En forma de protesta por los problemas como producto del Protocolo contenido en el Acuerdo del Brexit, varios grupos unionistas vinculados a milicias paramilitares han anunciado su “renuncia” al apoyo del Acuerdo de Paz en Irlanda del Norte. El llamado “Consejo de Comunidades Lealistas” (LLC) señala a Londres y Bruselas como “destructores permanentes” del proceso de paz. “No subestimen los sentimientos que este asunto está generando en la familia unionista”, advierte David Campbell, presidente del LLC, que representa a diversas milicias aun activas en el Ulster.
El anuncio de los grupos ha hecho reactivar los temores a brotes de violencia en Irlanda del Norte, luego de las amenazas e intimidaciones lanzadas a inicios de febrero contra inspectores del puerto de Belfast, quienes tuvieron que ausentarse durante varios días de las instalaciones portuarias.
Tras el fin del período de transición del Brexit, desde el 1 de enero, los problemas en los suministros a los supermercados han provocado graves tensiones sociales. Los unionistas consideran que el Protocolo, creado para evitar la vuelta a una frontera dura en la isla, ha creado una “aduana interior” entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido. En tanto, la ministra principal, Arlene Foster, ha decidido llevar al Protocolo de Irlanda a los tribunales por considerar que viola el Acuerdo de Paz de 1998 y el Acta de Unión de 1800.
La misiva puede interpretarse como una advertencia a Londres, Dublín y Bruselas más que como una amenaza directa de acciones violentas. Pese a las tensiones y las ocasionales patrullas de milicianos unionistas, no ha habido manifestaciones o movilizaciones por la falta de suministros desde la entrada efectiva del Brexit. En todo caso, tal y como dijo Mary Lou McDonald, líder de Sinn Fein, “el protocolo no es negociable”, porque este sirve de garantía para no volver a una frontera dura en Irlanda.