Cada inicio de año, se celebra la Asamblea Nacional Popular correspondiente al gobierno chino. En este año, coinciden 2 celebraciones: el centenario del Partido Comunista Chino y los 50 años del ingreso a las Naciones Unidas. Además, es normal que el VPN, el software que usan chinos y extranjeros para sortear el Gran Cortafuegos de censura, funcione a la misma velocidad que lo hace la tortuga.
También es una reunión donde 3.000 diputados de todas partes del país aplauden los hitos más recientes y donde se presentan los programas políticos, económicos, sociales y de medioambiente.
En un año normal, la noticia más notable sería el anuncio de que el objetivo de crecimiento económico para 2021 supera el 6%. O que este año se pretende crear 11 millones de nuevos empleos. Pero hay un mensaje que ha salido esta mañana de la Plaza de Tiananmen, dirigido a Hong Kong, que suma especial relevancia acorde con la situación actual en una de las capitales financieras del mundo: el fin de la disidencia en las instituciones hongkonesas. No hay cabida para aquellos que se opongan a la mano férrea de Pekín.
La puntilla la dio anoche en una rueda de prensa Wang Chen, vicepresidente de la ANP, que anunció que sería necesario revisar varios anexos de la Ley Básica de Hong Kong, la mini constitución de la ciudad. Esto se traduce con la revisión de las reglas electorales para lograr un asiento en el Consejo Legislativo, el Parlamento hongkonés. Wang agregó que las «lagunas» en el sistema electoral de Hong Kong habían permitido a los activistas de la oposición abogar por la independencia de la ciudad.
«El Comité Electoral del Jefe Ejecutivo de Hong Kong -designado por Pekín- tendrá poder para nominar a todos los candidatos a miembros del Consejo Legislativo y elegir directamente a algunos miembros para la legislatura», dijo Wang. En resumen, en palabras de los políticos de la Asamblea: sólo los patriotas podrán entrar en las instituciones hongkonesas.
En la reunión del pasado año, la ANP ya aprobó la Ley de Seguridad Nacional en la ex colonia británica, por la que cualquier acto de protesta, o que las autoridades consideren una proclama independentista o subversiva, puede considerarse sedición y la máxima pena es de cadena perpetua. Lo que vino después fue la detención de cientos de activistas que encabezaron las protestas pro democracia de 2019 y la dimisión en bloque de todos los diputados opositores a Pekín, muchos de los cuales han sido detenidos en las últimas semanas y están siendo juzgados por «subversión».
«China se protegerá resueltamente y disuadirá la interferencia de fuerzas externas en los asuntos de Hong Kong. Además, mejorará los sistemas relevantes para hacer cumplir la constitución china y la mini constitución de la ciudad», ha dicho esta mañana el primer ministro chino, Li Keqiang, en el discurso inaugural de la Asamblea.
En 2020, la reunión de los líderes chinos comenzó con 78 días de retraso por la pandemia. Era la primera vez que se aplazaba desde la Revolución Cultural de Mao Zedong. Después de un cónclave de siete días a puerta cerrada, las conclusiones a las que llegaron los líderes políticos no fueron muy positivas: por primera vez no se estableció un objetivo de crecimiento porque el PIB se contrajo un 6,8% durante el primer trimestre del año.
Este año, la ANP ha comenzado con la mayoría de las ciudades chinas haciendo vida prácticamente normal y con una economía más fuerte porque fue la única que creció entre las potencias mundiales. El Informe de Trabajo Gubernamental presentado por el primer ministro presupone una subida del PIB muy superior a la del 2,3% del año pasado. «Un objetivo de más del 6% nos permitirá a todos dedicar toda nuestra energía a promover la reforma, la innovación y el desarrollo de alta calidad», dijo Li Keqiang. Una previsión por debajo de la estimación del Fondo Monetario Internacional (FMI), que dice que la segunda economía mundial crecerá un 8,1% este año.
El primer ministro también apuntó a la creación de 11 millones de nuevos empleos y a que la tasa de desempleo estará alrededor de un 5,5%, superior al 5,2% del 2020. Pero este cálculo no incluye a la población de las comunidades rurales ni a la mayoría de los cientos de millones de trabajadores migrantes.
Otro apartado de la presentación del programa inaugural fue anunciar que el presupuesto de defensa se ha incrementado en un 6,8%, con la mirada puesta en el avance del Ejército Popular de Liberación en el Mar del Sur de China, la continua disputa con Taiwan y Estados Unidos en esas aguas, y los enfrentamientos en la frontera del Himalaya con India.
El medio ambiente también ha estado presente en la apertura de la ANP. El presidente Xi Jinping se comprometió hace cinco meses a y ejecutar los planes climáticos para llegar al tope de emisiones de carbono antes de 2030. «China tiene como objetivo eliminar la contaminación tóxica del aire y la contaminación del agua urbana en los próximos cinco años», apuntó el primer ministro.
Los siguientes días se tratarán algunos temas como la autosuficiencia tecnológica que recoge el XIV Plan Quinquenal. China es la única economía importante del mundo que publica un plan de política cada cinco años desde 1953.
El último se trata de un documento que marcará el rumbo de la economía hasta 2025 y que redactaron en octubre los 364 miembros del Comité Central del PCCh, el órgano dirigente. Aunque los que deciden son los 25 miembros del Politburó, condensado aún más el poder en una lista de siete personas que representan el llamado Comité Permanente, a la cabeza de los cuales está Xi Jinping, presidente de China y secretario general del Comité Central. El resto de los diputados asistentes en la asamblea no tienen ningún poder de decisión real.