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El Tribunal Constitucional en la estrategia política

Los politólogos que estudian la estrategia dentro del sistema político comprenden que los órganos autónomos y poderes judiciales constituyen dispositivos de equilibro de poder creados desde el nacimiento de la república para limitar los excesos de concentración de una persona (rey) o de una élite (aristocracia). Normalmente estas formas de concentración se inclinaban en el ejecutivo o en el legislativo; todos estos mecanismos de gobierno mixto, fueron pensados por los antiguos, los medievales y los modernos en su clara comprensión de la arquitectura del poder, comprendiendo que el poder judicial, el ministerio público, la defensoría, etc. son poder político funcional dividido, que también puede generar abusos totalitarios si es que no es controlado. Es por esta razón que las autoridades del Tribunal Constitucional son elegidas por el parlamento, este procedimiento es considerado por los defensores del régimen parlamentarista como el más representativo de la república; este criterio se basa en la pluralidad de actores, pues en el ejecutivo al ser uno el que dirige, puede inclinarse a la concentración del poder; concepto del cual intentan huir desde la antigüedad los teóricos.

Bien con este criterio teórico de fondo es necesario revisar las próximas las elecciones de los nuevos miembros del Tribunal, el Tribunal Constitucional es un órgano autónomo según señala su definición ubicada en el artículo 1 de LEY Nº 28301, este se renueva de forma periódica cada cinco años y el encargado de elegirlo es el Congreso de la República.

Es el Congreso de la república el mismo que mediante una comisión multipartidaria ya brindó los nombres de los once candidatos: 1) Carlos Hakansson Nieto, 2) Ernesto Álvarez Miranda, 3) Delia Muñoz Muñoz, 4) Gonzalo Ortiz de Zevallos Olaechea, 5) Wilber Medina Bárcena, 6) Roberto Acevedo Mena, 7) Edgar Carpio Marcos, 8) Manuel Sánchez-Palacios Paiva, 9) Carmela de Orbegoso Russell, 10) Francisco Morales Saravia y 11) Milagros Campos Ramos.

No es necesario resaltarlo, pero sí lo haremos ya que queremos poner énfasis al mecanismo político, cada uno de es candidatos son posibles aliados a fuerzas políticas de turno; pues son ellos quienes los han elegido.

¿Es normal que la pugna por el Tribunal Constitucional sea tan vehemente y necesariamente signifique una posición ideológica? Pues sí, pongamos un ejemplo de coyuntura: la pugna entre conservadores patriotas y progresistas globalistas, el TC podrá definir legislación a favor de la vida, o del aborto, a favor de la familia tradicional o de las uniones de parejas homosexuales. Podemos poner un ejemplo también ligado a Odebrecht, podría el TC liberar a algunos miembros de Fuerza Popular y dejar presos a Villarán, Humala, PPK, etc. O viceversa. O más aún, declarar como inconstitucional el adelanto de elecciones.

¿Qué ha generado dudas? Algunos pronunciamientos por parte de los candidatos, como WILBER MEDINA, ex abogado de Alan García, el cual se manifestó a través de Twitter a favor de Keiko Fujimori, a quien califica de perseguida política; otro candidato Ernesto Álvarez Miranda quien se expresó de manera textual en Twitter: “No es lo mismo incapacidad moral que infracción constitucional. El presidente ha mentido y ha incumplido sus obligaciones, y debería retirar su proyecto de adelanto de elecciones para pasar a una etapa de concertación política”. Tomando una posición respecto al adelanto de elecciones; por otro lado, Hakansson se pronunció frente el adelanto de elecciones “será un mal precedente porque terminará burlando las disposiciones constitucionales” y que “la propuesta de reforma constitucional de un gobierno fallido resulta un despropósito, debe ser rechazado y archivado por el Congreso”.

Ante las declaraciones políticas, el presidente Martín Vizcarra ve debilitada su posición con un parlamento de oposición y un Tribunal Constitucional puesto por el mismo.

Veamos entonces los escenarios políticos posibles en casos de una extrema fricción:

Escenario gobiernista: triunfo de Vizcarra

  • Primera maniobra: Pedido de confianza por adelanto de elecciones, no hay confianza.
  • Segunda maniobra: Cierre del congreso de la República y convocatoria a elecciones generales.
  • Tercera maniobra: El nuevo congreso elige a los miembros del Tribunal Constitucional.
  • Cuarta maniobra: desde el gobierno intentar respaldar opciones no fujimoristas para presidente, asegurando el éxito por cinco años más.
  • Conclusión: los nuevos poderes, tanto la junta nacional de Justicia, el Tribunal Constitucional, el nuevo Parlamento y la presidencia de la república serían antifujimoristas consiguiendo una estabilidad progresista.

Escenario de oposición: Triunfo de Fuerza Popular

  • Primera maniobra: Pedido de vacancia presidencial por incapacidad moral. Se consiguen los votos. Mercedez Araoz sería presidente por un corto periodo de tiempo.
  • Segunda maniobra: Fuerza Popular elige a miembros del Tribunal Constitucional.
  • Tercera maniobra: Alberto y Keiko salen en Libertad. Se fortalece Fuerza Popular.
  • Cuarta maniobra: Con el Tribunal constitucional y a la Presidente como aliada, los MCM se alinean y apoyan a keiko en su reciente salida de prisión.
  • Conclusión: los nuevos poderes, se ajustan a las circunstancias y crean condiciones favorables para una campaña presidencial de Keiko Fujimori fortalecida.

Cisne negro: en ambos escenarios, carecen de una estrategia política, solo soy efectivas y operativos, cuentan con condiciones de que un candidato antisistema no saldrá a la luz, sea de izquierda o de derecha; un candidato radical tendrá muchas más probabilidades que el progresismo y que Fuerza Popular. El candidato antisistema que canalice con su mensaje el odio a los extranjeros y la inseguridad ciudadana, el odio a la corrupción y una esperanza de sociedad sin males será quien concentre mayor probabilidad de ganar.

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