera el poder como presidente. El ministro de Justicia anunció su intención de enjuiciar por calumnias a Evo Morales, quien había acusado al ministro de manipular la justicia para su beneficio personal, exacerbando aún más las tensiones. 

Las tensiones también se han reflejado en el ámbito verbal. El vicepresidente del MAS, Gerardo García, miembro de la facción “evista”, declaró que, si Arce deseaba ser presidente, debía buscar otro partido. Evo Morales también adoptó un tono confrontativo, acusando a Arce de ser la causa del conflicto en el congreso campesino y señalando que el juicio en su contra por calumnias respondía a una orden de Arce. Esta situación se suma a la acusación previa de Morales sobre la influencia del ministro de Justicia en los tribunales, lo que llevó a un enfrentamiento entre sus seguidores y el Gobierno. 

La competencia verbal también se ha recrudecido, con acusaciones de “colaboración con el narcotráfico”, “corrupción”, “incumplimiento de promesas”, “derechización”, “división” y “traición” lanzadas entre ambas facciones. Evo Morales ha convocado a un congreso en octubre para renovar la dirección del MAS y elegir al candidato presidencial; pero, la facción gobiernista se opone al lugar de realización, lo que podría llevar a la existencia de dos congresos y, potencialmente, dos MAS. El Tribunal Electoral deberá determinar la legitimidad de ambas agrupaciones y resolver la lucha por el nombre y las banderas tradicionales del partido. 

Este conflicto no solo refleja las tensiones políticas internas en Bolivia, sino también la competencia por mantener el apoyo del electorado rural que ha respaldado al MAS durante décadas. 

La selección de los nuevos líderes de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB) también resultó dividida en grupos “arcistas” y “evistas”, al igual que sucede entre los senadores y diputados del partido gobernante. Luis Arce felicitó a Lucio Quispe, mientras que el expresidente Evo Morales extendió sus felicitaciones a Ponciano Santos.