¿Qué es el Marketing Político y cómo funciona la Consultoría política?
El Marketing Político, o la mercadotecnia política, es un sistema compuesto por métodos, técnicas y prácticas, que pretenden estrechar la relación entre un electorado y un candidato, un gobierno, un partido o un grupo político.
Estrechar la relación, en este ámbito, significa desenvolver una comunicación entre el candidato y los electores, construyendo una imagen política sólida, que transmita confianza y seguridad, a fin de conquistar la aceptación y la simpatía del mercado electoral.
Suele señalarse a Eisenhower, en 1952. Como el primero en aplicar de forma sistemática los principios del marketing moderno en una contienda electoral, aunque ya antes los estrategas soviéticos o los responsables de propaganda del III Reich fueron expertos en psicopolítica.
El marketing político es hoy, en buena medida, la vida mima de las democracias, su motor y aliento íntimo. Técnicamente constituye la expresión específica de la política actual, al identificarse política con demócrata, demacrada con urnas y ser estas el objetivo último del marketing político, como el acto de compra por el consumidor lo es de la actividad comercial.
Igualmente la extrapolación de conceptos al ámbito político permitiría hablar del análisis cualitativo del mercado que coincidirá ahora con el electorado; de fijación de objetivos electorales; de estrategia electoral; de lanzamiento del candidato y su posicionamiento en el mercado político.
¿Qué estrategias de Marketing Político pueden ser aplicados?
- Análisis del mercado electoral
Para ser capaz de obtener resultados positivos, la mercadotecnia política debe comprender lo que mueve a las personas, lo que las hace resistir a las dificultades y cómo construyen sus creaciones en un mejor mundo. El análisis del mercado electoral es capaz de ofrecer esas respuestas. Las encuestas y cuestionarios son algunas de las metodologías de investigación que más se utilizan para poder conocer a los electores, sus deseos y sus necesidades. - Creación de una marca política
La marca del político es su identidad, de la que debe extraer toda la inspiración para desarrollar sus ideales políticos. El perfil de un candidato se estudia con el objetivo de planear la imagen que será proyectada a la sociedad. - Construcción de una comunidad
Un candidato necesita mantener al electorado a su lado si desea tener la fuerza política necesaria para ejecutar sus proyectos.
Si en el pasado es su única manera de hacerlo era a través del Activismo y de la militancia política, hoy es posible alcanzar el mismo resultado de otras maneras. Con la popularidad de las redes sociales, una de las herramientas más utilizadas es la creación de grupos. - Inversión en contenidos
El Marketing de contenidos puede ser muy bien aprovechada por los políticos para lograr varios beneficios. La producción de un material de calidad, permite educar al electorado. Por ejemplo, un buen artículo puede explicar cuál es la importancia de determinados proyectos o por qué votar en contra o a favor de algo.
Otra ventaja es la propagación de la imagen del candidato. Buenos contenidos tienden a ser compartidos en las redes sociales, de esa forma, el político y sus propuestas alcanzan a más personas.
Por último también es generar «leeds», es decir, atraer personas a través de contenidos, conducirlos a una comunidad y transformarlos en sus apoyadores.
Para el marketing político son decisivos el contenido y la técnica de la comunicación, pero es imprescindible el dinero, considerado por los aparatos de los partidos como la leche materna de la política. Sin dinero se cierra, toda posibilidad de comunicación entre el candidato y sus electores potenciales. - Presencia en las redes sociales
El contacto con los electores es muy importante. Es a partir de él que surgen ideas para implementar acciones, no sólo de comunicación, sino también de propuestas y proyectos. Un político que se interesa en escuchar y entender a las personas, mantiene lazos que, incluso, pueden colaborar si ocurre un intento de reelección de un candidato.
Académicos como Lees-Marshment (2001) señalan que si bien es posible distinguir un cambio de un paso progresivo de factores de impulso hacia otros que jalan en el marketing político, también lo es distinguir en la actualidad tres orientaciones de campañas: (i) campañas orientadas hacia el producto, lo que en marketing político equivaldría a presentar la propuesta programática, las calidades del candidato y el compromiso del partido; (ii) campañas orientadas hacia la venta del producto, es decir a promover el producto en sus características básicas, como la orientación anterior, y añadiendo la comparación con la competencia, mostrando en qué medida el producto es mejor que los otros; y, (iii) campañas con orientación de marketing que se ocupan en diseñar un producto al gusto del público; en estas es relevante el candidato y su capacidad para que el público escuche lo que desea escuchar.
Desde la universidad de Michigan, los estudios realizados por Campeball (1960) y otros apoyan su explicación en las actitudes políticas de los votantes, principalmente tres; (i) identificación de un partido, (ii) interés, involucramiento, en los temas de debate de campaña y (iii) empatía con el candidato. Este enfoque ha sido identificado por algunos como «psicosocial».
PUNTOS CLAVES DEL MARKETING POLÍTICO
- Marketing político integral. Es decir, que no corresponda únicamente a los momentos electorales sino también insertarse en el ejercicio de la función pública. La idea no es que el espectáculo tome cinco o diez años en lugar de los 5 meses de campaña. Se trata de mantener la coherencia y consistencia en plazos largos.
- Funciones genéricas del marketing político; cuando Henneberg (2013) nos propone ocho funciones genéricas del marketing político, se inscribe en la perspectiva del marketing político. Y avanza en definir públicos y tipo de relaciones con cada uno de ellos. Los individuos existen y aportan a los partidos; sin embargo, desde donde se organiza el futuro es desde los partidos.
Estrategias no distintas y una sola campaña; cuando Martínez establece la necesidad de distinguir tres estrategias en el marketing político, está señalando la importancia de cada uno de los aspectos a trabajar también nos plantea una secuencia. Es decir hay un orden para definir y un orden para presentarlas.
• Estrategia política: comprende la manera de pensar, la visión que se tiene del país y sus posibilidades, el programa para superar los problemas y la institucionalidad con la que estado y la sociedad civil llevará a la práctica el programa. Esta estrategia política se concreta en el diseño de un diseño de una propuesta política.
• Estrategia comunicacional, comprende los mensajes, el lenguaje, los canales a través de los cuales se hará llegar los contenidos de la propuesta política. Así mismo se trata de hilvanar mensajes que atienden las principales preocupaciones del electorado. Esta estrategia comunicacional se concreta en la elaboración de un discurso político.
• Estrategia publicitaria, comprende el posicionamiento y el revestimiento simbólico de nuestra propuesta política, de nuestro discurso político, de nuestro candidato y de todo aquello que pueda identificarnos en colores, formas, símbolos, melodías, gestos, consignas, tipo de letra, etc. Esta estrategia publicitaria se concreta en la construcción de una imagen política. - MP como MP (Marketing Político como Manejo del Partido;
Las herramientas y la perspectiva que abre el marketing político nos lleva a una mejora constante para hacer mejor lo que ya hacemos bien. Pero no para ganar elecciones sino para gobernar, como lo hicieron, cada uno a su manera, Thatcher y Blair